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Y esto es cosa ligera

En 2 Reyes 3, vemos un rey que sale a guerra contra los moabitas, y lleva consigo 2 reyes más. Las cosas no van bien, y buscan profeta que consultar, por lo que bajan donde Eliseo. 

“13 Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: ¿Qué tengo yo contigo? Ve a los profetas de tu padre, y a los profetas de tu madre. Y el rey de Israel le respondió: No; porque Jehová ha reunido a estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas. 14 Y Eliseo dijo: Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy, que si no tuviese respeto al rostro de Josafat rey de Judá, no te mirara a ti, ni te viera. 15 Mas ahora traedme un tañedor. Y mientras el tañedor tocaba, la mano de Jehová vino sobre Eliseo, 16 quien dijo: Así ha dicho Jehová: Haced en este valle muchos estanques. 17 Porque Jehová ha dicho así: No veréis viento, ni veréis lluvia; pero este valle será lleno de agua, y beberéis vosotros, y vuestras bestias y vuestros ganados. 18 Y esto es cosa ligera en los ojos de Jehová; entregará también a los moabitas en vuestras manos.” 2 Reyes 3:13-18

Cuán vital es salir a la guerra y caminar con la gente correcta. Eliseo no quería nada que ver con los otros reyes, pero el favor sobre la vida de Josafat fue por encima, y por causa de Josafat respondió su interrogante: No veréis viento ni lluvia, pero los estanques se van a llenar, y esto será como nada; es lo primero de todo lo que haré contigo.

El rey Joram decide ir a guerra, junto a 2 reyes aliados; 3 ejércitos se unen. Joram escoge el camino: Vamos por el desierto. A los 7 días, como el ejército era tan grande, se acabó el agua, poniéndoles en peligro. Habían llegado a lo que se conoce como un punto muerto, donde ya no importa si regresas o avanzas, ya realmente en ninguna dirección vas a encontrar resultado. Si regresaban, morirían sedientos; si avanzaban, también. Muchas veces, llegamos a esos puntos muertos. No tenemos fuerzas para retroceder, pero tampoco para avanzar; quizás por poca planificación o por las circunstancias, pero es triste cuando llegamos a esos puntos y no sabemos qué hacer. Los momentos de crisis revelan el carácter de aquellos que nos rodean. En esta historia, vemos las reacciones de Joram, Edom y Josafat. Camino a lo que Dios nos ha prometido, al encontrar momentos difíciles, encontramos estas 3 reacciones. Si tú quieres ver de qué está hecha una persona, mira cómo reacciona en los momentos del desierto.

Joram escogió salir a pelear, él escogió el camino, pero cuando las cosas se pusieron mal, el culpable era Dios. En los desiertos, siempre alguien le echa la culpa a Dios. En fracasos, dificultades y circunstancias, cuando la vida no cumple nuestras expectativas, en medio de nuestras peores crisis, lo menos que necesitamos es gente que le eche la culpa a Dios. Hay cosas que son naturales; si vives en el Caribe, estás expuesto a huracanes, por ejemplo. Dondequiera que tú vayas, tendrás dificultades que vencer; no se trata de Dios. Las cosas pasan y no puedes echarle la culpa a Dios, sobre todo si fuiste tú quien escogió el camino. Tú no puedes seguir rodeado de gente como Joram, que le eche la culpa a Dios de tus problemas, y no te dejan ver cómo la mano de Dios te ha guardado.

El rey Edom también estaba allí; lo sabemos porque se nos enlista, pero él nunca habla, no dice nada. Edom son los que van con nosotros, pero que nunca tienen una solución para nada; no tienen opinión que dar, simplemente se dejan llevar; no contribuyen nada a tu vida, lo que hacen es ocupar espacio. Y es triste, en medio de tus peores desiertos, estar con gente que lo que hace es señalar a Dios como culpable, gente que no contribuye nada. Pero gloria a Dios cuando tú cuentas con un Josafat que, en medio de las crisis, te dice: Vamos a consultar a Dios; yo no sé qué vamos a hacer, pero esto solo lo soluciona Dios.

Que tu crisis no te haga retroceder, sino consultar a Dios. Mientras otros culpan a Dios, tú corre hacia Él para ver qué hacer porque solo Dios puede hacer que lluvia caiga del cielo para resolver tu problema. No había manera que aquellos reyes hicieran caer lluvia del cielo; solo Dios podía hacerlo. Y tú debes estar agradecido de que, en tu vida, tú has tenido un Josafat que, cuando tú no sabes qué hacer, te dice: Vamos a ver qué es lo que Dios tiene que decir para tu vida. Gloria a Dios por aquellos que, cuando tú te encuentras con ellos, lo que te dicen no es su opinión, porque tú no necesitas gente con una buena intención o una buena opinión o buenas ideas; tú necesitas gente que te motive a consultar a Aquel que es el único que puede hacer que agua caiga del cielo para resolver tu problema. Cuando fueron delante del profeta, el profeta no dijo “yo pienso…”, no dijo “yo quiero…”; el profeta dijo: Así ha dicho el Señor. Y para tú ver la gloria de Dios sobre tu vida, tú no puedes vivir por la opinión de la prensa, ni de la mayoría, sino por la opinión del Señor, y el Señor ha dicho que los estanques se van a llenar de agua, y que eso será como nada.

Dios te ha dicho: La casa que perdiste, la vas a recuperar, y eso va a ser nada; el negocio, te lo voy a devolver, y eso será como nada. Lo que te preocupa hoy, es nada para Dios; es lo más sencillo de lo que Él va a hacer contigo; será como nada, y tú deberías estar a la expectativa de lo que Dios va a hacer, de lo que Él tiene reservado para tu vida. Tú has llegado a un punto muerto; si retrocedes, mueres; si sigues hacia adelante, también. Pero así te dice el Señor: Lo que te preocupa, lo que tú has pensado que va a acabar contigo, lo que el mundo pensó que iba a terminar contigo, Dios te dice que mañana habrá agua, y eso es nada comparado con todo lo que Él va a hacer.

Parece complicado, parece difícil, pero Dios lo va a hacer, y será como nada. Has pensado renunciar, pero Dios te ha dado una palabra: Así ha dicho el Señor. Lo que tú pensabas que era tu punto muerto, se convierte en trampolín para impulsarte a lo nuevo. Lo que ha pasado es absolutamente nada comparado con lo que Dios te va a dar. La palabra que Dios ha dicho, se va a cumplir. Dios va a traer cosas nuevas a tu vida porque la única manera en que los estanques se van a llenar, es que lluvia caiga sobre ti; y eso será absolutamente nada, comparado con todo lo que Dios tiene para tu vida.

Lo que tú piensas que es tu punto muerto, Dios lo va a resolver, y eso es nada. Esto no es una opinión, no es lo que tú creas, esto es lo que ha dicho el Señor: Los estanques se van a llenar, y esto será como nada.

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