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Vivir la vida pegado a Jesús

Cuando los discípulos regresan de un viaje misionero al cual el Señor los ha enviado, los apóstoles se juntaron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado.

Es importante que veamos ese elemento de que cuando ellos han hecho lo que el Señor les mandó a hacer, han tenido experiencias maravillosas, Dios ha hecho milagros a través de ellos, han declarado el Evangelio a las aldeas y pueblos alrededor, han visto demonios salir de gente endemoniada, han tenido diferentes experiencias ministeriales muy poderosas, ellos regresan de esos días o semanas quizás que pasaron allá afuera y lo primero que hacen es volver a donde está Jesús.

Y entonces dice que le contaron todo lo que habían aprendido, lo que habían hecho y entonces sigue el pasaje. Yo siempre he visto aquí algo importante y es que nosotros tenemos que vivir, interpretar y compartir las experiencias de vida que tenemos con el Señor Jesucristo a través de la oración y a través de la meditación. Lo que le da significado a nuestra vida es precisamente ese diálogo contínuo que tenemos con Dios.

Nosotros tenemos que en nuestra vida ministerial, las cosas que hacemos siempre pegarnos a Jesús, estar cerca de Él. Ellos salen de Jesús porque el Señor los envía con una comisión y una capacitación, una dotación de poder que Él les da, y un mensaje que les envía a predicar. Pero entonces cuando terminan regresan a Jesús y comparten con Él para que Él les interprete lo que ha pasado, les de consejos y les enriquezca en la vivencia que ellos han tenido.

Qué importante es que nosotros vivamos así la vida, pegados a Jesús. Cuando comenzamos el día o cuando emprendemos cualquier jornada ministerial, tenemos que ir a Él para recibir de Él la capacitación, el poder, la gracia, la sabiduría. Si le vamos a testificar a alguien, cuando salimos a trabajar al comienzo de cada día tenemos que estar pegados a Él, tenemos que buscar de Él la fuerza, el vigor, la inteligencia. Tenemos que tener ese sano sentido de absoluta dependencia del Señor. Tenemos que estar pegados a Él sabiendo que sin Él no podemos hacer nada.

Entonces emanamos de Él, salimos de Él, comenzamos nuestras jornadas saliendo de Su poder pero encontes cuando terminamos tenemos que volver a Él y sanarnos. Muchas veces la vida ministerial nos agota, yo como Pastor paso por tantas diferentes situaciones que me marcan a mí en mi propia humanidad y me sorben energía, y yo también necesito ir al Padre para que me sane, me ayude a interpretar las cosas que he vivido, me de un sentido de sana dependencia de Él.

Muchas veces la tendencia nuestra es cuando hemos hecho esto o lo otro es como quizás pensar, no, yo soy el origen de todas estas cosas. Tenemos que recordar que es el poder de Dios. Y tenemos entonces que volver a cargarnos espiritualmente, volver a cargar las baterías espirituales volviendo al Señor Jesucristo hablando con Él al final de la jornada del día, después de un día de trabajo, volver al Señor y pedirle fortaleza, vigor, sanidad, perdón, iluminación, entusiasmo de nuevo para que la vida ministerial no se torne en algo meramente rutinario, tenemos que estar pegados a Él.

Por eso es que el Señor Jesucristo dice: permaneced en Mí y Yo en vosotros, y llevaréis mucho fruto. Dice también que: porque apartados de Mí nada podéis hacer. La relación del creyente con Cristo debe ser la relación del fruto con la rama, y de la rama con el tronco, y del tronco con la raíz, y de la raíz con la tierra. Hay una cosa de intimidad, una relación de intimidad total. Nosotros tenemos que cultivar ese sentido de dependencia total, de intimidad total. Nuestra vida tiene que ser vivida en ese nivel de enfoque en Jesucristo y de adherencia total a Él sabiendo que sin Él no podemos hacer nada.

Tendremos que decir al final del día: Señor ¿a dónde iremos si solo Tú tienes palabras de vida eterna?. Quiera el Señor que vivamos esa vida así siempre, saliendo de Jesús, manteniéndonos en Él, y volviendo a Él al final de nuestras jornadas. Dios les bendiga, les habla su hermano en Cristo el Pastor Roberto Miranda y continuemos con estas meditaciones.

Fuente:
predicas.org

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