La voluntad de Dios es que su pueblo tenga una relación intima con él mediante la oración, el buen testimonio, y la obediencia a su palabra.
Muchos decimos amarlo pero somos algunas veces oidores olvidadizos cuando de acatamiento y observancia de su dirección se trata.
Ejemplo de lo que decimos es cuando alguien se acerca a una imagen para orar y obedecerla como si fuera Dios, de acuerdo a la Palabra de Dios un acto de esa naturaleza se constituye en idolatría, un acto pecaminoso y abominable contra Dios.
El Señor, en la ley dada a Moisés, prohibía totalmente hacerce una imagen de él para que se le diera culto, es por eso que encontramos el consejo siguiente en el libro Deuteronomio, capítulo 5 versículos 7-10:
No tendrás dioses ajenos delante de mí.
No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y que hago misericordia a millares, a los que aman y guardan mis mandamientos.-
Esa fue la dirección dada por Dios a su pueblo Israel, pero ellos la rechazaron y en cambio aceptaron la idolatría.
Desde tiempos antiguos se viene enseñando adoración hacia imágenes, y hoy permanece esta tradición que mucha gente practica, siendo esto desobediencia y pecado contra Dios.
Cristo cuando estaba siendo tentado en el desierto, y al recibir la propuesta “Todo esto te daré si postrado me adorares”, dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.- San Mateo 4: 7-8.
La Iglesia tiene que acercarse a Dios en oración, humillación, alabanza y adoración, en espíritu y en verdad, y no arrodillarse delante de ninguna imagen por constituirse en una actitud que es desobediencia y pecado contra Dios.
Oración:
Señor tu presencia infinita está presente en cada una de nuestras vidas. Infinitas gracias por el amor con que nos protege para librarnos del mal, de falsa adoración a imágenes, y de toda obra de maldad.
Hoy tu trae a mi memoria aquella hermosa profesía acerca de nuestro Señor Jesucristo y que en oración proclamó el profeta Isaías diciendo:
El Espíritu del Señor DIOS está sobre mí, porque me ha ungido el SEÑOR para traer buenas nuevas a los afligidos; me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y liberación a los prisioneros;
para proclamar el año favorable del Señor, y el día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran, para conceder que a los que lloran en Sion se les dé diadema en vez de ceniza, aceite de alegría en vez de luto, manto de alabanza en vez de espíritu abatido; para que sean llamados robles de justicia, plantío del Señor, para que el sea glorificado. Isaías 61:1-3.
Gracias por la sanidad gloriosa y las maravillas y milagros que en este momento están aconteciendo en el nombre de Jesús, Amén y Amén.