El valle de Beraca es el valle de la bendición, pues el nombre Beraca significa BENDICIÓN.
El valle de Beraca estaba junto al desierto de Tecoa, es decir que antes de llegar al valle de Beraca el pueblo de Israel tenía que pasar primeramente por el desierto de Tecoa, tenían que entrar al desierto y salir de él para llegar al valle de la bendición.
Es importante saber que Tecoa en hebreo significa alarma, trompeta de alarma, y ¿cuando suenan las alarmas? Cuando hay un peligro, cuando hay una crisis, cuando está ocurriendo algo que puede ser dañino o mortal para nuestra vida.
Para nosotros el desierto de Tecoa puede ser este tiempo de pandemia, pues al igual que el pueblo de Israel, muchos de nosotros podemos estar pasando por el desierto de las alarmas, por la enfermedad, por él temor a los contagios, por las dificultades económicas, son tiempos de amenaza para nosotros y las alarmas suenan a nuestro alrededor, avisándonos que hay peligros reales para nuestra vida.
Pero en el desierto de tecoa el pueblo de Israel recibió grandes lecciones para poder salir de ese desierto y llegar al valle de la bendición.
Nosotros como hijos de Dios en estos tiempos de alarmas en los cuales vamos atravesando el valle de Tecoa, tenemos que tener algo muy claro en nuestro corazón: VAMOS A SALIR DE ESTE DESIERTO.
Y el Señor por medio del texto que hemos leido nos enseña cómo:
TENEMOS QUE VERDADERAMENTE CONFIAR EN DIOS Y EN SU PALABRA (VS 20)
Para salir del desierto no basta con decir que creemos en Dios, no basta con saber de memoria unos versículos, no solamente se trata de conocerlos sino de creerlos, que confiar que lo que está escrito es para nosotros y que nuestro Dios tiene el poder para cumplir y hacer realidad lo que está escrito en su palabra.
Tenemos que confiar que todo lo que está escrito en su palabra tiene un respaldo: El poder de Dios y su fidelidad. Es decir, si él lo dijo, LO CUMPLIRÁ.
TENEMOS QUE CAMINAR POR LA SENDA DE LA ALABANZA (VS 21-22)
El rey Josafat comprendió que para salir victorioso de ese desierto no solamente necesitaba las armas terrenales, él utilizó una arma muy poderosa en los tiempos en los cuales pasamos por el desierto, esa arma espiritual es: LA ALABANZA
Cuando estamos pasando por el desierto es cuando verdaderamente reconocemos las bendiciones que tenemos y que quizás nunca hemos agradecido.
Aprendemos a alabar a Dios y darle gracias por nuestra familia, por su provisión para nuestro hogar, por su cuidado, por la vida y por sobre todo por la salvación y por ser hijos de Dios.
Lastimosamente hay otra senda por la cual muchos están atravesando el desierto y esa senda lo único que hace es mantenernos en el desierto, sin poder salir, es LA SENDA DE LA QUEJA Y DE LA MURMURACIÓN (1 Corintios 10:1-10)
Querido hermano o hermana tienes que comprender que murmurando y quejándose por la situación que estás viviendo no la vas a cambiar, la queja y la murmuración vienen de un corazón lleno de amargura y lo único que hace es empeorar nuestra situación,
Pero la alabanza y la adoración vienen de un corazón agradecido, de un corazón lleno de fe y permite que Dios obre maravillas, que él haga lo que para nosotros parece imposible (2 Crónicas 20:22-26)
CONCLUSIÓN: La fe en Dios y en su palabra y caminar por la senda de la alabanza con un corazón agradecido nos ayudará a salir del desierto de las alarmas y llegar al valle de la bendición. EN EL NOMBRE DE JESÚS, ¡VAMOS A SALIR DE ESTE DESIERTO!