Eclesiastés 8:12 Estamos por comenzar un nuevo año y quizás este año que estamos terminando para muchas personas haya sido “el peor año de sus vidas” por las situaciones difíciles que vivieron, por la escases que sufrieron, por las tristezas que experimentaron, etc.
Pero tenemos que saber que en gran medida muchas de las situaciones difíciles que este año han venido a nuestra vida son a causa de nuestras propias malas decisiones.
Es por eso que el versículo que hemos leído para comenzar nos dice algo precioso: YO SE QUE LE IRA BIEN A LOS QUE TEMEN A DIOS, es decir que este año que viene puede ser el mejor año de nuestra vida si tomamos la decisión de temer a Dios, es decir obedecerlo y hacer su voluntad.
Tenemos que reconocer que este año nos fue mal porque NO hicimos lo que Dios quería que hiciéramos (Sofonías 3:2)
Es por eso que si queremos que el año 2019 sea el mejor año de nuestra vida tenemos que tener temor de Dios y SI debemos hacer lo que él quiere que hagamos.
¿Qué necesitamos entonces para que el 2019 sea un buen año, lleno de la bendición de Dios y que pueda llegar a ser el mejor año de nuestra vida?
EN EL 2019 DEBEMOS PONER ATENCIÓN A LA VOZ DE DIOS (ÉXODO 15:26 / DEUTERONOMIO 28:1)
Podemos ver en los textos que hemos leído que hay preciosas bendiciones para los que escuchan atentamente la voz de Dios para obedecerla.
En toda situación de la vida siempre habrán voces a nuestro alrededor que muchas veces tomamos más en cuenta que la voz de nuestro Dios:
La voz de la experiencia, es la voz de los que ya han pasado por situaciones similares a las que nosotros estamos pasando.
La voz de la tradición, lo que siempre se ha hecho de una forma determinada y no se debería de hacer de diferente manera.
La voz del desánimo, los que siempre nos dicen que las cosas saldrán mal o que no saldrán como lo esperamos.
La voz de aprobación, es de las más peligrosas pues es la que más nos gusta escuchar, es la voz que siempre nos dice que lo que hacemos está bien, que lo que hemos pensado hacer es una buena idea, aunque no lo sea.
Independientemente de las voces que escuchamos, nosotros los hijos de Dios siempre tenemos que preguntarnos ¿Qué dice Dios? Nos ira bien cuando escuchemos con atención la voz del Señor (Deuteronomio 28:2)
EN EL 2019 TENEMOS QUE RECIBIR LA CORRECCIÓN DEL SEÑOR PARA NUESTRA VIDA (JOB 5:17)
Que es una corrección? Es una advertencia o reprensión que se le hace a una persona por un error o falta, para que lo rectifique o no lo repita.
Si Dios nos corrige es porque algo estamos haciendo mal y eso que estamos haciendo mal si no lo corregimos nos puede llevar al fracaso (Proverbios 15:10)
A muchos cristianos les fue mal en el año 2018 porque endurecieron su corazón a la corrección del Señor (Jeremías 5:3) no quisieron ser humildes para recibir la corrección, se comportaron con soberbia para con Dios y eso les trajo destrucción a sus vidas.
El Señor quiere que seamos hijos sabios que con su corrección enderecemos nuestro corazón a su camino (Proverbios 23:19)
EN EL 2019 TENEMOS QUE CONFIAR EN EL SEÑOR (SALMO 125:1)
No podemos negar que a muchos de nosotros este año nos fue mal por poner nuestra confianza en los hombres, en sus promesas, en sus riquezas, y no en Dios (Isaías 31:1)
La palabra de Dios nos hace reconocer que muchas veces este año nos olvidamos de Dios y pusimos nuestra confianza en las mentiras del mundo, en las promesas falsas de los hombres (Jeremías 13:25)
Pero en este nuevo año debemos aprender a confiar primeramente en nuestro Dios y su poder (Salmo 112:7 / Salmo 118:8-9)
EN EL 2019 TENEMOS QUE ACERCARNOS AL SEÑOR DE TODO CORAZON (SANTIAGO 4:8)
Tenemos que reconocer que muchos de los problemas de nuestra vida no son cuestión de dinero, o de trabajo, o de familia, sino de distancia, hemos estado lejos de Dios en este año que está terminando.
Tenemos que comprender que nuestro Dios nunca está lejos de nosotros (Hechos 17:27) él siempre está a la distancia de una oración, a la distancia de un clamor de arrepentimiento.
Decir que nos alejamos de Dios significa que no lo hemos buscado, que no hemos hablado con él en oración, que no hemos escudriñado su palabra, que nos hemos dejado de congregar con constancia en su iglesia.
Es por eso que la mejor decisión que podemos tomar hoy es volver nuestro corazón al Señor (Oseas 12:5-6)
