Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano. Salmos 37:23
Cuando damos inicio en la vida cristiana es como aprender a caminar. Habrán muchos altibajos y es normal; el enemigo querrá siempre que tropecemos y caigamos pues conoce nuestras debilidades. Espiritualmente sabemos que el pecado obstaculiza nuestra relación con Dios y es por eso que el mayor anhelo de satanás es mantenernos lejos de la comunión con el Señor.
Siendo muy niños, cuando aprendemos a caminar a menudo nos caíamos. Al estar en el suelo no nos quedamos tendidos, nos sosteniamos de la mano que nos extendía papá o mamá, y nos volviamos a levantar hasta que finalmente aprendimos a caminar. Podemos aprender a caminar con Dios de la misma manera: al caer, busquemos a Dios en oración y aceptemos su mano misericordiosa, Él siempre está dispuesto a levantarnos.
Cuando hagamos cosas que desagraden al Señor, volvamos a reestablecer las cosas con Él tan pronto como el Espíritu Santo lo traiga a conciencia. Pero procuremos mantenernos firmes, no volver a caer en el pecado, para continuar en el gozo que solo Jehová nos da. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9 Jehová grande en gracia y misericordia te llene de bendiciones en este día, Amén.
