En Mateo 5, Jesús les enseña a sus discípulos que son bienaventurados. La palabra bienaventurados, en el original, tiene varias connotaciones; entre ellas, la bendición, cosa que es intangible. La bendición es algo del interior del hombre, una posición espiritual. El ser bienaventurado significa tener una posición envidiable; que cuando otros te miren, deseen tener la vida que tienes.
Lamentablemente, hay muchos cristianos que desean tener la vida que muchos en el mundo tienen, cuando, en realidad, debe ser a la inversa; que el que te mire, desee la vida que tienes, por difícil sean las circunstancias. Cuando tienes conciencia de que eres bendecido, haces la diferencia, y tu manera de vivir hace que los ricos y los pobres se tornen a Dios. Sucede lo mismo que pasó con el joven rico cuando vio la vida de Cristo; aunque tenía dinero, posesiones y posición, le dijo: Yo quiero la clase de vida que tú tienes.
Declara y cree que vas a recibir una conciencia de bendecido, donde tú puedas entender que no importa en dónde estés hoy, te encuentras en una posición envidiable. Tener conciencia de bendecido, no tiene que ver con dinero. Tener conciencia de bendecido es más bien vivir plenamente en Cristo, provocar que la gente, cuando te vea, se acerque y te diga: Quiero vivir como tú vives, hablar como tú hablas, caminar como caminas, el matrimonio y la familia que tienes es tan buena, que eso es lo que yo deseo. Cuando te miro, veo la manera que haces tu trabajo con tanta excelencia, eso es lo que yo quiero hacer. Cuando te veo, te veo tan feliz que yo quiero saber cuál es la fuente de esa felicidad, cual es la fuente de esa prosperidad que hay en tu vida. Que cuando la gente te vea diga, yo quiero la clase de vida que tú tienes.
Muchos quieren tener la vida de otros, y otros quieren que tengas la vida que ellos tienen. Por esto es que el mundo siempre expone sus estilos de vida, para que los sigas. Si te fijas, los cantantes, los artistas famosos, lo que enseñan son sus aviones, sus casas, sus carros, sus prendas, lo hacen para provocar que los envidies y que desees lo que ellos tienen. Muchos cristianos dicen: Ellos no tienen vida, no son felices, algunos se suicidan, por eso no debemos mirar esas cosas. Y es verdad que no se debe seguir ni desear lo que ellos tienen, pero a estos cristianos hay que preguntarles: Lo que tú tienes, tú que eres cristiano, ¿alguien lo quiere? Su respuesta tal vez sea un no, porque muchas veces, estos cristianos andan por el mundo con cara de amargados, deprimidos, frustrados, lengüilargos y de chismosos. A la gente no le interesa tener una clase de vida que les haga verse como estos cristianos, andan siempre en el mismo problema en la misma dificultad, en la misma situación, a nadie le va a interesar ese tipo de vida.
Por eso es que hay mucha gente en estado neutral, no quieren la vida del mundo pero tampoco desean la vida de la iglesia.
Dios quiere que entiendas que Él te ha puesto en una posición envidiable para que seas la diferencia, para que vivas diferente. Dios te trajo hasta aquí para despertar ese corazón dentro de ti, no tienes que vivir como vive el mundo, tu familia no se tiene que perder como se pierde la del mundo.
Puedes ser un buen cristiano, un buen creyente, prosperar, vivir sano, ser feliz, disfrutar de las mejores cosas que tiene la vida, gozar, darle gloria a Dios y ganarte a otros para el Señor. Tú puedes caminar en esta tierra y que, cuando la gente te mire, quieran lo que tú tienes, ya sea por envidia o por un buen deseo de aprender, no importa la razón, solo declara que el mundo va a venir a los pies de Cristo, cuando vea la diferencia que hay en ti.
Créele a Dios que habrá un cambio de mentalidad en ti, un cambio que te provoque vivir como un bienaventurado y cree que ese cambio viene en el nombre poderoso de Jesús.