ROMANOS 2:4 Para comprender esta noche estas cuatro verdades Bíblicas sobre la salvación del pecador, tenemos que enfocarnos primeramente en el juicio de Dios.
Veamos primeramente algunos detalles muy importantes que tenemos que comprender sobre este juicio:
Es un juicio justo (vs 5-6) Se impartirá justicia para todos por igual independientemente su condición económica, social, académica, moral, etc.
Es un juicio según verdad (Romanos 2:2) de nada sirven las apariencias, de nada sirve pensar que podemos engañar a Dios.
El realizado por un juez justo (2 Crónicas 19:7)
El todo lo conoce (1 Reyes 8:39)
Ahora que conocemos al juez, veamos cuáles son esas cuatro verdades que todos debemos conocer:
Si un pecador se presenta delante de Dios, el juez justo, para ser juzgado recibirá, primeramente: UNA SENTENCIA.
LA SENTENCIA: (PRIMERA VERDAD): TODOS LOS HOMBRES SOMOS CULPABLES DELANTE DE DIOS (ROMANOS 2:12-16)
Todos los hombres ya seamos judíos o gentiles, somos culpables delante de Dios nuestro Juez.
Los judíos son juzgados por la ley y son declarados culpables por no cumplirla.
Nosotros los gentiles que no se nos fueron dados los diez mandamientos somos juzgados por la ley de Dios escrita en nuestro corazón, llamada conciencia, y somo declarados culpables por hacer lo que nuestra propia conciencia nos señalaba que no era bueno.
Es decir que POSEER LA LEY NO SALVA AL JUDIO NI LA IGNORANCIA DE LA LEY SALVA AL GENTIL, ambos son culpables delante de Dios.
Todas las pruebas en nuestra contra están documentadas en los libros en el cielo, en ellos están registradas nuestras obras (Apocalipsis 20:12)
Recibir la sentencia de culpabilidad nos lleva a recibir: UN CASTIGO
EL CASTIGO (SEGUNDA VERDAD): HAY UN CASTIGO DETERMINADO PARA NOSOTROS POR SER CULPABLES ANTE DIOS (ROMANOS 6:23)
Como lo dice la palabra de Dios el castigo por nuestro pecado es la muerte, pero no solamente la muerte física, sino también la muerte espiritual.
Pero acá surge un problema: La palabra de Dios nos enseña que estamos muertos espiritualmente porque hemos heredado la muerte desde Adán, entonces ¿Cómo puede ser condenado a muerte alguien que ya esta muerto? (Romanos 5:12)
La respuesta a este problema la encontramos en (Apocalipsis 21:8) La primera muerte es la que heredamos desde Adán e incluye el momento de nuestra muerte fisica, pero la segunda muerte es el castigo eterno por el pecado en el lago de fuego, es decir en el infierno.
La segunda muerte significa:
Separación eterna de Dios (2 Tesalonicenses 1:8-9)
Castigo eterno (Mateo 25:46)
La sentencia y el castigo tiene que llevar un: CUMPLIMIENTO
EL CUMPLIMIENTO: (TERCERA VERDAD) EL CASTIGO TIENE QUE PAGARSE (MATEO 25:41 /APOCALIPSIS 20:14-15)
Dios es juez justo y no puede dejar pasar por inocente al culpable (Números 14:18)
Dios, el Juez Justo no puede decir, “tú mereces la pena de muerte, pero como yo soy un Dios misericordioso, me olvidaré de ello y te dejaré vivir”. Si Dios hiciera eso, es cierto que El sería misericordioso, pero El dejaría de ser Justo y dejaría de ser Santo y dejaría de ser Recto.
Imaginemos esta noche que un juez humano le dijera a un criminal:” yo sé que has robado ese banco y que le disparaste al cajero en la ventanilla, pero como soy tan misericordioso, olvidaré que esto ha sucedido y te dejaré libre”. ¿Estaría este juez ejerciendo justicia?
DEFINITIVAMENTE NO. ¿DEJARA DIOS DE HACER LO QUE ES JUSTO? (Genesis 18:25)
El cumplimiento del castigo tendría que ser hecho por nosotros, pero Cristo pago el precio de nuestro castigo como: SUSTITUTO
NUESTRO SUSTITUTO: (CUARTA VERDAD) CRISTO LLEVO LA PENA DE MUERTE EN NUESTRO LUGAR (ISAIAS 53:6)
Nosotros somos culpables, tenemos una sentencia de culpabilidad y tenemos que recibir el castigo por nuestra culpa, y ese castigo es la muerte, pero Dios en su gran amor por nosotros mando a su hijo Jesucristo para que el pagara nuestra condena EN LUGAR DE NOSOTROS (Juan 3:17)
Cristo vino al mundo para pagar nuestro castigo y salvarnos a nosotros los pecadores de la muerte eterna. (1 Timoteo 1:15)
Cristo murió por nosotros para que nosotros pudiéramos vivir eternamente (1 Corintios 15:3)
Cristo llevo nuestros pecados, recibió nuestro castigo, murió en lugar nuestro, para que nosotros podamos ser declarados justos delante de Dios (2 Corintios 5:21)
PODEMOS DARNOS CUENTA DE UNA GRAN VERDAD: NO HAY AMOR MAS GRANDE QUE EL DE NUESTRO DIOS, NI UN AMIGO MAS PRECIOSO QUE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO QUE DIO SU VIDA POR NOSOTROS.