*Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. Juan 4:34*
Al igual que en otras ocasiones, en esta Palabra observamos como Jesús le recuerda a sus discípulos que siempre iba a prevalecer la abundancia espiritual sobre la material. Su alimento fundamental y el más importante era el hacer *la voluntad de Dios y terminar su obra*, aquella que el Señor le había encomendado. Esto no significa que Jesús se iba a privar de comer alimentos, sino que la gran meta y objetivo de Su Ministerio no era suplir las necesidades del cuerpo, sino hacer la voluntad de Jehová.
Cristo dejó valiosos ejemplos de cómo priorizar la voluntad de Dios antes que la nuestra: Primero, acercándonos a Él con diligencia, obedeciendo las instrucciones de Su palabra que nos vivifican. Segundo, armados de nuestra fe, conscientes de que sus caminos crearían situaciones de adversidad que nuestros pensamientos no iban a comprender. Y tercero, con la constancia y perseverancia que ocasione alguna caída, esto nos recuerda que en cualquier circunstancia, el Señor nos levantará y seguirá en frente para que podamos avanzar.
*Dios bendice con amor tu día en gracia y misericordia, Amén.*
