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“De lo que tengo te Doy”

Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda Hechos 3:6

En Hechos capítulo 3 nos habla de un hombre que era paralitico de nacimiento, cada día era puesto a la puerta del templo para pedir limosna, lo más seguro es que estaba resignado a su situación, él no podía trasladarse libremente a ningún lugar sin la ayuda de otras personas, también dependía de corazones que fueran conmovidos a darle unas cuantas monedas. Pero hubo un día determinado en el cielo para que lo inesperado sucediera. Un milagro estaba por ocurrir en su vida, las expectativas de este hombre iban a ser sobrepasadas, ese día pidió limosna y recibió la sanidad de Jesucristo.

Pedro y Juan como siervos del Señor fueron al templo a la hora de la oración. Ellos llevaban dentro de ellos el poder del Espíritu Santo que habían recibido para ser testigos de Jesucristo (Hechos 1:8). Pedro ya no era el mismo que negó al Señor 3 veces, no ahora era una varón con poder y autoridad, sin temor y con amor (2 Timoteo 1:7).

Tiempo atrás Jesús le había dicho a Pedro que satanas lo zarandearía. Pedro tenía que ser confrontado si verdaderamente amaba a Dios aun en las situaciones adversas, en los momentos de prueba y en los ataques del enemigo., confrontado en su Identidad como hijo de Dios y en su fe en Jesucristo. Zarandear significa sacudir, probar la fe de una persona hasta que esté a punto de caer.

Jesús no le dijo a Pedro «no le di permiso a satanás de que te zarandeee» sin embargo le dijo: …yo he rogado por ti, que tu fe no falte y una vez vuelto confirma a tus hermanos.

Pedro había pasado la prueba de su fe y vencido, además Jesús envió su promesa, él había sido investido del poder del Espíritu Santo, ese día que llego a la puerta del Templo hablaría con toda autoridad a ese hombre paralitico, porque él sabía que El mismo Jesús que lo levanto a él, que lo restauro, era El mismo Jesús sanaría a este hombre. El mismo Jesús que le tendió la mano a él en el mar para no ahogarse, era el mismo que a través de su mano tomaría de la mano derecha a un hombre sin esperanza de salud, para darle un destino nuevo y sanidad completa.

Ese día hubo un encuentro de lo divino con lo humano. Un encuentro de las limitaciones con el poder de Dios, los humanamente imposible se hizo divinamente posible. Pedro reconoció lo que no tenía, y dio lo que tenía, algo de mucho más valor que el dinero «No tengo oro ni plata, pero de lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!»

Un hombre lleno de gozo y gratitud entro al templo alabando y glorificando al único que tiene poder para hacer milagros: Jesús

Hoy este día estas a la puerta de un milagro en tu vida, pídele en este hora a nuestro Padre Celestial en el Nombre de Jesús y Él lo hará porque Él se deleita en honrar a su Hijo Jesús (Juan 14:13-14)

El más importante milagro que puede suceder en tu vida es el de la salvación, este milagro está a la puerta de tu corazón, si aún no has recibido a Cristo, hoy es el día de tu milagro, solo abre la puerta y Jesús entrara y se quedara para siempre contigo. Apocalipsis 3:20 dice: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Fuente:
Gracia y Paz

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