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Unidos podemos sanar nuestra tierra

Si cierro los cielos para que no haya lluvia, o si mando la langosta a devorar la tierra, o si envío la pestilencia entre mi pueblo, y se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, y oran, buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra. 2 Crónicas 7:13-14

Es importante que escuchemos lo que dicen los profetas sobre este asunto del COVID-19. A pesar de que los medios de comunicación nos dan datos, aquellos que escuchan atentamente el corazón de Dios pueden darnos una visión espiritual. Observemos muy bien que voz estámos escuchando. Si solo escuchamos las voces de los medios de comunicación, o de las personas negativas que nos rodean, la incredulidad nos abrumará.

En Estados Unidos el Presidente convocó el 15 de Marzo a un “Día Nacional de Oración”, en Guatemala nuestro Presidente convocó a un día de “Ayuno” el próximo sábado 21 de Marzo. Todos podemos unirnos y orar desde nuestros hogares. Cindy Jacobs dijo: “Nosotros, junto con otros líderes mundiales, estamos llamando a un día nacional de oración para terminar con el coronavirus. Después de buscar la sabiduría y el consejo profético de los profetas de todo el país (USA) y el mundo, creemos firmemente que, dado que se trata de un problema mundial, se necesitará que toda la iglesia clame por la misericordia y el poder sanador de Dios para contenerlo. El famoso pasaje 2 Crónicas 7:14 nos promete que si el Pueblo de Dios ora, busca Su rostro y nos apartamos de nuestros malos caminos, Él sanará nuestra tierra. A lo largo de la historia de los Estados Unidos, los presidentes han tratado de alinear la nación con esta promesa sagrada. Durante la Guerra Civil en los Estados Unidos, el presidente Abraham Lincoln escribió: «Descansemos humildemente en la esperanza autorizada por las enseñanzas divinas, que el clamor unido de la nación se escuche en lo alto y nos responda con bendiciones …» Aunque las circunstancias son diferentes, la promesa sigue siendo la misma para cada nación que padece de coronavirus. ¡Dios escuchará nuestro clamor unido! Él sanará nuestra tierra. ¡La marea cambiará!”

¿Qué han dicho los profetas que debemos hacer en este tiempo de oración?

Oren para que los científicos puedan encontrar una vacuna.

Oren para que la iglesia brille con la luz de Jesús en este tiempo aterrador.

Oren para que el virus esté contenido y no se propague más.

Oren contra los espíritus demoníacos de temor que están atacando las naciones.

Oren el Salmo 91 sobre sus familias y naciones.

Oren por sabiduría para que nuestros líderes contengan la propagación del virus mientras protegen su gente de manera efectiva.

Oren también para que los equipos de respuesta a la crisis y los servicios de emergencia en cada nación estén protegidos y sean efectivos.

Oren por otras naciones mientras oramos por las nuestras.

Muchas voces proféticas en todo el mundo han profetizado la llegada del próximo gran despertar, que sucederá a escala mundial. Las fuerzas del mal quisieran usar esto para retrasar o interrumpir los próximos despertares y avivamientos. Intercedan para que esto no suceda, sino que los movimientos de Dios se intensificarán en todo el mundo. Dios quiere que esta temporada se convierta en un catalizador de avivamiento en lugar de contagio. Decreten que el coronavirus cesará en todo el mundo, y que Dios sanará a todos los que están afectados por él.

Vuelvan a consagrarse. Consangren sus familias, y su nación a Dios a través de la comunión (Santa Cena). Recuerden el milagro de la Pascua. Clamen y apliquen la Sangre del Cordero en sus dinteles y sus puertas. (Generals International)

Exodo 12:23-27 Cuando el Señor pase por el país para herir de muerte a los egipcios, verá la sangre en el dintel y en los postes de la puerta, y pasará de largo por esa casa. No permitirá el Señor que el ángel exterminador entre en las casas de ustedes y los hiera. »Obedezcan estas instrucciones. Será una ley perpetua para ustedes y para sus hijos. Cuando entren en la tierra que el Señor ha prometido darles, ustedes seguirán celebrando esta ceremonia. Y cuando sus hijos les pregunten: “¿Qué significa para ustedes esta ceremonia?”, les responderán: “Este sacrificio es la Pascua del Señor, que en Egipto pasó de largo por las casas israelitas. Hirió de muerte a los egipcios, pero a nuestras familias les salvó la vida”.

Con amor y oraciones,

Fuente:
Magie de Cano

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