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El arado de Dios

Cada uno de nosotros somos obra de las manos preciosas o poderosas de nuestro Dios, el nos formo y continúa formándonos, su obra en nosotros no esta terminada, cada día él trabaja en nosotros, así como el alfarero va dándole forma a la vasija de barro en su mano. ISAIAS 64-8-

PARA COMPRENDER LAS OBRAS DE DIOS EN NUESTRA VIDA VAMOS A REFLEXIONAR PRIMERAMENTE EN ESTA YA CONOCIDA HISTORIA:

Don Roberto, hombre muy rico, tenía de todo en abundancia. Una tarde tomó en sus brazos a Margarita, su pequeña hija de diez años, y le preguntó:

—¿Has pensado en lo afortunada que eres por ser hija del hombre más rico de esta ciudad?

—Sí, papá, todos te envidian. ¡Cómo quisieran tener ellos tu felicidad!

Todo le iba bien a don Roberto. Pero la vida tiene sus giros imprevistos, y a los pocos meses Margarita murió en un horrible accidente. Esto era más de lo que Roberto podía sobrellevar, así que se dio a la bebida, al juego y a la vida licenciosa. Con el tiempo perdió todo.

Quebrantado de espíritu, dejó la ciudad donde había sido tan popular, y se fue peregrinando en busca de paz y consuelo.

Al pasar por una población, vio que un hombre revolvía el trigo con una gran pala.

—¿Por qué revuelves esos granos? —le preguntó.

—Para limpiarlos —fue la respuesta.

Pasando luego por un campo, vio a otro que estaba arando la tierra con una reja muy aguda.

—¿Por qué rompes la tierra con ese arado? —le pregunto

—Para romper los terrones y que sea más blanda, para así poder sembrar la semilla y que pueda tener una buena cosecha.

Mientras pasaba por un viñedo, observó que un obrero cortaba, con tijeras, los sarmientos de las matas

—Amigo —preguntó Roberto—, ¿por qué cortas esos sarmientos?

—Para que den más frutos y poder tener una cosecha buena y abundante —contestó el obrero.

Don Roberto se quedó muy pensativo. Caminó hacia la soledad de un bosque cercano, y cayó de rodillas, alzó los ojos al cielo y exclamó: «¡Señor mío!, yo soy el trigo que has revuelto para q. Soy la tierra que has cortado para que me vuelva blando. Y soy el sarmiento que has podado para que dé buen fruto. Ayúdame a someterme a tu mano fuerte para llegar a ser el siervo útil que Tú quieres que sea».

La Biblia nos declara que exactamente esas tres obras son las que hace el Señor en nuestra vida, reflexionemos en cada una de ellas por medio de la palabra de nuestro Dios:

I) DIOS TRABAJA EN NUESTRA VIDA ZARANDEÁNDONOS COMO EL TRIGO PARA LIMPIARNOS (LUCAS 22:31-32)

  • El trigo cuando es cortado esta lleno de impurezas, aun viene con la paja que es necesario quitarla para poder utilizar el grano limpio, para molerlo y hacer harina, para sembrar la semilla y que produzca mas fruto, y para limpiar el trigo para poder utilizarlo se usa la zaranda.
  • Tenemos que comprender que nosotros somos como el trigo, somos útiles y valiosos para nuestro Dios, pero hay paja en nuestra vida, que tiene que ser limpiada para que podamos cumplir el propósito de Dios, para que podamos ser útiles para el Reino de los cielos (Isaías 1:25)
  • Dios puede utilizar para limpiarnos distintos tipos de zarandas: Enfermedad, escasez, amenazas, problemas en el hogar, abandono, soledad, etc.
  • Tenemos que comprender que hacernos pasar por la zaranda es la voluntad de Dios para santificarnos (1 Tesalonicenses 4:3)

II) DIOS TRABAJA EN NUESTRA VIDA CON EL ARADO PARA QUEBRANTAR LA DUREZA DE NUESTRO CORAZÓN (ISAIAS 28:24-26)

  • La Biblia nos declara que nuestro Dios es como un sembrador que va sembrando la semilla de su palabra en los corazones de los seres humanos, el quiere que la semilla de su palabra de fruto en nuestros corazones, pero lastimosamente muchas veces nuestro corazón esta endurecido y la semilla no puede germinar en nuestra vida.
  • Los versículos que hemos leído nos dicen que primeramente hay que arar y romper los terrones para luego sembrar la semilla, y eso es exactamente lo que Dios hace en la vida de muchos de nosotros, tiene que usar el arado para romper los terrones duros de nuestro corazón.
  • Muchos de nosotros en nuestro corazón hay terrones endurecidos que no permiten que la semilla de la palabra de Dios pueda producir fruto (Joel 1:17) Estamos llenos de terrones de soberbia, de incredulidad, de autosuficiencia, de rebeldía.
  • Dios trabaja con el arado en nuestra vida para quebrantar los corazones endurecidos (Levítico 26:19)
  • Pero él no deja los corazones quebrantados el los sana (Salmo 147:3)

III) DIOS TRABAJA EN NUESTRA VIDA ASÍ COMO EL VIÑADOR LIMPIA EL PÁMPANO PARA QUE LLEVE MAS FRUTO (JUAN 15:2)

  • Muchas veces nos preguntamos ¿Por qué ahora que estoy sirviendo al Señor vienen más pruebas y dificultades a mi vida? Y acá encontramos la respuesta: El pámpano que da fruto, es limpiado, Dios trabaja en el para que de mas fruto aún.
  • Si somos cristianos fructíferos, tenemos que comprender que el Señor podara de nuestra vida aquellas cosas que no nos permiten fructificar más:
  • Posiblemente podara de nuestra vida amistades que no son buenas para nosotros.
  • Quizás también tendrá que podar de nosotros actividades que no son productivas para su reino y que nos roban el tiempo y no nos dejan fructificar.
  • Posiblemente tendrá que podar de nuestra vida relaciones sentimentales que no son agradables para el y que no nos permiten dar mas frutos para Dios, pues nos sirven de estorbo y no de bendición.

Cada uno de nosotros tenemos que comprender que todo lo que Dios hace en nuestra vida es para nuestro bien y con un propósito de bendición, permitamos que el trabaje en nuestra vida y confiemos en lo que nos dice su palabra en Romanos 8:28: A LOS QUE AMAN A DIOS TODAS LAS COSAS LES AYUDAN A BIEN.

Fuente:
Pastor Oscar Flores

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