Articulos

Ama sin filtros

“Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas. 2 La compré entonces para mí por quince siclos de plata y un homer y medio de cebada. 3 Y le dije: Tú serás mía durante muchos días; no fornicarás, ni tomarás otro varón; lo mismo haré yo contigo. 4 Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines. 5 Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días.” Oseas 3:1-5

En esta historia, lo que vemos es una relación que comienza bien y que se va deteriorando; un matrimonio que comienza feliz, con todas las expectativas y sueños, tienen varios hijos, pero la relación comienza a enfriarse, y la mujer empieza a acostarse con diferentes hombres. El vacío de aquella mujer era insaciable; estaba casada, tenía un buen hombre, pero había un gran vacío en ella. Oseas les pide a sus hijos que le digan que no se vaya de la casa; siempre luchando por ese amor. Pero ella termina en un prostíbulo, siendo esclava de una persona. Entonces, Dios le da la orden al profeta: Vete y paga el precio por ella, rescátala; no la mires como el mundo la ve, ámala sin filtros, tal y como está.

En la antigüedad, una persona llegaba a ser esclava por varias razones: Por causa de la conquista, por herencia, por deudas; y este último era el caso de aquella mujer. Y Dios le pide al profeta que la vaya a buscar, pero no para que trajera consigo a una esclava, sino a una esposa. ¿Cuánta gente tú has amado pero todavía tienes por rehén? ¿Cuánta gente tú dices que amas, y has hecho algo por ellos, pero todavía los tratas como esclavos porque les demuestras que los amaste por encima de sus errores? En vez de liberarlos, los mantienes como esclavos. La orden que Dios le da a Oseas es: Cuando tú la busques, no vas a traer a tu casa una esclava, sino una esposa.

Amar no es hacer algo por alguien y mantenerlo como rehén toda tu vida; no es permanecer en el matrimonio, pero siempre sacarlo en cara; no es hacer de todo por tus hijos, pero sacarlo en cara; no es servir a Dios y sacarlo en cara. El problema de las relaciones es que, cuando la gente hace algo con filtros, mantienen rehenes; y eso no es verdadero amor. Verdadero amor es cuando tú liberas al otro de sus errores, y le devuelves el honor ante tus ojos, a pesar de lo que el mundo piense. Para el mundo, aquella mujer siempre sería una prostituta; porque no importa cuánto tú cambies, cuánto te renueves, el mundo siempre te va a señalar. Pero qué bueno cuando tú eres tan libre que tú puedes amar a pesar de la marca que el mundo ponga. Cuando Oseas trajo a Gomer, fue bajo la premisa de que no importa cómo el mundo la mirara, aquella era su esposa. Qué libertador cuando encuentras a alguien que te ama sin filtros, a pesar de como el mundo te vea. Y gloria a Dios porque Él te ama sabiendo tus imperfecciones; a pesar de todo lo que Él conoce de ti, te pone en un lugar de honor.

Al Dios que tú sirves, no le importa lo que la gente piense; Él es capaz de mostrarte por el mundo entero. Él pagó el precio por ti, no para que tú fueras esclavo, sino para que tú seas libre, porque Él quiere que el amor tuyo hacia Él sea uno de libertad. Dios no te tiene a ti como rehén. Tú eres libre, y hoy Dios te dice: Suelta todos los rehenes que tú tienes en tu vida.

Fuente:
Pastor Otoniel Font

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba