SALMO 1:1-3 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de Malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; 2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. 3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.
Muchas familias cristianas se hacen esta pregunta, esperando que Dios les de una fecha o un tiempo específico, pero no comprenden que la respuesta a esa pregunta depende mucho más de nosotros que del Señor.
Lastimosamente no comprendemos que lo que está deteniendo la prosperidad de nuestra familia son nuestras propias acciones y nuestras propias decisiones.
Entonces respondamos la pregunta ¿CUÁNDO VEREMOS LA PROSPERIDAD DE DIOS EN NUESTRA FAMILIA? Veamos la respuesta por medio de la palabra del Señor:
I) CUANDO DEJEMOS DE VIVIR COMO VIVEN LAS FAMILIAS DEL MUNDO Y SEAMOS UNA VERDADERA FAMILIA CRISTIANA
(SALMO 1:1) Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de Malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Este texto nos menciona tres cosas que afectan directamente la prosperidad de nuestra familia: LOS CONSEJOS DE MALOS, EL CAMINO DE PECADORES Y LA SILLA DE ESCARNECEDORES.
Todo esto se resume en una sola frase: VIDA MUNDANA, es decir, vivir como todos viven, siguiendo los valores y estilos de vida del mundo, dejando de lado los principios del Reino de Dios.
Seremos prosperados cuando dejemos de gastar en vicios y en una vida de libertinaje (Proverbios 21:17) Hombre necesitado será el que ama el deleite, Y el que ama el vino y los ungüentos no se enriquecerá.
Seremos prosperados cuando dejemos de gastar en relaciones pecaminosas de adulterio y fornicación (Proverbios 5:7:12) Ahora pues, hijos, oídme, Y no os apartéis de las razones de mi boca.8 Aleja de ella tu camino, Y no te acerques a la puerta de su casa;
9 Para que no des a los extraños tu honor, Y tus años al cruel;10 No sea que extraños se sacien de tu fuerza,Y tus trabajos estén en casa del extraño; 11 Y gimas al final, Cuando se consuma tu carne y tu cuerpo, 12 Y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, Y mi corazón menospreció la reprensión;
Ya es tiempo que verdaderamente tomemos una decisión, si queremos seguir siendo una familia del mundo o si queremos ser una familia cristiana que buscar primeramente agradar a Dios (1 Reyes 18:21) Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió.
II) CUANDO VERDADERAMENTE EL REINO DE DIOS SEA UNA PRIORIDAD EN NUESTRA VIDA
(SALMO 1:2) Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.
Lastimosamente muchas familias anhelan disfrutar de las bendiciones y de la prosperidad de Dios pero NO QUIEREN BUSCAR A DIOS.
Queremos tener negocios bendecidos, tener prosperidad económica, poder salir de las deudas, que nada nos falte en casa, PERO NO BUSCAMOS AL SEÑOR queremos todas sus grandes obras, pero no lo buscamos (Salmos 111:2) Grandes son las obras de Jehová, Buscadas de todos los que las quieren.
Este día valdría la pena hacernos una pregunta para que nos haga reflexionar: ¿Y QUE ES LO QUE NOS IMPIDE BUSCAR LAS COSAS DE DIOS?, ¿Será que podríamos dar una respuesta sincera sin EXCUSAS FALSAS? Sabiendo que a nuestro Dios no lo podemos engañar (Salmos 119:168) He guardado tus mandamientos y tus testimonios, Porque todos mis caminos están delante de ti.
Tenemos que recordar las palabras de nuestro Señor Jesucristo (Mateo 6:33) Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
No podemos ser prosperados por el Señor si NO LO HONRAMOS CON NUESTRAS PRIMICIAS, con nuestro Diezmos y ofrendas (Proverbios 3:9-10) Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos; 10 Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.
III) CUANDO RECONOZCAMOS QUE UN EMPLEO O UN NEGOCIO PROPIO SON LOS MEDIOS QUE DIOS USA PARA PROSPERARNOS
(1 TESALONICENSES 4:11-12) y que procuremos tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, 12 a fin de que os conozcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.
Tenemos que comprender que para poder experimentar la prosperidad de Dios en nuestra familia NO BASTA CON ORAR, ES NECESARIO TRABAJAR con esfuerzo y responsabilidad.
Lastimosamente muchas personas quieren disfrutar la prosperidad que viene de Dios pero NO SON RESPONSABLES en sus empleos, y tienen actitudes de HARAGANERÍA Y FALTA DE INICIATIVA (Proverbios 24:32-34) Miré, y lo puse en mi corazón; Lo vi, y tomé consejo. 33 Un poco de sueño, cabeceando otro poco, Poniendo mano sobre mano otro poco para dormir; 34 Así vendrá como caminante tu necesidad, y tu pobreza como hombre armado.
Igualmente hay personas, hombres y mujeres cristianas, que se viven quejando de la falta de prosperidad, pero NO CUIDAN SUS EMPLEOS tienen actitudes negativas, SON RESPONDONES, Y FALTOS DE HONRADEZ (Tito 2:9-10) Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; 10 no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.
Lastimosamente hay muchos cristianos a los cuales Dios quiere bendecirlos y prosperarles por medio de un negocio propio, por medio de un emprendimiento, pero NO LOS DEJA AVANZAR EL TEMOR, están esperando condiciones perfectas, cuando lo que Dios espera es que TENGAMOS FE y avancemos (Eclesiastés 11:4) El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará.
NO PODEMOS RECIBIR LA PROSPERIDAD DE DIOS SI NUNCA NOS ATREVEMOS A CREERLE.
CONCLUSIÓN: Veremos la prosperidad de Dios en nuestra familia cuando dejemos los caminos que detienen la bendición, cuando pongamos a Dios en el primer lugar de nuestras decisiones y cuando entendamos que Él usa nuestro trabajo, disciplina y diligencia para abrir puertas de provisión. Hoy es un buen día para decir: “Señor, queremos ser una familia que te honra, que te busca y que cree en ti.
