Voz del Tabernáculo

Volver al Amor del Desierto. Una Invitación a la Fidelidad

«Me acuerdo de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada» Jeremías 2-2 –

Dios recuerda con ternura los días en que su pueblo le seguía con amor sincero y plena dependencia, como una novia que no dudaba en caminar con su amado por el desierto. Aquel tiempo de intimidad fue una muestra de fidelidad y entrega, donde la confianza en su guía era más fuerte que el miedo o la escasez.

Sin embargo, a lo largo del tiempo, ese primer amor puede enfriarse. Las distracciones del mundo, sus valores y prioridades, buscan alejarnos de esa relación cercana con el Padre. La Palabra nos advierte claramente:

«Oh almas adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?»
Santiago 4-4 –

Este es un llamado urgente a examinar nuestro caminar. ¿Estamos siguiendo al Amado por el desierto o coqueteando con los placeres del mundo? No podemos servir a dos señores. Dios desea una relación exclusiva y profunda con cada uno de nosotros.

Volver a Su palabra es clave para restaurar nuestra comunión con Él. Conocer a Dios nos da una fe verdadera, no ciega, sino fundamentada en su carácter, poder y fidelidad. Como enseña la Escritura:

«Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» Filipenses 4-13-

Esta fe nos da fuerzas para avanzar incluso cuando nuestras propias fuerzas fallan. Y cuando oramos con fe, especialmente desde un corazón humilde y rendido, Dios inclina su oído.

La oración de una mujer de fe de cualquier hijo o hija de Dios, tiene un impacto tremendo. Él responde, no siempre como queremos, pero siempre según Su perfecta voluntad. Porque. «La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve» Hebreos 11-1-

Y en todo esto, somos llamados a perseverar en oración:

«Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia.»
Efesios 6+18

Hoy, Dios nos llama a volver al lugar donde el amor era puro. Caminar por el desierto con Él, no como castigo, sino como la oportunidad de reconectar tu corazón con el suyo.

Margarita García

Margarita García

Directora del Tabernáculo Prensa de Dios

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