Mi oración es que los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de su poder. Efesios 1:18-19
En los últimos días he compartido varias palabras proféticas de Siervos del Señor reconocidos en las cuales Dios ha hablado palabras claves como CAMBIOS, SOLTAR, DESPOJARSE, NUEVOS COMIENZOS. Los sonidos del cielo están siendo liberados a través de las voces de los fieles intercesores proféticos, sin embargo, debemos tomar estas palabras proféticas y pedir a Dios sabiduría, discernimiento, levantarlas en oración delante del Trono de Dios en intercesión y ser entendidos en los tiempos de Dios, alineándonos a Su voluntad.
Muchos me han escrito, porque han interpretado, por causa de sus problemas matrimoniales, que Dios los está autorizando a abandonar a sus cónyuges, lo cual es un error. El matrimonio es un Pacto para toda la vida y Dios nunca contradice Su Palabra. (Malaquías 2:14) Existe en estos días un abismo entre la visión bíblica del matrimonio y la visión humana. Los matrimonios de este tiempo pareciera que son desechables y muchos se casan con una actitud hacia el matrimonio de “tómelo o déjelo” “si te gusta así́ bueno y si no vete”. La perspectiva bíblica del matrimonio no ha cambiado. El matrimonio es diseño de Dios (Génesis 2:18-25) y existe para la Gloria de Dios (Efesios 5:31-33). Si usted está casado esa es la razón, y si espera casarse, ese debería ser su sueño.
Como Pastora, mi tarea ha sido enseñar a las mujeres a pelear con armas espirituales por sus matrimonios, comenzando por las solteras, dándoles fundamentos bíblicos sólidos para un matrimonio perdurable. Usted y yo fuimos creados para traer gloria y honor al nombre de Dios. Esta es nuestra prioridad en la vida. Cuando nosotros enfocamos nuestras vidas para glorificar a Dios en toda su Santidad y Majestad, algo sucede, somos transformados, somos cambiados.
Muchas veces nos cuesta tomar nuestra cruz, negarnos a nosotros mismos y seguir adelante, porque estamos luchando en nuestra carne (Gálatas 5:16-21). Creo que parte del despojarse, dejar atrás y cambiar se refiere a la limpieza necesaria en el Cuerpo de Cristo, un diluvio de perdón hacia los demás comenzando con el cónyuge, y caminar en el Espíritu para que resurja el verdadero amor que solo puede venir del Padre (1 Juan 4:8) No es fácil perseverar en este camino. Pero recuerde que el Señor nos está llevando hacia un nuevo nivel de consagración, enseñándonos a escoger la mejor parte, porque eso abrirá el camino para la manifestación plena de Su Gloria para ver el cumplimiento de sus promesas.
¡Dios no ha terminado con usted! Si todavía está vivo, eso significa que el poder sanador del Espíritu Santo todavía puede hacer su trabajo dentro de usted y en su cónyuge. Él es el alfarero y nosotros somos el barro. (Jeremías 18:1-4) Creo que estamos en un tiempo donde el Señor quiere limpiarnos de toda la inmundicia de ayer. Él está queriendo tocarnos y hacernos nuevos. Él nos está dando Su corazón de amor, gracia, misericordia, compasión y bondad para que podamos estar preparados para lo nuevo. El Señor le está dando a Su Pueblo un nuevo corazón en el nombre de Jesús.
El Señor dice: Yo hablo a todos aquellos que están a punto de la desesperación, y en verdad les digo, ustedes piensan que ya no hay opciones y que todo está perdido. Yo todavía estoy con ustedes, incluso cuando lo han perdido todo y no ven la manera de salir. Yo soy la luz en la oscuridad, y Yo Soy el que les muestra el camino. Levántense y sacúdanse el manto de la pesadez y la desesperación. Mírenme a Mí para buscar respuestas y dirección porque Yo ciertamente guiaré sus pasos. Pongan su fe y confianza firme en Mí, dice el Señor y no quedarán decepcionados.
Colosenses 3:1-4 Si habéis, pues, resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces vosotros también seréis manifestados con El en gloria.
OREMOS: Señor, deja que mi corazón siga siendo probado por la santidad de Tu presencia y el poder de Tu Santo nombre. No quiero un corazón endurecido, no quiero un corazón hipócrita, no quiero un corazón que no te tenga dentro, Pon Tu trono en mi corazón.
Ésta es mi porción por la que puedo continuar dando voluntariamente y siendo un humilde receptor del flujo de Tu amor. Amado Jesús, que como un verdadero hijo, yo pueda adquirir y mantener un corazón puro para guardar tus mandamientos, testimonios y estatutos, y continuar viviendo una vida que te honre y traiga gloria. Te doy gracias porque tú ya has hecho provisión para ello en el nombre de Jesús. Amen.
Con amor y oraciones,