“Has cambiado mi lamento en una danza; Desataste mi sayal, y me ceñiste de alegría.”
Salmos 30:11 Reina Valera 1977 (RVR1977)
En la vida nos enfrentaremos a etapas en donde el lamento aparecerá y es que no podemos estar esperando que todo en la vida sea perfecto en el sentido de no enfrentarnos a situaciones que trataran y hasta lograran en momento determinado borrar la sonrisa de nuestro rostro.
Todos, absolutamente todos nos enfrentaremos a periodos de desiertos, a fuertes tempestades, a tiempos de anonimato, momentos de silencios de Dios en donde pareciera que calla mientras nosotros enfrentamos las más duras situaciones. Sé de lo que te hablo, sé lo que es estar en el desierto y sentirte totalmente solo a pesar de tener a Dios de tu lado, sé lo que es enfrentar tempestades que trataran de hundir la barca de nuestra vida, sé lo que es pasar por periodos largos de anonimato en donde pareciera que lo que un día Dios te prometió no se va cumplir, pero sobre todo sé lo que se siente esperar que Dios te hable pero en su lugar experimentar una etapa larga de silencio divino para tu vida.
He llorado y sufrido como cualquier otro soldado de Cristo, ha habido momentos en los que he pensado hasta en rendirme, he dudado en ocasiones de que algo bueno saldrá de todo lo que estoy enfrentando, he reclamado a Dios por cosas que he padecido, pero aun y con todas las reacciones que son el producto del momento que estoy pasando HE VISTO LA MANO DE DIOS ACTUAR.
Y es que a pesar que hay periodos de lamento siempre, pero siempre he terminado sonriendo, a pesar que he experimentado tiempos largos en donde la sonrisa se ha borrado de mi rostro. Siempre he terminado danzando de alegría por lo que Dios me tenía preparado después de todas esas experiencias.
El escritor de Eclesiastés era muy sabio y por eso escribió: “hoy lloramos, mañana reímos; hoy guardamos luto, mañana bailamos de gusto;” Eclesiastés 3:4 Traducción en lenguaje actual (TLA). El escritor de estos versos sabía muy bien lo que hablaba, seguramente también había experimentado tiempos de lamento, pero también tiempos de danza.
Quizá hoy estés pasando por un periodo difícil en tu vida, quizá hoy antes de leer estas líneas le dijiste a Dios que te hablará, que te dijera algo porque ya no soportas más. Hoy quiero decirte que Dios no te ha abandonado, que a pesar de cualquier etapa que estés experimentando Él sigue estando a tu lado. Tal vez hoy lloras, pero eso no significa que mañana no vayas a sonreír, lo que ahora te es difícil, mañana lo recordaras con una sonrisa en tu rostro testificando de cómo Dios te saco de esa situación difícil que te robaba la paz.
¡Adelante!, no te rindas, ni siquiera pienses en rendirte, porque lo que viene delante es mucho mejor de lo que has experimentado hasta ahora. Tu lamento se convertirá en danza, tu lloro en sonrisa, el dolor en paz y tu tristeza en gozo, solamente sigue adelante, no te rindas, no desfallezcas porque Dios no te soltará hasta terminar en ti la obra que un día comenzó.
“Yo les daré consuelo; cambiaré su dolor en danza y su tristeza en alegría. Bailarán alegres jóvenes y viejos.” Jeremías 31:13 Traducción en lenguaje actual (TLA)
¡Dios cambiará tu lamento en danza!