
Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después. Juan 13:5
La manera más efectiva de comunicar un concepto, una opinión o una teoría es demostrandolo. En verdad una imagen vale más que mil palabras, pero debemos pensar que demostrar vale más que una imagen. Jesús no sólo era un maravilloso maestro que daba ejemplos y parábolas para enseñar el Reino de Jehová a sus discípulos, pero también así predicaba con sus acciones el amor, la misericordia y la comunión fraternal.
En este pasaje que solo el Apóstol Juan registra, Jesús mientras cenaba junto a sus discípulos, empezó a lavar los pies de cada uno de ellos. Al hacerlo, los exhortaba a lavar también los pies de sus hermanos. Dando una grandiosa lección de humildad y servicio, enseñandoles que nadie puede considerarse tan elevado como para no servir a otros, ni menos considerarse tan alto como para mirar a sus hermanos desde arriba. Si el Maestro lava los pies de sus discípulos ¿cómo sus discípulos no podrán luego lavar a sus hermanos?
Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. Juan 13:15. Aprendamos del Maestro sobre como servir de corazón y con desprendimiento, haciendo lo correcto, sin esperar nada a cambio. Vayamos y hagamos efectivo su ejemplo. Demos como Él muestras de amor, misericordia y paz a todos los que nos rodean. Jehová rico en amor te bendiga en abundancia para este día, Amén.