Fue de gran regocijo y gozo para los creyentes de la Iglesia evangélica Centro Bíblico Cristiano (CBC) la inauguración de una carpa el pasado domingo 16 de agosto, donde esta parte del pueblo de Dios se reunirá, de ahora en adelante, para adorar, exaltar y glorificar el nombre de nuestro Dios y Señor Jesucristo, así como predicar su santa y bendita palabra, cumpliendo de esa manera su maravilloso mandato.
Esta carpa, con capacidad para unas 300 personas, está instalada en un local ubicado en la esquina que forman las calles Doctor Defilló con Pedro Albizu Campos, en el ensanche Quisqueya, en esta capital, se construyó, con todas sus instalaciones metálicas y piso de hormigón armado, durante un período de 7 semanas, lo que constituyó un milagro de Dios.
Además, cuenta con instalaciones de primera, con áreas de baño, cocina, planta eléctrica, un salón aledaño para la clase de los niños y con un área habilitada para juegos infantiles, aire acondicionado y otras comodidades para el disfrute de todos los asistentes.
El acto inaugural se inició con un servicio de adoración que consistió en el partimiento del pan y el brindis del vino, para recordar el cuerpo y la sangre de Cristo, en el que participaron todos los creyentes bautizados y en comunión. Fue un momento glorioso, en el que fue proclamado el nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, haciéndose sentir la presencia del Espíritu Santo.
Tuvo palabras de dedicatoria el licenciado Luis González, miembro del cuerpo ministerial de CBC, quien habló sobre el milagro que Dios hizo a beneficio de su pueblo para el levantamiento de la carpa, y se refirió al momento cuando el Rey Salomón inauguró el Templo, en Jerusalem, citando 1 Reyes 8:23, 27; 29,30.
En esas porciones Salomón dijo: “Jehová, Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, tú que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón. Pero es verdad qué Dios habitará en la tierra, se preguntó, y al mismo tiempo se respondió: “Si los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener, cuánto menos esta casa que yo he edificado”. Y en su oración, el rey de Israel añadió:
“Con todo, Jehová, Dios mío, tú atenderás a la oración de tu siervo y a su plegaria, escuchando el clamor y la oración que tu siervo hace hoy en tu presencia, que tus ojos estén abiertos de noche y de día sobre esta Casa, sobre este lugar del cual has dicho: “Mi nombre estará allí. Escucha la oración que tu siervo te dirija en este lugar. Oye, pues la oración de tu siervo y de tu pueblo Israel. Cuando oren en este lugar también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos. Escucha y Perdona”.
El licenciado González, en medio de la unción del Espíritu Santo, analizó y meditó en esos versículos, lo que produjo gran alegría y gozo a todos los que estaban presentes en esa hermosa reunión, donde el nombre de nuestro Señor y Dios Jesucristo, fue alabado, recibiendo la gracia de todos, por haber hecho realidad el sueño de la instalación de esta carpa, con sus diferentes accesorios, en un lugar de adoración para exaltar al Dios todopoderoso, que hace de lo imposible posible.
En el transcurso del acto religioso, fueron presentadas todas las personas que contribuyeron espiritual y económicamente al levantamiento de esta obra, incluyendo a ingenieros y jóvenes, entre otros, que sintieron en su corazón el deseo de Dios para ayudar en la instalación de la carpa, así como otros que ayudaron a traerla desde Miami, donde fue fabricada y comprada, así como poner a disposición de esta obra un camión con el fin de buscar y trasladar todo el mobiliario.
Al final de la ceremonia, los asistentes disfrutaron de un brindis de ricos bocadillos y de bebidas refrescantes, entre otras golosinas, en un ambiente de gran alegría y gozo.