Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; Hechos 17:30.
Estuve leyendo la entrevista que un periodico local Dominicano le hiciera al Médico y Filántropo Dr. Félix Antonio Cruz Jiminián, quien expresa una experiencia cerca de la muerte o “near death” que tuviera con el Señor. En ella el galeno expresa que nadie que hay tenido el Covid-19 y Dengue con hemorragia alveolar ha salido vivo para contarlo, pero que El fue rescatado por el mismo Dios para enviarlo con un mensaje a los que quieran escucharlo.
No conozco al referido profesional de la salud, pero, me pareció interesante su experiencia y escribo esto para traer un poco de luz sobre el tema del mensaje que Dios le dio. Y me llama la atención porque Dios-cidencialmente el mismo dia de la publicación y el siguiente estuvimos hablando del tema en una Teleconferencia de oración que tenemos via Zoom con algunos hermanos.
En el Antiguo Testamento el arrepentimiento era una fecha, una conmemoración que se celebraba en tiempo de otoño en la que el hombre reconocia, se aflijia, confesaba, restituia, cualquier mala acción contra sus semejante. En ella decidía no volverlo a hacer e instruía a los demás a no cometer el mismo error.
El viejo pactotermina con Juan el Bautista predicando el mensaje del arrepentimiento.
Pero, el nuevo testamento comienza con Jesús y sus discípulos predicando el mensaje del arrepentimiento, pero, no ya como una ofensa contra el hermano sino contra Dios mismo.
Para entender esta doctrina del arrepentimiento, debemos tener presente el concepto del pecado en toda la humanidad. Sabiendo que el pecado nos separa de Dios; Isaías 59:2; Vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios” y que de acuerdo a las Escrituras, este produce atraso y detienen nuestro crecimiento espiritual.
¿Qué es el pecado? De acuerdo a Santiago: “El pecado… está en aquel que sabe hacer lo bueno y no lo hace” (Santiago 4:17);
El apóstol Juan describió al pecado como “toda injusticia” (1 Juan 5:17) y la “transgresión de la ley” (1 Juan 3:4).
Pero el pecado va más allá de lo que hagamos o dejemos de hacer, tiene que ver con quienes somos. Me explico, hay personas que creen que porque abandonen cierto tipo de pecado ya dejan de ser pecadores y no es así. El pecado está arraigado en el ADN del ser humano, el único ser que nació sin pecado se llama Jesús, porque nació de una Virgen que no tuvo intimidad con un varón como los demás mortales, sino que fue concebido cuando el Espíritu Santo hizo sombra sobre el vientre de María.
En la Biblia leemos que “…no hay hombre justo en la tierra que haga el bien y nunca peque” (Eclesiastés 7:20) y que “si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros” (1 Juan 1:8).
Romanos 3:23. Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”
Entonces, el hombre peca porque nacimos pecadores, pero los pecadores practican su pecado por varias razones:
Porque es su naturaleza. ¿Recuerdan la anécdota del Alacrán que le pidió a un Sapo que lo cruzara al otro lado de una laguna sobre sus hombros? El sapo le dijo, no, ¿seré yo loco, para que me piques? Y el Alacrán lo convenció diciéndole, el loco sería yo de picarte en medio del agua y así ahogarme. El Sapo le vio lógica al razonamiento del Alacrán y lo montó a sus lomos. Cuando van por mitad siente la ponzoña que penetra su piel y le dice, ¿Qué pasó Alacrán? Ahora nos ahogaremos los dos! A lo que el Alacrán le contestó, es que mi naturaleza es picar. Así la naturaleza humana es pecadora.
por ignorancia, porque no entienden que su ofensa es contra Dios. Jueces 10:10…. Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos dejado a nuestro Dios, y servido a los baales. Todo pecado es una ofensa contra Dios mismo.
por debilidad. Entendemos que hay personas que están esclavizadas por vicios y por costumbres que no pueden controlar. Por eso es que la solución no está en una reforma de costumbres, sino en un cambio de naturaleza y eso solo Dios lo puede producir. 1 Corintios 5:17. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; y he aquí todas son hechas nuevas.
y por desobediencia intencional (Porque le gusta pecar)
En el Nuevo Testamento, En el NT, el verbo que se usa para arrepentimiento es metanoeō, que en el clásico griego originalmente traducía “Después de considerar” como un acto del ejercicio de la mente y como lo opuesto a pronoeó que traduce “considerar de antemano” Más tarde se le dio el significado actual de cambio de mente o de propósito. Este concepto fue introducido a la septuaginta en el Antiguo Testamento cuando Samuel le dijo a Saúl; 1 Samuel 15:29 Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta-(nâcham)
El arrepentimiento en el NT es más que una fecha y acción intuitiva; es una persona que reflexiona y cambia de mente, de actitud y de propósito. Por tanto, el arrepentimiento debe ser una actitud permanente del creyente.
Es bueno entender que nadie se arrepiente de su buen corazón, sino que Dios le atrae y le hace ver su bondad y la maldad del pecador.
La parábola del Hijo Pródigo de Lucas 15 nos habla de los pasos envueltos en el arrepentimiento. Los hijos pidieron la herencia y el Padre se las dio y creyeron que podían vivir sin el Padre, lejos de su casa uno y el otro dentro de la casa, pero, desaprovechando las bendiciones y oportunidades de la misma.
Cuando el hijo perdido se vio sin dinero, sin amigos y sin esperanza, decidió volver a la casa y al Padre.
Convicción. “Volviendo en sí”, lo que nos indica que la vida de pecado es irracional
Contricción. Nos habla de las emociones envueltas, es mayor el dolor por haber ofendido a Dios.
Confesión. Diré a mi padre; He pecado contra el cielo y contra ti; “El que encubre sus pecados no prosperará,; más el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. Prov. 28:13.
Conversión. No basta con saber que se es pecador, ni con sentir dolor, ni confesarlos, hay que apartarse de ellos. Es el acto de poner en práctica, es volver al Padre y a la casa.
Lo más bello del arrepentimiento no es lo que hacen los hombres, sino, la respuesta de Dios hacia la actitud arrepentida del pecador. Jesús dijo: Juan 6:37 Todo lo que el Padre me dá, vendrá a mí; y el que a mí viene, no le echo fuera.
La respuesta del Padre es devolviendo todo lo que era suyo. Y hacerle una fiesta.