Articulos

Ajusta tu Ruta

Utilizando la analogía de la navegación, podemos ver lo que requiere el que tú puedas embarcarte y navegar hacia tu futuro extraordinario.  En la antigüedad, se usaban dos cosas básicas para navegar, para ubicarse en tiempo y espacio: El compás y las estrellas.  Hoy existen métodos mucho más avanzados, pero en aquellos tiempos, se lograron grandes conquistas con estos dos elementos.

Comienzas a navegar desde lo que se conoce como un punto muerto, y vas haciendo los ajustes, dejándote llevar por los instrumentos, para llegar a tu destino.  Se dice que lo más confiable es la navegación celestial porque las estrellas siempre han estado ahí, en el mismo lugar.  Así que la navegación celestial es la más segura que tú puedes tener.

Navegar es saber dónde te encuentras, es posicionarte en el lugar exacto donde estás, y escoger una ruta segura para llegar a donde deseas llegar.  Y navegar requiere de tu intervención, de tus ajustes, tu interacción con los instrumentos, con tu entorno.

Para tú realmente alcanzar la vida que deseas obtener, para navegar el curso que Dios te ha dado, es importante que haya una interacción constante en tu vida.  Tú no puedes estar a la deriva, sin tomar decisiones, sino que tienes que interactuar constantemente, corrigiendo tu camino.  Ahora hay automóviles que se guían solos, pero cada ciertos minutos, el auto te obliga a poner la mano en el guía; no te permite que te duermas porque la idea no es que te duermas y pienses que te va a llevar al otro lado.  Aun con la ciencia y la tecnología, tiene que haber alguien despierto, sabiendo los ajustes que tiene que hacer para que realmente puedas llegar a un lugar seguro.

Uno de los problemas de la sociedad es que no hace ajustes.  Queremos que nos lleven, nos dejamos llevar hasta donde nos lleve el viento, a donde lleguemos.  Te preguntan qué quieres alcanzar, y dices “la voluntad de Dios, lo que Él quiera”.  Pero ¿qué quieres tú?  ¿Qué estás haciendo?  Llevas años orando tratando de descubrir para dónde vas, qué vas a hacer; no tomas decisiones, no haces nada, pendiente a donde Dios te lleva.  Pero tú tienes que estar despierto, poniendo la mano en el guía, para hacer los ajustes necesarios para llegar a donde Dios te ha prometido.

Cuando hablamos de navegar, hay varias cosas que debemos enfatizar.  Navegar es tomar responsabilidad de tus decisiones y de los cambios que hay en tu vida para asegurar que tu camino esté dirigido por Dios.  Navegar requiere ciertas habilidades y herramientas para hacerlo con precisión.  Hace falta confianza en los instrumentos que vas a usar para navegar.  Cuando vuelas entre nubes, no tienes visibilidad, y tu cuerpo te puede hacer sentir como que vas para un lado, cuando en realidad vas hacia otro, y tú tienes que saber leer y confiar en los instrumentos para no hacer un viraje incorrecto.  Y tú tienes que aprender a confiar en las promesas de Dios para tu vida, que lo que Él ha dicho de ti es lo correcto.

Para navegar, se requiere, además, que tengas confianza en tu capacidad para tomar decisiones.  Hay quien no toma decisiones, esperando siempre confirmación.  La profecía más clara que tú tienes es la palabra de Dios, y Él ha dicho que Él va a respaldar tus decisiones.  Cuando te guías por su palabra, él respalda tus decisiones.  En el Antiguo Testamento, se movía la nube, y el pueblo se movía; pero ahora, donde tú vayas, Él va contigo y te da la victoria.  Él lo que está esperando es que tú tomes una decisión.  No preguntes tanto, y decide qué vas a hacer.  Aprende a tomar decisiones y a confiar en ellas.

Toma riesgos.  Es imposible navegar al futuro extraordinario de Dios para tu vida, sin hacerlo.  Cada vez que tomas una decisión, alguien te va a dejar, a alguien no le va a gustar, pero tú tienes que tomar los riesgos correctos.

Valora más la acción que la contemplación.  Puedes contemplar el cielo estrellado, o puedes usar las estrellas para tomar una acción.  La gente contempla demasiado la vida, y nunca toman una acción.  Planifican, miran, observan, pero no toman decisiones.  Los que vamos a un futuro extraordinario utilizamos lo que vemos para tomar decisiones.

Es vital, además, tomar la decisión de registrar todo tu caminar.  En los tiempos de la navegación por compás, por las estrellas, si no se hacía, el marinero se perdía.  Guarda récord de todo, no para que alguien más lea, sino para que tú sepas dónde has estado, dónde estás, y para dónde vas.  Ten siempre contigo una libreta.  Si tú quieres vivir una vida extraordinaria, registra tu caminar.  De otra manera, estarás perdido.

Cuando aprendes a usar el compás, los instrumentos que Dios te ha dado, puedes navegar de día y de noche, hasta llegar al lugar extraordinario que Dios tiene para tu vida.

Fuente:
Pastor Otoniel Font

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba