ÉXODO 28:40-42 Y para los hijos de Aarón harás túnicas; también les harás cintos, y les harás tiaras para honra y hermosura. 41 Y con ellos vestirás a Aarón tu hermano, y a sus hijos con él; y los ungirás, y los consagrados y santificarás, para que sean mis sacerdotes.
Estamos por comenzar un nuevo año y como cristianos tenemos que conocer y comprender tres palabras fundamentales en nuestra vida que nos permiten agradar a Dios, hacer su voluntad, y disfrutar de sus bendiciones y de su victoria en nuestra vida, estas palabras son: UNCIÓN, SANTIFICACIÓN Y CONSAGRACIÓN.
En el texto que hemos leído podemos ver el momento en el cual Aaron y sus hijos serian nombrados y dedicados para ejercer el sacerdocio en el pueblo de Dios, y ellos tenían que ser Ungidos, consagrados y santificados para ser los sacerdotes del Señor.consagrar
En este contexto bíblico, las palabras «ungir», «consagrar» y «santificar» tienen significados relacionados en la preparación de las personas para el servicio divino.
Ungir: Se refería al acto de aplicar aceite sobre una persona u objeto como símbolo de dedicación al servicio de Dios. En el Antiguo Testamento, la unción con aceite representaba la presencia y el empoderamiento del Espíritu Santo, apartando a la persona para una función sagrada, como en el caso de sacerdotes y reyes.
Consagrar: Significaba dedicar o apartar a una persona, objeto o lugar para un propósito sagrado. Es un acto de dedicación total a Dios, indicando que lo consagrado es ahora propiedad divina y está destinado exclusivamente al servicio sagrado.
Santificar: Significa hacer santo o puro, separando a alguien o algo del uso común para dedicarse al servicio de Dios.
Pero ahora estamos en el tiempo de la iglesia, y el Nuevo Testamento nos enseña que estas tres palabras siguen estando presentes de MANERA ESPIRITUAL en la vida de cada uno de nosotros que hemos recibido a Jesús como Señor y salvador de nuestra vida.
VEAMOS QUÉ NOS ENSEÑA LA PALABRA DE DIOS SOBRE LA UNCIÓN, LA SANTIFICACIÓN Y LA CONSAGRACIÓN EN LA VIDA DE LOS CRISTIANOS EN LA ACTUALIDAD:
I) LA PALABRA DE DIOS NOS ENSEÑA QUE LA UNCIÓN Y LA SANTIFICACIÓN SON REALIZADAS POR EL SEÑOR EN EL MOMENTO QUE CONFESAMOS A JESUCRISTO COMO SEÑOR Y SALVADOR DE NUESTRA VIDA:
HEMOS RECIBIDO LA UNCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO y hemos sido sellados por Ël en nuestra vida (Efesios 1:13) En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
Esta unción nos da poder de parte de nuestro Dios para testificar a otros de su palabra (Hechos 1:8) pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Esta unción nos capacita y nos hace aptos para servir y trabajar para su Reino (1 Juan 2:27) Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.
HEMOS SIDO SANTIFICADOS POR NUESTRO DIOS, es decir que Dios nos ha apartado de este mundo y nos ha perdonado nuestros pecados para que seamos de Él y podamos vivir para agradarle (Colosenses 1:12-14) con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; 13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
Esto nos enseña una verdad que para muchos parece incomprensible: SOMOS SANTOS PERO NO PERFECTOS es decir, hemos santificados espiritualmente por nuestro Dios, nos ha apartado para él , nos ha trasladado del Reino de las Tinieblas y ahora somos ciudadanos del Reino de los Cielos, aunque en la carne somos imperfectos, débiles y pecadores, espiritualmente hemos sido SANTIFICADOS por nuestro Dios.
II) LA CONSAGRACIÓN ES UNA DECISIÓN PERSONAL DEL CRISTIANO, QUE DEBE SER REALIZADA CADA DIA
(ROMANOS 12:1) Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
LA CONSAGRACIÓN ES UNA DECISIÓN PERSONAL FUNDAMENTAL EN LA VIDA DE UN CRISTIANO. Significa entregar VOLUNTARIAMENTE nuestra vida a Dios, permitiendo que SU VOLUNTAD PREVALEZCA SOBRE LA NUESTRA.
Esta es una decisión personal y voluntaria que tiene que ser realidad en nuestra vida TODOS LOS DÍAS, es el acto de morir a nosotros mismos para poder vivir para nuestro Dios (Lucas 9:23) Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
Este acto de dedicación no es impuesto por Dios; sino que cada uno de nosotros reconoce y decide que YA NO VIVIMOS PARA NOSOTROS MISMOS SINO QUE VIVIMOS PARA NUESTRO DIOS (Gálatas 2:20) Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Pero ¿CÓMO PODEMOS VERDADERAMENTE VIVIR UNA VIDA CONSAGRADA A NUESTRO DIOS? el pastor y teólogo estadounidense Charles Stanley enseñaba que para poder vivir una vida consagrada a Dios debemos desarrollar LOS SIETE HÁBITOS DE UNA VIDA CONSAGRADA A DIOS :
Oración diaria: Platicar con Dios diariamente
Estudio de la Biblia: Profundizar en las Escrituras para conocer Su voluntad.
Obediencia: Aplicar la palabra de Dios en la vida cotidiana.
Confianza en Dios: Depender de Su guía y provisión.
Servicio a los demás: Ayudar al prójimo como reflejo del amor de Dios.
Testimonio: Compartir la fe con otras personas.
Adoración: Alabar a Dios con sinceridad y gratitud.
TAMBIÉN PODEMOS CONSAGRAR A DIOS, ES DECIR, PONER EN SUS MANOS AQUELLAS COSAS QUE NOSOTROS NO HEMOS PODIDO VENCER O NO HEMOS PODIDO LOGRAR EN NUESTRA VIDA
Lucas 18:27 Él les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.
Salmos 37:5 Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.
CONCLUSIÓN: Al iniciar el 2025, es esencial que como cristianos comprendamos y vivamos los conceptos de unción, santificación y consagración. La unción y la santificación son dones que Dios nos otorga al aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador, apartándose de Él y capacitándonos para Su servicio. La consagración, sin embargo, es una decisión personal y diaria de dedicarnos completamente a Dios, permitiendo que Su voluntad prevalezca sobre la nuestra.