SALMO 32:8-9 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos. 9 no seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, Que han de ser sujetados con cabestro y con freno, Porque si no, no se acercan a ti
En el texto que hemos leído el Señor nos declara que él nos hará entender, su voluntad, sus planes, sus propósitos, y nos mostrara el camino que debemos andar, es decir, el camino que debemos andar para que podamos cumplir su voluntad, para que Dios lleve a cabo sus propósitos en nuestra vida y para que sus planes de bendición para nuestra vida se puedan hacer realidad.
Es decir que lo mejor para un cristiano, lo mejor para un hijo o una hija de Dios es entender la voluntad de Dios, entender su llamado, en otras palabras, ser obedientes a la voz de Dios y caminar en el camino que debemos andar.
Al comprender esto podemos darnos cuenta cual es el error más grande en la vida de un cristiano: SER UNA PERSONA SIN ENTENDIMIENTO.
Podemos ver también en el texto que el Señor compara a los cristianos sin entendimiento con dos animales: EL CABALLO Y EL MULO, los cuales tienen formas muy distintas de comportarse, y en el comportamiento del caballo o del mulo un cristiano sin entendimiento puede compararse perfectamente.
Veamos cada uno de ellos, el caballo y el mulo, y reflexionemos sobre las actitudes que tenemos nosotros en nuestra vida.
I) EL CABALLO: El caballo es un animal de batalla, de competencia, que siempre empuja hacia adelante; es impaciente, fogoso e impetuoso, siempre quiere correr y avanzar.
Podemos decir entonces que un cristiano sin entendimiento es un cristiano impaciente, que no quiere esperar el tiempo de Dios, y por eso se desespera y muchas veces hace locuras por no tener paciencia, y la palabra de Dios nos enseña que muchas veces tenemos que esforzarnos y alentar nuestro corazón, pero no para correr, ni para pelear, sino para aprender a esperar en Dios (Salmo 27:13-14) Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes. 14 Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.
Tenemos que saber que hay batallas en nuestra vida en las cuales Dios no quiere que nosotros nos involucremos, que lo único que Dios quiere es que confiemos en él , y que no volvamos atrás, son esas situaciones en las cuales nosotros tenemos que estar quietos y ver lo que Dios hará a nuestro favor (2 Cronicas 20:14-17) Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el Espíritu de Jehová en medio de la reunión; 15 y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. 16 mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. 17 no habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros.
Como cristianos tenemos que tener entendimiento y comprender que cuando Dios está peleando por nosotros, cuando Dios no quiere que avancemos, cuando el Señor quiere que estemos quietos, nuestra fortaleza, nuestra seguridad está en obedecer, en confiar, en no movernos, en no volver atrás, en no desesperarnos, sino en aprender a esperar en Dios (Isaías 30:7) Ciertamente Egipto en vano e inútilmente dará ayuda; por tanto, yo le di voces, que su fortaleza sería estarse quietos.
También un cristiano sin entendimiento es aquel que siempre quiere hacer las cosas a su manera sin tomar en cuenta al Señor, que se aparta de los caminos de Dios para tratar de solucionar los problemas de su vida a su manera, buscando ayuda en aquellos que no le pueden ayudar (Isaías 31:1 y 3) !!Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová! 3 Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.
Pero tenemos que comprender que cuando somos cristianos sin entendimiento, impacientes y desobedientes, el Señor nos pone FRENO, y ese freno en nuestra vida muchas veces es que todas las puertas se nos cierren y que nadie nos pueda nos quiera ayudar SOLAMENTE DIOS, Y QUE NUESTRA ÚNICA ALTERNATIVA SEA APRENDER A ESPERAR EN DIOS (Lamentaciones 1:14) El yugo de mis rebeliones ha sido atado por su mano; Ataduras han sido echadas sobre mi cerviz; ha debilitado mis fuerzas; Me ha entregado el Señor en manos contra las cuales no podré levantarme.
Por eso el Señor nos llama a no desesperarnos, a no ser impacientes, a no hacer locuras, sino a confiar en él y en sus promesas, en su fidelidad y amor para con nosotros (Isaias 54:10) Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti.
II) EL MULO: Es un animal de carga, fuerte, pero obstinado y terco, muchas veces cuesta hacerlo caminar.
Muchos cristianos lastimosamente tienen una actitud de TERQUEDAD Y TESTARUDEZ para con Dios, y esa es una actitud peligrosa pues trae quebrantamiento a nuestra vida.
Comprendamos primeramente lo que significan esas dos palabras:
TERQUEDAD: Actitud de la persona que irracionalmente no cambia de opinión.
TESTARUDEZ: Persona que se mantiene firme o inamovible en su actitud equivocada, aunque se le den razones en contra.
Cuando nosotros como hijos de Dios hacemos lo que no agrada al Señor, cuando estamos haciendo lo malo, cuando estamos viviendo un estilo de vida pecaminoso, el Señor nos reprende, pero lastimosamente muchos tomamos la actitud del MULO, nos comportamos terco y testarudos, y la palabra de Dios nos dice que podemos esperar de una persona que siendo reprendida no quiere entender (Proverbios 29:1) El hombre que reprendido endurece la cerviz, De repente será quebrantado, y no habrá para él medicina.
Tenemos que comprender que una reprensión es diferente a un consejo, la reprensión no es solamente una opinión, sino que es expresión severa de desaprobación que se le hace a una persona a causa de su actuación o su comportamiento.
Cuando somos reprendidos por el Señor significa que lo que estamos haciendo en nuestra vida no está bien, significa que tenemos que cambiar nuestra manera de actuar, pues nuestra manera de actuar no tiene la aprobación de nuestro Dios, sino lo contrario.
Lo normal y lo esperado es que después de la reprensión venga un cambio en nuestra vida, pero lastimosamente muchos cristianos cuando somos reprendidos nos comportamos igual que el MULO endurecemos la cerviz es decir tomamos una actitud altanera y desafiante contra la palabra de Dios, una actitud que, aunque no lo digamos con nuestra boca, significa: NO QUIERO CAMBIAR ¿Y QUÉ?
Pero la palabra de Dios nos declara que cuando tomamos una actitud de altanería y no de humildad cuando somos reprendidos, de repente seremos quebrantados.
El Señor nos amonesta y nos reprende por medio de su palabra en nuestra lectura Bíblica, por medio de un sermón predicado en la iglesia, por medio de personas que son enviadas por el Señor para hacernos entender y que nos volvamos de nuestro mal camino, pero lamentablemente en lugar de humillarnos y reconocer nuestro error, nos llenamos de altanería y de soberbia en contra de Dios, como muchas veces lo hizo el pueblo de Israel (2 Reyes 17:13-14) Jehová amonestó entonces a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo prescribí a vuestros padres, y que os he enviado por medio de mis siervos los profetas. 14 Mas ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Jehová su Dios.
Pero lamentablemente muchos cristianos entendemos y nos humillamos hasta que el Señor nos quebranta, hasta que ya no hay más remedio en nuestra vida que ser quebrantados (2 Crónicas 36:16) Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio.
NO SEAMOS COMO EL MULO, no esperemos el cabestro para acercarnos al Señor, para obedecer su palabra, recordemos que para nuestro Dios la primera condición para restaurarnos, para sanarnos y bendecirnos es LA HUMILDAD (2 Crónicas 7:14) si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.