Mateo 16:18 El versículo que hemos leído para comenzar esta noche nos dice que la iglesia está fundada en la Roca que es Cristo y que las puertas del hades no prevalecerán es decir no van tener superioridad ni ventaja contra la iglesia, esta no es solamente una promesa de parte de nuestro Señor sino también una garantía para enfrentar al enemigo confiados en la victoria que nuestro Dios nos da.
Generalmente interpretamos este versículo poniendo a la iglesia únicamente como un lugar seguro donde estar para aguantar los ataques del enemigo, un lugar donde escondernos cuando el enemigo nos ataca, pero la palabra de Dios hace un llamado a cada uno de nosotros como cristianos, y no es un llamado a escondernos, o un llamado a huir de las batallas de la vida, a huir de los ataques del enemigo, sino al contrario el Señor a cada uno de nosotros nos invita a pelear las batallas contra el enemigo, pues recordemos que tenemos un Dios que es varón de guerra (Éxodo 15:3)
Nosotros tenemos un llamado a pelear la buena batalla de la fe (1 Timoteo 6:12) el mandato es a pelear la buena batalla no a escondernos de ella, la palabra de Dios nos manda a cada uno de nosotros a ser buenos soldados de Jesucristo (2 Timoteo 2:3)
Cada uno de nosotros tenemos que estar preparados para enfrentar las batallas espirituales (Efesios 6:11-13) la armadura la usaban los soldados para entrar en la batalla, si el Señor nos manda a usar la armadura es porque vamos a entrar en la batalla y habrá ataques.
Satanás siempre quiere hacernos retroceder, que no avancemos, que volvamos atrás a nuestros antiguos pecados, que volvamos a ser esclavos, pero no debemos permitirlo, debemos resistir con el poder de nuestro Dios.
Tenemos que resistir al enemigo (Santiago 4:7 / 1 pedro 5:8-9) la palabra resistir en el original es “anthistemi” era un término militar que significa defender firmemente una posición en contra del enemigo.
Pero es IMPOSIBLE que resistamos los ataques del enemigo en la carne, la única forma de resistir las tentaciones, los obstáculos y la oposición del enemigo es estar fortalecidos en el poder de nuestro Dios (Efesios 6:10)
¿Sera que Dios nos enviara a pelear la batalla sin darnos las armas necesarias para hacerlo? definitivamente no, el Señor nos ha dado las más poderosas armas para enfrentar las batallas espirituales contra satanás, los cristianos estamos armados:
Con las armas de la luz (romanos 13:12) son las únicas armas que pueden hacerle frente a las fuerzas de las tinieblas, las tinieblas no se vencen con el poder de las tinieblas.
Con armas de justicia (2 corintios 6:7) la justicia de Dios es lo único que puede vencer la maldad de satanás, la maldad no se vence con la maldad, sino con el amor de Dios.
Con armas poderosas en Dios (2 corintios 10:4) nuestras armas no son poderosas en nuestras fuerzas, sino poderosas en la fuerza y el poder de nuestro Dios.
ESTAS ARMAS SON:
La palabra de Dios que es la espada del Espíritu, (Efesios 6:17)
La oración es decir conectar nuestra vida al poder de Dios (Mateo 26:41)
El ayuno el Señor nos enseño que hay batallas espirituales que no las podemos enfrentar sin usar la poderosa arma del ayuno (Mateo 17:18-21)
La adoración y la alabanza que traen la presencia de Dios (Hechos 16:23-26)
Para toda batalla de la vida del cristiano el señor nos ha dado lo necesario para enfrentarla, nosotros tenemos la victoria por medio de Jesucristo para reprender las obras de satanás en contra de nuestra vida y de nuestra familia (Efesios 5:11)
Pero respondamos esta noche una pregunta muy importante ¿Cómo puedo hacer para que la victoria de Cristo sea también mi victoria? Y la respuesta es : Hacemos nuestra su victoria, ¡RECLAMÁNDOLA!
Cristo pagó por tus nuestros pecados en la cruz, pero nosotros no fuimos salvos sino hasta que reclamamos esa salvación por la fe. De la misma manera cada uno de nosotros debemos reclamar la victoria de Cristo sobre Satanás debemos declarar por la fe: ¡toda la gran victoria de Cristo en el Calvario la recibo y la aplico a mi vida»!
Mientras hagamos nuestra la victoria del Calvario, Cristo atará el poder de Satanás.
Tenemos que reconocer que todos los cristianos estamos en guerra contra un enemigo muy poderoso (Efesios 6:12) pero también tenemos que confiar que nuestro Señor Jesucristo ha vencido a satanás y sus ángeles y tiene toda autoridad sobre ellos (Efesios 1:20-22)
Nosotros debemos enfrentar a nuestro enemigo, pero tenemos que enfrentarlo confiados de que no lo venceremos nosotros, pues ya está vencido por la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, satanás ya tiene una sentencia dictada por nuestro Señor Jesucristo en su palabra (Apocalipsis 20:10)