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Una relación con Dios

«Y Moisés tomó el tabernáculo, y lo levantó lejos, fuera del campamento, y lo llamó el Tabernáculo de Reunión. Y cualquiera que buscaba a Jehová, salía al tabernáculo de reunión que estaba fuera del campamento.

Y sucedía que cuando salía Moisés al tabernáculo, todo el pueblo se levantaba, y cada cual estaba en pie a la puerta de su tienda, y miraban en pos de Moisés, hasta que él entraba en el tabernáculo.

Cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la columna de nube descendía y se ponía a la puerta del tabernáculo, y Jehová hablaba con Moisés.

Y viendo todo el pueblo la columna de nube que estaba a la puerta del tabernáculo, se levantaba cada uno a la puerta de su tienda y adoraba.

Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo.» Éxodo 33:7-11

La Presencia de Dios está en un lugar. De ti depende si la buscas.

Es aquí donde Dios le promete la presencia a Moisés.

El día en que Moisés levanta el tabernáculo y lo lleva fuera del campamento de Israel y le pone ‘El tabernáculo de reunión’. Esto aconteció por un pecado que el pueblo había cometido.

Dios había llamado a Moisés a estar en la cumbre del monte por cuarenta días y cuarenta noches porque él quería darle instrucciones al pueblo.

Al pasar tanto tiempo la Biblia dice que el pueblo se desespera y le piden a Aarón que les hiciera un becerro de oro.

Yo me preguntaba qué llevó a este pueblo a olvidare tan fácil de Dios.

Cómo es posible que llevan meses caminando por el desierto mirando el poder de Dios manifestándose. Ven el mar rojo abrirse. Son testigos de su poder. Y en cuarenta días se olvidan de lo que Él había echo con ellos. Y aún mas se olvidan de lo que Dios les había prometido.

Cuando tenemos mentes pequeñas terminamos postrándonos ante becerros.

Lo que me llama la atención es ¿Por qué se olvidan del poder de Dios y de su gloria

Esto pareciera que está lejos de nosotros pero no es así.

Hay cientos de cristianos y de evangélicos que están en el olvido en Dios. Han olvidado las grandes maravillas que Dios ha hecho con ellos.

Pero sabes cuándo pasa esto.

Cuando no eres un Moisés y cuando no eres un Josué. Cuando eres un pueblo que solo depende de la palabra del otro. Cuando no tienes tu propia relación con Dios.

El problema del pueblo de Israel era que solo Moisés tenia una relación con Dios. El pueblo solo se mantenía con las manifestaciones de Dios. Pero nunca se acercaron a él.

Cuando tu eres uno mas del pueblo. Cuando solo vienes a la iglesia por algo de Dios, se te va a ser fácil olvidarte de él porque no estas enamorado de él sino de las cosas que puede proveerte.

Pero cuando tienes intimidad. Cuando te acostumbras a tener una comunión con Dios. No te vas a olvidar de él ni un minuto. Te vas a apasionar y te vas a fundir en Dios a tal magnitud, que los segundos que él falte vas a sentir como si fueran eternidad.

Tienes que ser mas que cristiano. Tienes que tener tu propia comunión con Dios.

No puedes ser de esa gente que solo van a las iglesias cuando va un hombre con señales y prodigios. Ese tipo de gente se olvida muy fácil de Dios. Van a levantar su propio becerro en cualquier momento. Ese es el problema de casi el 90% de las iglesias de hoy en día.

Cuando no tienes comunión con Dios hay que empujarte a buscar a Dios. Hay que estar llamándote. Hay que estar todo el tiempo motivándote y diciendo que Dios es bueno. Cuando se supone que a estas alturas ya tu tienes que saber que Dios es mas que bueno.

Es lamentable que siempre hay que estar encima de la gente. Hay que estar todo el tiempo como un entrenador que anima a un boxeador. Todo el tiempo hay que estar animándote, cuando eres tú el que está en el ring. Cuando es tu propia batalla.

Por qué tienes que estar esperando que alguien te diga: ¡Pa lante, pa lante! cuando no es él el que está peleando. Es tu propia batalla.

No es lo mismo tener relación con un hombre de Dios, que tener relación con el Dios de ese hombre.

Llego un momento en que Dios le dijo a Moisés: Prepara a mi pueblo porque al tercer día Yo descenderé y hablaré con ellos. Quiero que me escuchen. No quiero un intermediario.

Pero el pueblo tuvo temor al ver la Gloria y dijo: Que no hable Dios con nosotros sino que hable contigo y nosotros obedeceremos.

Cuando no nos gustan los compromisos queremos que sea el otro el que ore por nosotros. Cuando no nos gusta pagar el precio queremos que sea el otro que traiga la revelación.

Sabes cuándo es que vienen los profetas. Cuando el pueblo no quiere oír la voz de Dios. Pero cuando el pueblo está presto a escucharlo. Dios dice: ¡Muévanse los profetas de en medio porque voy a hablar yo mismo con ellos!

Esta generación tiene que levantarse y decir lo contrario a lo que dijo Israel. Ellos dijeron: Que no hable Dios. Tu te levantas y dices: Sí! Que hable Dios, queremos escucharlo.

Todos quieren escuchar al profeta, porque el profeta es quien paga el precio para traer la revelación.

Pero hay gente que no quiere compromiso. Porque la Biblia dice que si oras Dios te va a oír. La Biblia dice que si buscas a Dios, él va aparecer.

La gente que busca que Dios le hable a través de otro nunca crecen. Porque no tienen una relación con Dios.

Yo creo que cada cristiano debe desarrollar una relación con el Espíritu Santo.

Dios desde tiempo antiguo quiere hablar con la humanidad. Quiere revelarse a los hombres. Hasta nació en un pesebre lleno de bestias y de estiércol, todo porque quiere acercarse al hombre.

Dios no quiere limitarse a un pastor, a un profeta. Todo el tiempo él quiere hablarte. No le digas que no.

Por eso hoy tenemos que pagar grandes cantidades de dinero para tener la voz de Dios en el púlpito.

El pastor tiene que invitar al evangelista ultradimesional y decir: este tipo cuando venga va a ocurrir milagros. Así que vamos a reunir diez mil dolares.

Y el predicador para venir le pone mil condiciones. El pastor todo lo paga porque quiere ver la Gloria cuando la Gloria se la están dando gratis.

El profeta viene y se escucha la voz de Dios y ocurren milagros y nosotros decimos: ¡Dios mio que unción tiene este hombre!

Lo que pasa es que él pagó el precio para traer a Dios. No es donde el profeta llega, es donde llega Dios que las cosas cambian.

Pero si el pastor dijera vamos a traer a Dios. Vamos a hacer una campaña de ayuno. Vamos a meter fuego en la adoración. Es más barato traer a Dios, más barato y más beneficiable

Espero que esta corta enseñanza te haya bendecido. Recuerda que es necesario tener comunión con Dios. Una relación profunda y tu vida subirá a un nuevo nivel.

Fuente:
Pastor Juan Carlos Harrigan

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