Estas son palabras del Señor: «Llegarán días en que no habrán terminado de cosechar, cuando ya están sembrando. No habrán terminado de pisar las uvas, cuando ya están sembrando. De los montes y colinas bajarán manantiales de vino. Amós 9:13
“Mientras nos maravillamos de cómo las vacaciones habían llegado y pasado en un abrir y cerrar de ojos, le dije a mi esposa “¿Has notado lo rápido que parece estar pasando el tiempo? Ahora estamos al borde de la primavera. El tiempo está volando”. Inmediatamente después de pronunciar esas palabras, el Espíritu Santo me impulsó a buscar al Señor. Él me reveló que hemos entrado en un tiempo de aceleración rápida. Cosas que una vez estuvieron estancadas, retrasadas o detenidas ahora están justo en nuestra puerta. Está sucediendo ahora. ¡No te distraigas! Mientras el plan del enemigo es robar tu tiempo y atarte con distracciones, el plan de Dios es que te mantengas alerta. Escuché al Señor declarar: «Despierta de tu letargo. Este es tu tiempo señalado. Estás entrando en tu propósito y destino. No hay tiempo que perder».
Aquellos que poseen discernimiento espiritual han percibido la batalla que ahora se está librando tanto en el reino natural como en el sobrenatural. Esta es la temporada en la que Dios está extendiendo Su gracia para que te muevas con gran velocidad y eficacia para cumplir Su propósito. Recientemente, he estado predicando una serie en mi iglesia titulada «Botas en la tierra», y cómo Dios está levantando a la NOVIA GUERRERA. ¡Él está diciendo «Se acabó el tiempo de juego!” Es hora de que tomes tu autoridad que te corresponde y hagas retroceder al enemigo. Yo profetizo que reclamarás el territorio que una vez perdiste o se entregó al enemigo.
Éxodo. 13: 17-18 Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Para que no se arrepienta el pueblo cuando vea la guerra, y se vuelva a Egipto. Mas hizo Dios que el pueblo rodease por el camino del desierto del Mar Rojo. Y subieron los hijos de Israel de Egipto armados.
La palabra «armados» se traduce del hebreo «chamushim” y significa «armados». Estaban armados para la guerra como un poderoso ejército, pero no estaban listos para el combate. Dios no podía permitirles tomar la ruta más rápida, sabiendo que si veían la guerra, volverían a Egipto. Entonces, fueron llevados por la ruta más larga. En esta temporada de gran aceleración, ya no tienes la opción de tomar la ruta más larga. Harás lo que a otros les llevó décadas lograr en cuestión de meses. Cada momento cuenta. Aunque el enemigo esté alineado contra ti para la batalla, estás equipado para salir victorioso.
Una noche, mientras estaba en oración, escuché al Señor susurrarme la palabra «trastocar». Aunque Él ya me había hablado esta palabra antes en el año 2018, su significado se me escapaba. Luego me llevó a estudiar sobre Gedeón. Mientras estudiaba, lo escuché decir: «Estoy dando a luz guerreros de los fatigados. El cansancio y la desesperanza están desprendiéndose de ti. Será como un nuevo nacimiento. Te mantendrás en tu lugar de batalla y te regocijarás por el trastorno de los planes del enemigo. No tengas miedo; estoy contigo y pelearé por ti».
La palabra «trastocar» se define como «destruir el poder de; derrocar; vencer; conquistar; poner boca abajo, de lado o de espaldas; perturbar». Gedeón estaba escondido en la oscuridad del lagar, el temor se apoderaba de su corazón mientras intentaba proteger lo poco que le quedaba de la cosecha de los madianitas. Fue en este momento de vulnerabilidad que una figura apareció ante él; era Jesús. Él declaró: «Eres un hombre valiente y poderoso». Escuché al Señor decirme que te diga: «Así como a Gedeón, TE ESTOY LLAMANDO A SALIR DEL ESCONDITE».
Gedeón eventualmente tocó una trompeta que resonó por toda la tierra, llamando a los hombres de Israel a reunirse con él. 32,000 respondieron al llamado, pero aún estaban superados en número por el ejército madianita, que consistía en 135,000 hombres. La voz de Dios resonó en Gedeón, proclamando: «Tienes demasiados guerreros contigo. Si dejo que todos ustedes peleen contra los madianitas, los israelitas se jactan ante mí de que se salvaron con su propia fuerza. (Jueces 7:2 NTV).
Observen que Dios le dijo a Gedeón: «Tienes demasiados guerreros contigo». Estoy seguro de que Gedeón estaba incrédulo, considerando la gran diferencia en números. Él observó cómo Dios podaba su ejército. Miles de hombres se volvieron y se alejaron, dejando a Israel con solo 300 guerreros fieles, pero eso fue suficiente. A Dios le encanta tomar las cosas insensatas para confundir a los sabios. El Señor permitió a Gedeón una última confirmación antes de enfrentar a sus opresores. Escuchó el sueño de un soldado madianita y su interpretación, que anunciaba que Gedeón tras tocaría al ejército madianita y triunfaría sobre ellos.
Jueces 7:14 Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas todo el campamento.
Dios hará que incluso tu enemigo testifique que la mano del Señor está sobre tu vida. Gedeón dividió estratégicamente a los 300 hombres en tres grupos de 100. Cada hombre estaba equipado con una antorcha en una vasija y una trompeta. El ejército de Gedeón rodeó entonces el campamento enemigo desde tres direcciones diferentes en medio de la noche, bajo el manto de la oscuridad. A la señal de Gedeón, los 300 hombres tocaron sus trompetas y rompieron sus vasijas, haciendo que las llamas de sus antorchas ardieran. Luego gritaron: «¡La espada del Señor y de Gedeón!»
Jueces 7:21 Y se estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento; entonces todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo.
Mientras permanecían cada uno en su posición, el enemigo «echó a correr dando gritos y huyendo” Hubo una DERROTA SOBRENATURAL Dios les dio la victoria, así como se está preparando para hacerlo contigo. ¡Sal de tu escondite! ¡Libérate del cansancio! ¡Mantente en tu lugar de batalla! Dios te está llevando por el camino rápido porque ha llegado el tiempo de la aceleración. (Andrew Tower)
Con amor y oraciones,
