«Y Amán dijo al rey Asuero: Hay un pueblo esparcido y diseminado entre los pueblos en todas las provincias de tu reino; sus leyes son diferentes de las de todos los demás pueblos, y no guardan las leyes del rey, así que no conviene al rey dejarlos vivos.» Ester 3:8 (RV60)
El propósito de Dios con Israel, era que ellos fueran un pueblo diferente a las naciones que los rodeaban, por eso les dio leyes y les advirtió la importancia de no ir tras las costumbres de ellos. Cuando el pueblo de Dios dejó de mostrar a Dios a las naciones vecinas, se mezcló con sus creencias y cayó en sus prácticas paganas Dios los envió al cautiverio para ser purificados. Así que los gentiles comenzaron a ver que los judíos eran diferentes, sus leyes eran diferentes y esto causaba molestia, lo que los llevó a ser señalados y hasta perseguidos en diferentes momentos de su historia.
Como cristianos, somos vistos de igual manera, hay burlas, persecución y hasta discriminación, pues nuestras leyes y principios son diferentes a las de este mundo. Bien dijo el Señor, estamos en el mundo pero no somos del mundo. Como seguidores de Cristo, ¿estamos caminando en pos de Él y en contra de la corriente de estos tiempos? ¿Estamos reflejando la luz de Dios en nuestro hablar y actuar? ¿A quién nos parecemos, al Señor o al mundo? No tengamos temor de las burlas, persecución o lo que pueda hacer el hombre, ¡pues Él ya venció al mundo!
Oración
Señor, mi anhelo es que Tú seas formado en mí cada día, para reflejarte y mostrar Tu luz al mundo. Quiero ser diferente y caminar en Tu santidad, con Tu gracia seré más que vencedor, y podré caminar contra la corriente para mantenerme en Tu Senda de Santidad. ¡Amén!