2 Tesalonicenses 2:13-17 Tema para comentar: ¿Conocen los cristianos las reglas correctas sobre las cuales debemos vivir?
No basta que los cristianos conozcan cuáles son esas reglas, más importante es comprender de donde proceden esas reglas y por qué son realmente las mejores. Si alguien nos dijera que determinó por sí mismo qué está bien y qué está mal, de acuerdo a sus propios criterios, ¿Qué pensarías?
Podemos estar seguros de la diferencia entre lo bueno y lo malo porque las reglas que gobiernan el universo proceden de una sola fuente: Dios. Y son perfectas porque Él es perfecto. Dios es tan recto, tan justo, tan veraz que sólo él establece las normas del bien y del mal, de la justicia e injusticia y de la verdad y de la mentira.
Sabemos que el amor es bueno y el odio es malo porque Dios es amor. La honestidad es buena y la mentira es mala porque Dios es honesto. La pureza es moral y la impureza es inmoral porque Dios es puro. Lo que Dios nos dice acerca de lo bueno y lo malo es absoluto: se aplica a todas las personas, en todos los tiempos y en todos los lugares. Nos ama demasiado como para mandarnos hacer algo que no sea lo mejor.
PARA DIALOGAR: ¿Por qué es la norma de Dios acerca el bien y del mal la que debes seguir? ¿Cómo se lo explicarías a un amigo?
PARA ORAR: Señor. El mundo nos da toda clase de normas para juzgar las acciones y las ideas. Sabemos que tú eres juez perfecto de lo que es bueno y correcto.
PARA HACER: Fíjate hoy en las maneras como la gente descarta las reglas de Dios, para establecer las suyas propias. ¿Qué podrías decir para cambiar su manera de pensar?