ROMANOS 10:8-10 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: 9 que, si confesares con tu boca que esas es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Si este día cada uno de nosotros nos hacemos esa pregunta ¿Cuál sería nuestra respuesta? hemos hecho una confesión de fe que nos hace salvos, pero viviendo una vida cristiana cómoda, sin compromiso con el Señor, una vida de religiosidad, es decir viviendo un cristianismo de domingo, de día de culto, pero viviendo a nuestra manera o a la manera del mundo el resto de la semana.
Tenemos que reconocer algo muy importante: UNA CONFESIÓN DE FE NOS HACE SALVOS, PERO UNA VIDA DE FE NOS HACE DISCÍPULOS.
Como iglesia tenemos que comprender que el propósito de nuestro Dios al enviar a su hijo Jesucristo a este mundo no era solamente salvarnos, ese era el objetivo principal, sino también hacer discípulos, que vivan a la manera de Cristo, que estén dispuestos a vivir una vida reflejando a Cristo en sus acciones, en sus decisiones, y en sus prioridades
(Lucas 19:10)Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
(Mateo 28:19)Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
En los tiempos de la iglesia primitiva confesar a Cristo y se discípulo de Cristo les costaba la vida, eran perseguidos y muchos de ellos murieron por causa del Señor (2 Tesalonicenses 1:4) tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis.
En la actualidad la iglesia moderna en su mayoría ya no muere ni es perseguida por confesar a Jesús, por eso muchos de nosotros nos hemos conformado con solamente una confesión de fe, y no estamos dispuestos a vivir una vida de fe, no queremos dar el paso de fe de convertirnos en verdaderos discípulos del Señor en este mundo, en nuestra sociedad, en nuestro vecindario y en nuestra familia.
COMPRENDAMOS ENTONCES, ¿QUE SIGNIFICA VERDADERAMENTE SER UN DISCÍPULO DEL SEÑOR? Significa pasar de ser alguien que ha hecho un solamente una confesión de fe a ser alguien que vive una vida de fe
SIGNIFICA PRESENTAR NUESTRA VIDA EN SACRIFICIO VIVO PARA DIOS (ROMANOS 12:1)Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
En los tiempos del Antiguo Pacto el sacrificio agradable a nuestro Dios era la muerte de un cordero en lugar del pecador, moría un inocente en lugar de un culpable, para expiación de los pecados.
Nuestro Señor Jesucristo es el cordero de Dios que murió por cada uno de nosotros, para perdonarnos y limpiarnos de todos nuestros pecados, (1 Pedro 3:18) Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;
Ahora nuestro Dios espera que nosotros que hemos recibido las bendiciones de su sacrificio en la cruz, estemos dispuestos en agradecimiento a presentarnos como sacrificio vivo para nuestro Dios, es decir, él no quiere que muramos para él sino que vivamos para agradarle a él.
Ser discípulo del Señor significa estar dispuestos a seguir a Cristo cueste lo que cueste, sin volver atrás, sin rendirnos y sin desmayar, es decir seguir a Cristo a pesar de la pruebas y dificultades que enfrentemos, seguir a Cristo a pesar de las críticas y la burlas que suframos, seguir a Cristo a pesar de las personas que puedan darnos la espalda o que puedan abandonarnos, pues nuestro Dios por medio de su palabra ya nos había preparado para que supiéramos de las tribulaciones que íbamos a enfrentar en nuestra vida (1 Tesalonicenses 3:3) a fin de que nadie se inquiete por estas tribulaciones; porque vosotros mismos sabéis que para esto estamos puestos.
SIGNIFICA ESTAR DISPUESTOS A RENDIR NUESTRA VOLUNTAD A LA VOLUNTAD DE NUESTRO DIOS (GÁLATAS 2:20)Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Ser discípulo del Señor no es tener un diploma que me acredite como un alguien que ha recibido un curso Bíblico de discipulado avanzado, sino que es alguien que pueda decir como lo decía el apóstol Pablo: YA NO VIVO YO, MAS VIVE CRISTO EN MI.
En los evangelios podemos ver que los discípulos del Señor estuvieron dispuestos a dejarlo todo para seguirlo (Lucas 5:8-11) Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. 9 porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, 10 y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. 11 y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron. (Lucas 5:27-28) 27 Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. 28 Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.
Ser discípulos no es asistir a la iglesia un día a la semana y luego vivir nuestra vida a nuestra manera, sin estar dispuestos a renunciar a nada por nuestro Dios, sin estar dispuestos a rendir nuestra voluntad a la voluntad del Señor.
Ser discípulos significa estar dispuestos a sacrificar, a dejar, y rendir lo que sea necesario para hacer la voluntad del Señor, para hacer lo que a él le agrada.
Tenemos que saber que nuestro Señor Jesucristo no solamente estuvo dispuesto, sino que lo hizo, el verdaderamente dejó todo por amor a cada uno de nosotros (2 Corintios 8:9) Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
CONCLUSIÓN: Este día el Señor nos hace un llamado y un reto, a ya no conformarnos solamente con haber hecho una confesión de fe, sino a comenzar a vivir por fe, a estar dispuestos, cueste lo que cueste, a convertirnos en verdaderos discípulos del Señor.