SALMO 101:1-2 Misericordia y juicio cantaré; A ti cantaré yo, oh Jehová.2 Entenderé el camino de la perfección Cuando vengas a mí. En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa.
Verdaderamente es muy importante que como cristianos, como hijos e hijas de Dios, vivamos en este mundo con INTEGRIDAD DE CORAZÓN.
Esa integridad de corazón se verá reflejada en nuestras acciones, en nuestras decisiones, y en nuestra manera de relacionarnos con las personas.
Pero ¿Qué es la integridad en la vida de un cristiano? ¿Qué significa ser íntegros? Porque todos sabemos que mientras vivamos en este mundo NUNCA PODREMOS SER PERFECTOS NI VIVIR SIN COMETER PECADOS, pero SÍ PODEMOS VIVIR EN INTEGRIDAD.
La integridad no significa ser perfecto o sin pecado, sino procurar todos los días SER COHERENTES Y HONESTOS en nuestro caminar con Dios y con los demás.
Vivimos en integridad cuando somos conscientes de que Dios nos observa en todo momento y en todo lugar y por eso procuramos de todo corazón serle agradables con nuestra vida.
SI REALMENTE QUEREMOS VIVIR EN INTEGRIDAD HAY TRES VERDADES BÍBLICAS MUY IMPORTANTES QUE COMO CRISTIANOS DEBEMOS COMPRENDER:
I) PRIMERA VERDAD: NO ES EL AMBIENTE NI NUESTRAS CIRCUNSTANCIAS SINO NUESTRAS DECISIONES.
Muchas veces caemos en el error de siempre señalar como culpables de nuestros errores y pecados a las circunstancias, al ambiente que nos rodea, a las personas con las que nos relacionamos, etc.
Si bien es cierto que puede haber una presión de nuestros amigos, de nuestros compañeros de trabajo, y quizás hasta de la familia, para hacer cosas que sabemos que no agradan a Dios, pero la Biblia nos demuestra que SON NUESTRAS DECISIONES LAS QUE DEFINEN NUESTRA INTEGRIDAD (Daniel 1:8) Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.
La palabra de Dios también nos demuestra que PODEMOS SER ÍNTEGROS AUNQUE LAS CIRCUNSTANCIAS SEAN PROPICIAS PARA PECAR, eso significa que aunque digamos “Estábamos solos”, “La soledad me impulsó a fallar”, “Las cosas se fueron dando y no hubo forma de parar” la realidad es que A PESAR DE LAS CIRCUNSTANCIAS PODEMOS DECIDIR AGRADAR A DIOS (Génesis 29:10-12) Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella, 11 aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. 12 Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.
II) SEGUNDA VERDAD: NO ES QUE TODOS LO APRUEBEN O QUE TODOS LO HAGAN, SINO QUE ES NUESTRO DESEO DE AGRADAR Y GLORIFICAR A DIOS CON NUESTRA VIDA
(1 Corintios 10:23) Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.
En la vida muchas veces nos vamos a encontrar en situaciones en las cuales recibiremos invitaciones, propuestas y oportunidades que, aunque quizás no sean pecaminosas en sí mismas, pero sabemos que como cristianos no nos convienen y no nos edifican.
En esas situaciones es que tenemos que demostrar NUESTRA COHERENCIA es decir, tenemos que VIVIR CONFORME A LO QUE DECIMOS QUE SOMOS, y dejar bien claro que no es porque nos lo prohíban, ni porque nuestro pastor nos va a regañar, ni porque nos van a castigar en la iglesia, sino porque NO VIVIMOS PARA LA APROBACIÓN DE LAS PERSONAS, SINO PARA AGRADAR A CRISTO CON NUESTRA VIDA (Gálatas 1:10) Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Si queremos vivir en integridad no se trata de preguntar ¿ES PECADO?, sino que la pregunta clave es ¿ME EDIFICA Y GLORIFICA A DIOS? (1 Corintios 10:31) Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
III) TERCERA VERDAD: NO SE TRATA DE MI NECESIDAD, SINO DE MI AMOR Y TEMOR A DIOS
(PROVERBIOS 28:6) Mejor es el pobre que camina en su integridad, Que el de perversos caminos y rico.
Muchas personas creen que la pobreza y la necesidad son una excusa perfecta o un motivo justificable para cometer pecados, para obrar injustamente.
Pero la palabra de Dios nos muestra que aun en los momentos de necesidad, escasez o pobreza lo mejor es MANTENER NUESTRA INTEGRIDAD delante de Dios y de las personas
Muchas veces justificamos los pecados sexuales por causa de las necesidades no atendidas en el hogar, por una esposa que se siente abandonada o por un hombre que se queja de una esposa fría o indiferente, pero la palabra de Dios nos declara algo muy importante (Juan 14:15) Si me amáis, guardad mis mandamientos.
A pesar de nuestras necesidades físicas, emocionales, sentimentales o sexuales debemos recordar lo que la palabra de Dios nos declara (Salmo 34:9) Temed a Jehová, vosotros sus santos, Pues nada falta a los que le temen.
(Salmo 25:12-14) ¿Quién es el hombre que teme a Jehová? Él le enseñará el camino que ha de escoger.13 Gozará él de bienestar, Y su descendencia heredará la tierra. 14 La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto.
CONCLUSIÓN: Vivir como cristianos íntegros es un llamado diario a la coherencia, la honestidad y la fidelidad a Dios. No depende de nuestras circunstancias, de la aprobación de otros ni de la abundancia de recursos; depende de nuestro deseo de agradar y glorificar a Dios en todo momento. Que nuestra vida sea un testimonio que hable más que nuestras palabras, demostrando que la integridad nace de un corazón que ama, teme y confía en Jehová, caminando en fidelidad aun cuando nadie nos observa. Recordemos: más vale ser pobres íntegros que ricos deshonestos, más vale agradar a Dios que a los hombres, y más vale mantener nuestra integridad que ceder a cualquier necesidad pasajera.
