2 Corintios 6:1-2 «Nosotros, colaboradores de Dios, les rogamos que no reciban su gracia en vano. 2 Porque él dice: «En el momento propicio te escuché, y en el día de salvación te ayudé». Les digo que este es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!»
El Ministerio de la Iglesia es uno de alcanzar las almas que no conocen al SEÑOR JESÚS como Salvador de sus vidas, pero también de DISCIPULAR y de ALUMBRAR a un mundo que está en tinieblas. Para eso, la Iglesia necesita ser el EJEMPLO para los de afuera. Que Dios bendiga Su Palabra predicada en esta noche.
El tema final del capítulo anterior es el de la RECONCILIACIÓN. O sea, JESUCRISTO en estaba RECONCILIANDO al mundo en Su Obra Redentora en la Cruz del Calvario.
Pero ya que la Iglesia tiene el MINISTERIO o la ORDEN de DISCIPULAR al mundo que no conoce a JESUCRISTO (Mateo 28:19), ese Ministerio de la RECONCILIACIÓN es parte de la Iglesia.
Por eso Pablo llama a la Iglesia: EMBAJADORES DE CRISTO (5:20).
Así que nosotros cuando anunciamos la Obra de JESÚS en la Cruz del Calvario, estamos ANUNCIANDO al mundo que se RECONCILIE con DIOS.
Así nosotros representamos a DIOS delante de un mundo hostil al Evangelio.
Pero noten que el llamado de DIOS al pecador es bien claro, nunca es para MAÑANA, ni para otro día, sino que siempre es para HOY. La decisión de recibir a CRISTO como Salvador siempre es para ahora mismo, ya que trata con lo ETERNO. El día de mañana le pertenece solamente a DIOS.
HOY ES EL DÍA. 2 Corintios 6:1-2 «Nosotros, colaboradores de Dios, les rogamos que no reciban su gracia en vano. 2 Porque él dice: «En el momento propicio te escuché, y en el día de salvación te ayudé». Les digo que este es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!»
Nótese que al anunciar al mundo la RECONCILIACIÓN, no es para cuando la gente piense que debe de ser, o para dejarlo para otro día.
Como dice el verso 2: «¡hoy es el día de salvación!»
Siempre debemos recordar que para la gente es común hacer planes para diferentes cosas en la vida, especialmente vacaciones, etcétera, pero no para la ETERNIDAD.
Aquí el Texto Sagrado enfatiza con toda claridad que no es como uno piensa o desea, sino como DIOS quiere.
También debemos notar que la persona que recibe al SEÑOR JESÚS en su vida recibe un CAMBIO real como nos dice el capítulo 3.
No despreciar la GRACIA de DIOS. Nótese que esto no es solamente para aquellos que todavía no se han CONVERTIDO, sino que como dice un comentarista: «no abusar, por ligereza o por una seguridad carnal, de la gracia de esta reconciliación que se puede haber recibido en vano.» O sea, la GRACIA de DIOS no se recibe como el mundo piensa o actúa, sino solamente como la Palabra de DIOS nos enseña.
Aquí tenemos DOS cosas:
La primera es que aquellos que no han RECIBIDO LA GRACIA DE DIOS no han NACIDO DE NUEVO. Es decir, uno puede notar que no ha habido un cambio en ellos.
En segundo lugar, como ya leímos lo que L. Bonnet dice en su comentario, el creyente que piensa que puede jugar con el pecado sin que le afecte, se está engañando, y está tomando la GRACIA DE DIOS EN VANO.
El MENSAJE del Evangelio, o sea, de la RECONCILIACIÓN, no se puede cambiar. Nadie puede alterar la manera como ACERCARSE a DIOS ni tampoco como VIVIR la vida Cristiana.
Los sufrimientos del ministerio. (2 Corintios 6:3-10) «Por nuestra parte, a nadie damos motivo alguno de tropiezo, para que no se desacredite nuestro servicio. 4 Más bien, en todo y con mucha paciencia nos acreditamos como servidores de Dios: en sufrimientos, privaciones y angustias; 5 en azotes, cárceles y tumultos; en trabajos pesados, desvelos y hambre. 6 Servimos con pureza, conocimiento, constancia y bondad; en el Espíritu Santo y en amor sincero; 7 con palabras de verdad y con el poder de Dios; con armas de justicia, tanto ofensivas como defensivas;[b] 8 por honra y por deshonra, por mala y por buena fama; veraces, pero tenidos por engañadores; 9 conocidos, pero tenidos por desconocidos; como moribundos, pero aún con vida; golpeados, pero no muertos; 10 aparentemente tristes, pero siempre alegres; pobres en apariencia, pero enriqueciendo a muchos; como si no tuviéramos nada, pero poseyéndolo todo.»
En el caso del ANUNCIO del Evangelio, no solamente para los pastores o evangelistas, sino para todo aquel o aquella que ANUNCIA o COMPARTE el Evangelio con otros.
Para los que creen al Evangelio, aquella persona que los trajo a los PIES DEL SEÑOR llega a ser un padre o una madre espiritual.
Sin embargo, para aquellos que RECHAZAN el Evangelio, llega a ser una voz que los está JUZGANDO.
En realidad, el simple hecho que uno es DIFERENTE hace que se sientan JUZGADOS, sin que uno haya hecho o dicho nada.
Recordamos las palabras del impío Rey Acab, cuando se encuentra con el profeta Elías le dice:
«Abdías fue a buscar a Acab y le informó de lo sucedido, así que este fue al encuentro de Elías 17 y, cuando lo vio, le preguntó: ―¿Eres tú el que le está creando problemas a Israel? 18 ―No soy yo quien le está creando problemas a Israel —respondió Elías—. Quienes se los crean son tú y tu familia, porque han abandonado los mandamientos del Señor y se han ido tras los baales.»
Lo mismo en Tesalónica cuando los judíos que rechazaron al SEÑOR buscaron maleantes para causar un disturbio en contra del apóstol Pablo y sus ayudantes.
(Hechos 17:6) «Pero, como no los encontraron, arrastraron a Jasón y a algunos otros hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: «¡Estos que han trastornado el mundo entero han venido también acá»
Lo mismo en el caso de Amós (Amos 7:10).
En el Ministerio del SEÑOR JESÚS lo podemos ver. Aquellos que recibían el Mensaje del Evangelio, los seguían y lo buscaban, pero aquellos que lo RECHAZABAN, buscaban como matarlo.
Así que, como Iglesia de JESUCRISTO, debemos recordar que, si se lo hicieron al SEÑOR JESÚS, nosotros Sus discípulos, no podemos pensar que no nos van a despreciar y en muchos casos: perseguir.
Nosotros los podemos experimentar en el caso del Evangelio, ya que es el ÚNICO camino al Cielo, llega a ser DESPRECIADO por no ser INCLUSIVE con las demás personas que no creen.
El opinar Bíblicamente sobre los siguientes temas también nos llegan a considerar como que «odiamos».
En cuanto al aborto.
La eutanasia.
trimonio entre un hombre y una mujer.
Pablo y los sufrimientos del Ministerio. 2 Corintios 6:3-5 «Por nuestra parte, a nadie damos motivo alguno de tropiezo, para que no se desacredite nuestro servicio. 4 Más bien, en todo y con mucha paciencia nos acreditamos como servidores de Dios: en sufrimientos, privaciones y angustias»
Nótese como el apóstol Pablo ahora narra los sufrimientos por el ministerio que él y sus ayudantes han tenido que soportar.
Claro que eso no lo hubieran tenido que haber sufrido si el mundo, o el sistema del mundo, no los hubiera odiado como ya hemos mencionado.
Entre esos sufrimientos están:
Cárceles; incluyendo azotes, como era común en aquellos tiempos.
Tumultos.
Trabajos pesados. No solo el trabajo del ministerio, sino que probablemente también el trabajo manual o secular con el cual tenía que recurrir muchas veces para el sostén.
Desvelos.
Hambre. La RVR1960; RVR1977 y LBLA dicen ayunos.
Hambre (Así en la NVI; NTV; TLA y DHH). Jamieson-Fausset dice:
«El contexto aquí se refiere a sus pruebas más bien que a ejercicios devocionales (cf. cap. 11:27). Entonces ‘sin alimentos’ parecería ser el sentido (cf. 1 Corintios 4:11; Filipenses 4:12).»
El v. 6 muestra como Pablo responde a la manera que ha sido abusado.
«Servimos con pureza, conocimiento, constancia y bondad; en el Espíritu Santo y en amor sincero»
David Garland habla de la historia antigua de misioneros en Japón quienes no habían podido progresar hasta que un hombre escupió en la cara de uno de ellos y él simplemente se limpió la cara y continuó predicando como si no hubiera sufrido nada. Ellos se admiraron tanto de su fortaleza que los honraron como «hombres que habían descendido del cielo» y comenzaron a abrazar la fe de esos hombres que no solamente la predicaban, sino que la vivían también.
Noten el v. 10, el cual nos muestra que no son las apariencias materiales las que muestran nuestras posesiones verdaderas.
Romanos 8:32 nos enseña que la verdadera riqueza es la SALVACIÓN.
«El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?»
Es obvio que DIOS no nos va a dar TODAS LAS COSAS que uno quiere, sino las que según Su Voluntad Él sabe que necesitamos.
Así que el RECIBIR TODO por parte de DIOS, no es tanto en lo material, sino en lo ESPIRITUAL. Es decir, la Obra Redentora de nuestro SEÑOR JESÚS que nos ha dado esa SALVACIÓN tan grande.
Así que quien tiene la SALVACIÓN, lo tiene todo, ya que tiene la VIDA ETERNA.
Nótese que detrás de TODAS LAS COSAS está el AMOR DE DIOS que nadie ni nada podrá apartarnos de ese AMOR tan grande.
(Romanos 8:33-39) «¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? 36 Así está escrito: «Por tu causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!» 37 Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios,[g] ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, 39 ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.»
Para concluir este punto, aunque hay muchos Cristianos en el mundo sufriendo persecución cárceles, bajo pena de muerte, etcétera, nosotros tal vez no hemos experimentado la persecución de esa manera, pero sí la hemos experimentado de parte de un mundo hostil que considera al Evangelio como enemigo de su sistema.
¡Cuidado con hacer yugo desigual! (vv. 14-18) «No formen yunta con los incrédulos. ¿Qué tienen en común la justicia y la maldad? ¿O qué comunión puede tener la luz con la oscuridad? 15 ¿Qué armonía tiene Cristo con el diablo? ¿Qué tiene en común un creyente con un incrédulo? 16 ¿En qué concuerdan el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos templo del Dios viviente. Como él ha dicho: «Viviré con ellos y caminaré entre ellos. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo». Por tanto, el Señor añade: 17 «Salgan de en medio de ellos y apártense. No toquen nada impuro, y yo los recibiré». 18 «Yo seré un padre para ustedes, y ustedes serán mis hijos y mis hijas, dice el Señor Todopoderoso».
Nótese que la figura aquí es tomada de la costumbre de uncir bajo el mismo yugo bestias de carga de diferentes especies (lo que la ley prohibía. Lev. 19:9; Deut. 22:10).
También debemos notar que «Hay al mismo tiempo en esta figura la idea de una infidelidad y de una sujeción. Es lo que acontece espiritualmente cuando fieles se asocian con incrédulos para una obra de Dios que exige un mismo espíritu, la misma fe, el mismo amor. En general, las comunicaciones de los cristianos con el mundo, llenas de benevolencia y de caridad, sin duda, deben limitarse a lo necesario, y tener siempre por objeto extender el conocimiento de la verdad, el buen olor del evangelio en Cristo. Fuera de ello, la sal pierde su sabor, el espíritu del mundo triunfa del espíritu de la vida cristiana.»
Para el creyente, el noviazgo y el matrimonio deben ser solamente con creyentes, nunca con incrédulos.
Es obvio que se está refiriendo al tiempo después de la CONVERSIÓN.
Aquellos que contrajeron matrimonio antes de la CONVERSIÓN no deben pensar que necesitan el divorcio. Al contrario, el MATRIMONIO es HONROSO delante del SEÑOR.
(Hebreos 13:4) «Tengan todos en alta estima el matrimonio y la fidelidad conyugal, porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que cometen inmoralidades sexuales.»