La Unión Europea ha hecho un primer paso y ha aprobado una resolución en la que se habla de la necesidad de legislar en defensa de los derechos de los creadores y los consumidores.
Las impresoras 3D han tenido un importante impacto en el sector industrial en los últimos años. Se han hecho numerosos experimentos y avances que han ido desde la construcción de casas, a la fabricación de prótesis o la impresión de productos alimentarios. No obstante, con sus avances tecnológicos también se pueden hacer copias de productos ya existentes.
Europa ha empezado a mirar con recelo la impresión 3D por su posible infracción en el derecho de la propiedad intelectual. Y no es la única. El impacto de esta tecnología en la propiedad intelectual se está convirtiendo en un debate global.
La abogada Elsa Malaty y la doctora en Derecho Privado Guilda Rostama explican en la revista de la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual) que en líneas generales, si alguien imprime en 3D sin autorización previa alguna copia de un objeto original, el creador puede obtener reparación amparándose en la legislación sobre derecho de autor.
El artículo añade que en el Convenio de Berna para la Protección de Obras Literarias y Artísticas, que establece las normas mínimas internacionales de protección en el campo del derecho de autor, se estipula que el autor tiene derecho a reivindicar la paternidad de la obra y a oponerse a cualquier modificación.
La Unión Europea recientemente dio un paso más allá y aprobó una resolución que pretende regular la propiedad intelectual en la impresión 3D. En ella habla de la necesidad de legislar en defensa de los derechos de los creadores y los consumidores.
Como explica uno de los editores de Vozpópuli, Pepo Jiménez, en su artículo, este organismo “sugiere crear un registro para saber quién diseña las piezas, qué máquinas las imprimen y quién compra esas máquinas”.
Un estudio del 2016 del SELA (Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe) sobre propiedad intelectual afirma que en un futuro, con el desarrollo de la impresión 3D y 4D, “más que el intercambio de bienes, se tenderá al intercambio de los diseños a imprimir, de la especificación de los materiales a utilizar, de la identificación de las condiciones para su uso y de su eventual impacto. En otras palabras: conocimiento”.
Este conocimiento, según el documento, es el que se tendrá que respetar a través de los derechos de propiedad intelectual.
La impresión 3D es una tecnología que tiene mucho por recorrer. A través de la Maestría en Dirección Estratégica en Ingeniería de Software que promueve FUNIBER se puede aprender cómo integrar esta tecnología en una organización. Con ella, además, se adquieren las habilidades necesarias para dirigir una empresa que tenga como base principal el software y se conoce el instrumental de gestión necesario para la producción informática.