Pero el que oye mis palabras y no las pone en práctica se parece a un hombre que construyó una casa sobre arena y sin cimientos. Tan pronto como la azotó el torrente, la casa se derrumbó y el desastre fue terrible (Lucas 6:49)
Hay tiempos en la vida, en los que uno pasa tanto tiempo en las cosas del Señor, que al orar se recibe respuesta y guianza. También cada vez que se lee la Palabra se recibe revelación en ella.
En una palabra, espiritualmente todo iba muy bien. Pero de repente empieza sequedad y apatía por las cosas espirituales. Ya da lo mismo orar o no, leer la Palabra o no. Terminando espiritualmente seco.
Si a tí te ha sucedido esto, Tu aeróbico es Hacer un alto. Traer a memoria la última vez que Dios te ordenó hacer algo y no lo hiciste. Pídele perdón, vuelve al punto de partida, obedece lo que Él te dijo que hicieras, y llévalo a cabo.
No importa lo pequeño o grande de la orden. Lo importante es saber que es la desobediencia la que seca el fluir del Espíritu.
El obedecer es lo que hace que tu casa espiritualmente permanezca firme y no se derrumb
Pastora Rosalía Jiménez
Iglesia Buenas Nuevas Independencia.