“8 porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.” 1 Timoteo 5:8
“11 Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?” Lucas 16:11
“22 El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos; pero la riqueza del pecador está guardada para el justo.” Proverbios 13:22
“20 Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio; mas el hombre insensato todo lo disipa.” Proverbios 21:20
La Palabra nos enseña la responsabilidad económica. Estos versos son una pequeña muestra de lo importante que es para Dios, no tan solo cómo obtenemos nuestros ingresos, sino también cómo los gastamos o invertimos. Esa responsabilidad nos corresponde. Y tú no puedes pensar que tu llamado va a evitar tus malas decisiones económicas.
La Biblia nos habla de una viuda que le dice al profeta que su marido –siervo del profeta – había muerto y les había dejado endeudados. Aquel hombre servía al profeta más grande de aquel tiempo, pero cometió errores financieros que provocaron que sus hijos fueran a esclavitud; y es que la unción, la conexión no necesariamente te van a proteger de malas decisiones económicas. Tú tienes que aprender a ser responsable con tus finanzas.
Son pocos los lugares donde se les enseña a los niños y jóvenes acerca del manejo de las finanzas. Van a la universidad, y no saben llenar una hoja para rendir impuestos, no conocen el impacto de tomar prestado para pagar sus estudios, no saben lo que son los intereses; salen a trabajar, sin ningún tipo de conocimiento acerca de cómo ser responsables en el área económica.
La Biblia, claramente, nos dice que tenemos que dejarles herencia a nuestros nietos, que tenemos que cuidar de los nuestros, los de nuestra casa; dice que los hombres sabios no gastan de más, mientras que el necio bota todo lo que tiene. Dice la Palabra que en casa del pobre hay abundancia de pan, pero se pierde por falta de conocimiento. Es por esto que todas las semanas dedicamos unos momentos para compartir contigo principios espirituales que te ayuden a tomar decisiones precisas bajo la revelación de la Palabra, para que seas libre económicamente.
Si hablamos en términos de Contabilidad, podemos hacer una tabla con 2 columnas: Ingresos, y gastos. Cuando se habla de ingresos se refiere a cómo se recibe el dinero; gastos, cómo se da. Para cada renglón, Dios tiene principios espirituales. No todo ingreso puedes decir que viene de Dios, si no viene de la fuente correcta. Tú no puedes decir que tu ingreso es divino, si lo robaste; no hay tal cosa como la bendición de haber podido robar un dinero. No puedes justificar ese ingreso porque tengas un gasto justo. Necesitas comprar comida, pero porque tus hijos tengan hambre, no se justifica el robo; tienes que darles de comer a tus hijos, pero no puedes justificar robar porque no tienes trabajo y el gasto sería en algo que sí es correcto. Hay varias formas en que Dios dice que tú puedes adquirir tu ingreso. Dios ha puesto unas leyes que gobiernan la manera en que se añade a tu vida. Y, por otra parte, los gastos también son dirigidos por Dios.
Uno de los errores que comete alguna gente en las iglesias en el área de sus finanzas es que, a pesar de que diezman y entienden que el restante 90% fue consagrado a Dios, hacen lo que les da la gana con ese 90%. Son responsables con sus diezmos, pero irresponsables con el 90%. Y entonces dicen que diezmar no les funcionó, pero la pregunta es ¿qué están haciendo con el 90%? ¿Cómo lo estás gastando? El 10% no te asegura que el 90 te vaya a rendir, si las decisiones que tú tomas no están dirigidas por la manera en que Dios dice que se tiene que hacer el gasto.
Hay gente próspera, que diezma y ofrenda, pero malgastan, y no caen en escasez económica porque son millonarios; dan el 10% y el otro 90 lo usan para gastarlo en cosas que no son correctas, y sus consciencias están en calma porque aportaron para el reino de Dios o para alguna obra benéfica. Pero el hecho de que des el 10% no quiere decir que vas a hacer lo que te dé la gana con el 90% porque, si no te diriges por la manera en que Dios dice que tienes que gastarlo, entonces ese 10% solo está calmando tu consciencia, pero no estás siendo responsable ante Dios.
Tu responsabilidad económica es vital para que tú puedas ver la mano de Dios obrar en tu vida, y hacer lo que es justo y correcto en esta tierra.
Hay quien piensa que recibe ingreso, lo gasta, y ya; pero si lo ves así, no ves los principios económicos que gobiernan las finanzas. Sí hay una parte que va a entrar y va a salir y no va a regresar; pero hay otras salidas que, eventualmente, van a aumentar el ingreso que tú vas a tener; pero no todos toman decisiones dirigidas a eso. Hay salidas de dinero que no necesariamente son gastos, sino inversiones; es un dinero que sale, pero que eventualmente se espera que provoque dinero entrante. Tú tienes que aprender a que la mayoría de tus gastos vayan hacia el futuro, no hacia el pasado. Mientras más de tus gastos vayan a tu pasado, menos posibilidades de prosperar tú tienes. Pero muchos no comprenden el principio de dar, ahorrar, invertir, no malgastar; viven solo para el presente; no se dan cuenta que el tiempo sigue corriendo y, eventualmente, los ingresos bajan si tú no haces con tiempo tu plan de gastos para que, eventualmente, haya más ingresos.
Sé responsable en tu economía. Dios tiene unos principios, unas leyes, reglas, guías de cómo traer ingresos a tu vida. Hay unas formas en que Dios dice que ingresas dinero, y otras que no; formas en que Él dice cómo gastarlo, y otras que no. Dios quiere dejarte saber cómo manejar esto, para que tú puedas tener la libertad económica que Él quiere para ti. Pídele a Dios sabiduría acerca de cómo tener nuevos ingresos, cómo y dónde gastarlo, dónde invertirlo y dónde no, para que alcances la libertad que Él tiene para ti.