De allí seguirás más adelante, llegarás hasta la encina de Tabor, y allí te encontrarás con tres hombres que suben a Dios en Betel, uno llevando tres cabritos, otro llevando tres tortas de pan y otro llevando un odre de vino. 1 Samuel 10:3
Y las multitudes unánimes prestaban atención a lo que Felipe decía, al oír y ver las señales (los milagros) que hacía. Hechos 8:6
En 1 Samuel 10, Samuel da instrucciones a Saúl sobre cómo el Espíritu Santo se mueve en la vida de los creyentes. Le dice que se encontrará con hombres que suben a Dios en Betel, un lugar preñado de Dios, y que deben codearse con gente que tiene la unción del Espíritu del Señor. Es importante buscar ambientes y personas que nos contagien con su pasión por el Espíritu Santo para recibir su llenura y energía en nuestras vidas. Es necesario unir la buena enseñanza y la buena instrucción con el fuego de Dios para darle vida y calor a nuestras vidas.
Cuando Samuel unge a Saúl, entonces le da una serie de instrucciones que nos indican algo de cómo se mueve el Espíritu Santo en la vida de los creyentes.
Le dice el profeta Samuel que emprenda su camino y que luego que siga más adelante, y llegue a la encina de Tabor «Le saldrán al encuentro tres hombres que suben a Dios» dice «en Bet El llevando unos cabritos, pan y una vasija de vino, los cuales» dice «una vez que te hayan saludado, te darán dos panes, los que tomarás de manos de ellos, y después de esto llegarás al collado de Dios donde está la guarnición de los filisteos, y cuando entres allá en la ciudad encontrarás una compañía de profetas que descienden del lugar alto, y delante de ellos salterio, pandero, flauta y arpa, y ellos profetizando.»
Lo que está estableciendo aquí el profeta Samuel es una atmósfera sobrenatural. Es interesante que el Espíritu de Dios mora en Samuel y por lo tanto Samuel tiene un espíritu profético tremendamente poderoso y preciso. Le está dando a Saúl instrucciones bien claras.
Saúl tiene que proceder por este camino y cuando vaya a cierto lugar encontrará unos hombres que van dice, camino a Betel, suben a Dios dice en Betel. Es interesante que Vettel tiene unas resonancias en el Antiguo Testamento de la visita de Dios. Es un lugar donde por ejemplo Jacob tuvo un encuentro muy poderoso con Dios, donde Abraham originalmente adoró al Señor y después que regresó de Egipto volvió a Betel y adoró al Señor allí una vez más. Betel es un lugar sobrenatural, es un lugar donde como que Dios habitaba en una forma muy poderosa.
Y estos hombres con los que se ha de encontrar Saúl van a ese lugar de Betel, dice que suben a Dios. Es como que van allí a buscar algo del Señor; quizá van allí a tener una reunión de avivamiento, o de oración, o de unción, pero van a ese lugar donde mora la Presencia de Dios. Evidentemente son hombres que conocen el mover del Espíritu y Dios tenía un propósito misterioso en que Saúl recibiera algo de estos hombres camino a su encuentro personal con el Espíritu Santo.
Muchas veces una de las cosas que más necesitamos es codearnos y relacionarnos con gente que tiene la unción del Espíritu del Señor. Si tú estás buscando que el Espíritu del Señor se mueve en tu vida será mejor que te asocies con gente que conoce del Espíritu, gente que tiene energía de Dios, gente que ama las cosas del Espíritu, que tiene sabiduría para hablar de cómo se mueve el Espíritu Santo y que ellos mismos tienen la unción del Señor porque habitan en esa dimensión sobrenatural que ejemplifica Betel en este caso.
Dicen por allí y yo creo que es muy cierto, que el Espíritu de Dios se recibe más por impartición y por contagio que por enseñanza. Una Iglesia puede tener tremenda enseñanza, tremenda instrucción bíblica, buenos mensajes, buenas clases de discipulado pero si no también enseña cómo la gente puede entrar en contacto con el Espíritu Santo desnudo de Dios, cómo puede entrar en contacto y manejar la energía desnuda del Espíritu Santo se queda corta.
Los hijos de Dios necesitamos buscar ambientes donde la Presencia del Señor se mueve, donde está viva la Presencia de Dios por medio de la alabanza, de predicaciones que glorifican al Espíritu Santo, que le enseñan al pueblo a vivir en la energía del Espíritu Santo, que le proveen al pueblo de Dios oportunidades de gozar de esa energía que los renueva y los aviva, y los sana, y los lleva hacia adelante. Si tú quieres tener esa llenura del Espíritu Santo busca una Iglesia, búscate gente que ame el Espíritu de Dios y que tenga apetito de las cosas del Espíritu.
No es que en otros lugares donde no necesariamente haya ese énfasis pentecostal no esté la Presencia de Dios o que Dios no ame a esa gente, o que no sean personas verdaderamente útiles para el Reino de Dios, pero siempre he creído que el deseo perfecto de Dios y la forma ideal de uno moverse en las cosas del Reino de Dios es en esos lugares donde se alaba, y se suscita, y se busca el mover del Espíritu Santo.
Imagínese tanta gente hoy en día que tiene mucha piedad, pero no conocen del Poder de Dios. Qué bello sería si esas personas que tienen a veces un corazón muy espiritual y muy deseoso de servir al Señor, fueran también personas llenas del Espíritu Santo con esa energía agresiva que da el Espíritu Santo, sería maravilloso. Sin embargo hoy en día como que tenemos estos dos extremos: gente que ama la Palabra, que predica la Palabra, que aman la enseñanza y las verdades teológicas, y gente por otra parte que aman el Espíritu Santo, amén la energía del Espíritu, los dones, el avivamiento.
Y como que se han constituido en dos campos en el Reino de Dios, cuando lo que Dios quiere es que estos dos extremos se unan en un solo ser, un solo ambiente, un solo pueblo que fundamente su vida en la Palabra del Señor, en la buena enseñanza, la buena teología, la buena doctrina, pero que sepan que se necesita el fuego de Dios para darle vida y calor a esa masa de enseñanza y de buena instrucción. Se necesitan las dos cosas.
Y yo creo que cuando Dios le dice a Saúl: Mira, ve al encuentro de estos hombres que van y suben a buscar de Dios en Betel, que es el lugar preñado de Dios, le está diciendo: Hey, comienza a codearse, comienza a contagiarse con esa energía del Espíritu Santo que tiene la gente que ya está llena del Espíritu Santo, y que saben el valor de buscar esa energía. Busquemos ambientes y personas que nos contagien con su pasión por el Espíritu Santo. Dios te bendiga.