7:30 de la noche del viernes 17 de enero de 2020. Millones de dominicanos, expectantes, esperaban nerviosos el inicio del juego.
Pocos días antes, tres equipos tradicionales (Escogido, Licey y Aguilas), quedaron empate en un segundo lugar de un Round Robin encabezado por unos Toros del Este que por momentos parecieron los Yankees o los Medias Rojas.
Dicho empate provocó que se decidieran las colocaciones por run average (diferencial de carreras anotadas-permitidas), y eso planteó un mini round robin en que las Aguilas recibían al Escogido, y quien ganara, iría en contra de Licey para decidir quien va a la final del Torneo Otoño Invernal.
Las Aguilas lograron obtener la victoria y se dirigieron al Estadio Quisqueya a buscar una nueva hazaña deportiva, una de tantas que ha logrado en su historia de más de 80 años. Pero no sería fácil. Iría contra el Club Atlético Licey, o los Tigres del Licey, el equipo más ganador y con una fanaticada apasionada y hostil.
A las 7:30 de la noche del 17 de enero inicia el juego, que tuvo diversas alternancias, con relevistas que se cayeron y batazos oportunos, y jugadas polémicas, pero lentamente fue avanzando la negra noche y las entradas y los outs fueron sucediéndose una tras otra sin que ninguno de los equipos sacase una ventaja definitiva que permitiese declarar la victoria. Uno anotaba, el otro ripostaba en esa entrada o en la siguiente.
Y cada pitcheo, cada swing, cada fildeo, era parte de una batalla que sufrían ambas hinchadas. Y luego llegó la lluvia y tuvo que posponerse el encuentro en el inicio de la parte baja de la entrada 12, ya cerca de las 3 de la mañana. Al día siguiente, el 18, ambos equipos se jugaban el todo por el todo, y Licey aprovechó sus oportunidades y consiguió esa carrera de la victoria. 6-5 quedó el marcador, pero eso no revela la intensidad de este juego, las emociones sentidas, en fin, la magnitud del evento. Quizás, tuvimos la oportunidad de ver el juego del siglo.
A los ganadores, mis felicitaciones. Hicieron los méritos para ganar y son justos vencedores. A los perdedores, pelearon con hidalguía pero no todas se ganan. El próximo octubre a volver con todos los bríos, y a ambos, gracias por brindar un juego electrizante como hace años no se veía en la pelota dominicana.