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Dios confirma su pacto contigo

A través de toda la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento, vemos grandes milagros económicos que ocurrieron en cuestión de días, semanas. En una ocasión, en medio de una hambruna, un profeta dijo que al otro día habría de comer, y así fue; una crisis económica gigantesca cesó en cuestión de 24 horas, todo porque el profeta obedeció la voz de Dios. Como creyentes, no podemos movernos por lo que vemos, sino por lo que escuchamos de Dios. Cuando tú recibes palabra de parte de Dios, bajo esa palabra es que debes moverte. Deja de oír lo que el mundo dice, y conéctate a lo que Dios está diciendo. 

“ Y se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré.   Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre.” Génesis 26:2-3

En Génesis 26, se nos narra el momento en que, en tiempo de hambre, Dios le dice a Isaac que, en aquella tierra, Él le iba a bendecir. Una cosa es oír que Dios tiene un pacto; otra, que Él lo confirme, que puedas ver la manifestación de esos beneficios en tu vida. Isaac era hijo de Abraham, un hombre de fe; así que, Isaac sabía que tenía promesas de parte de Dios, porque Dios se lo había prometido a su padre. Pero una cosa es que tú oigas las promesas de Dios en base a la experiencia de tus antepasados; otra, que tengas una experiencia propia. Hace falta algo que ocurra en cada nueva generación; de lo contrario, estarán viviendo de las victorias pasadas. Pero Dios te quiere dar a ti una nueva victoria, algo por lo que creer, que provoque tu fe, para que Él confirme su pacto, para no ser el Dios que prosperó a tu padre, sino el Dios que te prosperó a ti, en este tiempo, para que tu fe no dependa de la experiencia de otro, sino de lo que Dios ha dicho que va a hacer contigo.

Dios te da una experiencia, en tiempo de crisis, porque cualquiera puede creer en prosperidad cuando las cosas están buenas, pero los que tenemos fe, creemos que, en medio de las crisis, Dios puede hacer algo contigo. Él va a confirmar su pacto contigo.

El verso 1 nos aclara que, en aquel tiempo, había hambre, al igual que la hubo en el tiempo de Abraham. El problema que te ha sorprendido a ti, no sorprende a Dios. Isaac está viviendo un tiempo de hambre que nunca había vivido, pero Dios fue el Dios de Abraham durante un tiempo de hambre. Así que aquello sorprendía Isaac, pero no a Dios. Los problemas que tú estás experimentando hoy, son nuevos para ti, pero el Dios al que tú le sirves los ha resuelto a través de toda la historia.

Esto de crisis económica no es nuevo; quizás sí, para esta generación, pero no para Dios. Eventualmente, saldremos de la crisis, y eventualmente vendrá otra; y entonces no nos va a sorprender, porque ya habremos entendido que las crisis son cíclicas. El problema que tú estás teniendo hoy, quizás te ha sorprendido, pero el Dios que trabajó en aquel momento con Abraham no está sorprendido, y Él tiene una respuesta para ti en esta época.

Las dificultades te han sorprendido; jamás pensaste estar en el lugar que estás; pero entiende que las promesas del Dios al que tú le sirves son más grandes, y Él no está sorprendido por lo que tú estás viviendo. Dios lo que está buscando es gente que, en medio de sus crisis, le obedezcan a Él, y no a sus instintos ni a lo que aprendieron del pasado.

“ Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes. 6Habitó, pues, Isaac en Gerar.” Génesis 26:4-6

La instrucción de Dios para Isaac fue que permaneciera en Gerar. Isaac iba a hacer lo mismo que Abraham hizo. Abraham tomó dos malas decisiones en su vida: Bajar a Egipto, y regalar a su esposa – lo que le costó veinticinco años de esterilidad de Sarah. Isaac iba a cometer el mismo error, bajar a Egipto, pero Dios intervino. Lamentablemente, las nuevas generaciones aprenden de las viejas, y pagamos por sus errores, pero no tenemos las mismas excusas. La generación pasada no sabía cuáles serían las consecuencias, pero la nueva no puede decir eso. Dios permitió que Abraham fuera a Egipto, trabajó con la consciencia que Abraham tenía. Ahora, cuando Isaac tiene el mismo problema, Dios no le permite hacer lo mismo, porque la generación de Isaac debe aprender de los errores de la pasada. Dios le exige a Isaac que se quede en aquella tierra. E Isaac se quedó.

“ Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová. El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso. Y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron envidia.” Génesis 26:12-14

Aquel mismo año, Isaac sembró y cosechó, se enriqueció al grado tal que los filisteos tuvieron envidia. Todo aquel que te critica, el que te señala, es porque te tiene envidia; en tiempos de crisis y dificultad, se preguntan cómo tú permaneces, cómo sigues prosperando; sin darse cuenta que la diferencia es que tú has aprendido a creerle a Dios y a obedecerle.

Dios no tiene que esperar que la crisis cambie para prosperarte, este año; Él no tiene que quitar la crisis para hacer contigo lo que Él quiere hacer. En medio de la peor crisis, de la peor escasez, Dios puede hacer que tu trabajo produzca cien veces más. Créele a Dios que se va a acelerar el proceso de prosperidad, de abundancia, de libertad en tu vida, y que tú no vas a depender de Egipto, del mundo.

Fuente:
pastor Otoniel Font | Puerto Rico

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