PROVERBIOS 16:31 Corona de honra es la vejez que se halla en el camino de justicia.
En el mundo de vanidad en el que vivimos todos luchamos por mantenernos jóvenes, por lucir jóvenes y por sentirnos jóvenes, a muchas personas les cuesta aceptar que han llegado a una etapa de su vida donde han dejado atrás su juventud.
Es necesario comprender que la vida es de etapas, ES EL CICLO DE LA VIDA y no se puede detener, CADA ETAPA ES LINDA SI APRENDEMOS A VIVIRLA:
a) la etapa de la infancia
b) la etapa de la adolescencia
c) la etapa de la juventud
d) la etapa de la adultez que termina a los 65 – 70 años aprox.
e) la etapa de la vejez de los 70 años en adelante.
En este ciclo de la vida es necesario comprender y aceptar que cuando se llega a la etapa de la vejez significa que que ha llegado a la ÚLTIMA ETAPA DE SU VIDA, y tenemos que aceptarlo, no con resignación, SINO CON CONTENTAMIENTO, CON AGRADECIMIENTO, disfrutando con el Señor de la edad a la cual él le nos permiten llegar.
En el texto que hemos leído para comenzar encontramos una de las bendiciones más grandes de llegar a la etapa de la vejez: LA BENDICIÓN DE LLEGAR A LA VEJEZ EN LOS CAMINOS DE DIOS (Proverbios 16:31) Corona de honra es la vejez Que se halla en el camino de justicia.
Verdaderamente hay una gran diferencia entre llegar a la vejez siendo un hijo de Dios a llegar a la vejez siendo una persona inconversa, y la gran diferencia es la esperanza que nuestro Dios da, QUE NUNCA NOS ABANDONARA
Ni en esta vida (Salmo 71:9) No me deseches en el tiempo de la vejez; Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.
Ni más allá de la muerte (Salmos 48:14) Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos guiará aun más allá de la muerte.
Lastimosamente muchos al llegar a esta etapa se deprimen, pero como hijos de Dios tenemos que tener gozo de saber que el Señor nos ha permitido llegar hasta el final de la carrera de la vida (2 Timoteo 4:6-7) Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. 7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
¿QUE SE NECESITA PARA PODER RECONOCER QUE LA VEJEZ ES UNA CORONA DE HONRA DE PARTE DE DIOS PARA NUESTRA VIDA?
ACEPTA LOS CAMBIOS INEVITABLES EN TU VIDA (Eclesiastés 12:1-5) Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; 2 antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia; 3 cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvan los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecen los que miran por las ventanas; 4 y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas; 5 cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles; Aunque quisiéramos ser fuertes y vigorosos toda la vida, los cambios por la vejez son inevitables, y tenemos que aceptarlos con sabiduría y contentamiento en Dios.
RECONOCE QUE NO ESTÁS SOLO, NI ABANDONADO, DIOS ESTA CONTIGO (Isaías 46:3-4) Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz. 4 Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré. Aunque tu familia quizás no esté contigo, aunque puedas pensar que nadie está pendiente ya de ti, él Señor te dice este día, desde tu niñez he estado contigo y aun en tu vejez yo no te he abandonado.
MIRA CON AGRADECIMIENTO TU VIDA Y TODO LO QUE DIOS TE HA DADO (Génesis 32:9-10) Y dijo Jacob: Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Jehová, que me dijiste: Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te haré bien; 10 menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos. Dale gracias a Dios por la esposa o él esposo que Dios te dio, dale gracias a DIos por cómo comenzó tu historia, y agradece al Señor por todo lo que te ha dado, por tus hijos e hijas, por tus nietos y bisnietos, y podrás decir con agradecimiento: HASTA AQUI ME AYUDO ÉL SEÑOR.
CONCLUSIÓN: La vejez, lejos de ser motivo de tristeza o rechazo, es una corona de honra otorgada por Dios a quienes han caminado en sus caminos. Aceptar esta etapa con sabiduría, gratitud y contentamiento nos permite ver su propósito y bendición. Aunque los cambios físicos y emocionales son inevitables, Dios promete estar con nosotros hasta el final de nuestros días, recordándonos que nunca estamos solos. Aprendamos a valorar la riqueza de la experiencia y la fidelidad de Dios en cada etapa de la vida, y agradezcamos por todo lo que Él nos ha permitido disfrutar y alcanzar. ¡La vejez es un regalo para celebrar, no para temer!