Mientras escribo estas breves líneas, fenece el 2015. Ha sido un año sumamente convulso. Escándalos de corrupción, muertes, descrédito judicial y muchas otras inconductas salpicaron este año, sumamente atropellado y largo. Eso no quiere decir que no hubo luces. Las hubo: la educación y la manera en que se ha afrontado el eterno conflicto migratorio con Haití son puntos luminosos.
Pero el 2016 promete dejar el 2015 casi como un año soso. Habrá aumentos fiscales en productos básicos en enero afectando la canasta básica, ya que la eleva entre 13 mil y 28 mil pesos, y en ese mismo mes arrancan oficialmente las campañas, tanto de reelección como de la oposición con su bandereo, bulla, jolgorio y entorpecimiento del ya caótico tránsito capitalino.
Aún no se han podido poner de acuerdo los diversos sectores involucrados para discutir el Pacto Eléctrico y la discusión del Código de Trabajo y el recién anulado Código Penal, lo cual ha afectado la resolución de problemas eternos. Algunos de esos temas pueden ser agendados en el 2016, aunque todo girará con respecto a las elecciones.
Es uno de los fracasos del 2015 y no se avisoran cambios en el 2016 sobre una adecuación de los sueldos. En el Estado, es decir el Gobierno y sus instituciones, hay instituciones que tienen 5, 7 y 10 años que no aumentan el sueldo, lo cual va en detrimento del poder adquisitivo de la población, y en el sector privado los sueldos no se acercan a algún valor que permita la vida en dignidad.
Más del 80% de la población gana entre 0 y 15,000 pesos y si la canasta básica mínima es de 13,000, eso nos indica que una gran parte de estos no cubre dichos bienes esenciales para una vida en dignidad.
Por ello, ojalá este año que entra y que será complejo, nos permita refundarnos como país, es decir, priorizar lo verdaderamente importante y de trabajar por esos millones de desposeídos que pululan en campos y ciudades. Todos, sin excepción, sector privado y público, tenemos una deuda moral y debemos ayudarles a escalar social y económicamente, lo cual redundará en una República Dominicana más equitativa, más justa y donde todos se sientan cohesionados e integrados, trabajando por el progreso colectivo, donde habrá más paz.
Hago votos en este 2016 por que ustedes , queridos lectores, reciban en paz y armonía este año que inicia y a los actores nacionales que se involucren y trabajen por la patria, que es lo mismo que trabajar con visión de futuro.