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Un sufrimiento justo

Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. 2 Corintios 1:5

El consuelo de Dios para nosotros los creyentes se extiende a los límites de nuestro sufrimiento por Cristo. Cuanto más soportemos el sufrimiento justo, mayor será nuestro consuelo y recompensa. El Apóstol Pablo sabía de primera mano que los muchos sufrimientos parecerían no tener fin, pero se consolaba en la Paz que solo Cristo daba en su corazón. Todos y cada uno de los creyentes genuinos debemos esperar lo mismo y asumir esta actitud.

En el mundo siempre tendremos toda clase de situaciones, pero en Cristo siempre tendremos paz. Los apóstoles se encontraron con muchas tribulaciones, pero encontraron consuelo en todas ellas, porque Cristo se compadeció de ellos cuando sufrían por Él. Aunque abunden las aflicciones tenemos la seguridad de que de igual manera abundará en nosotros el consuelo de Cristo. La tristesa pasajera nos cualifica para experimentar Su consuelo, por eso necesitamos disponernos a reconocer la gloria de Cristo en este proceso. Podremos hablar con mayor poder y autoridad acerca de Dios y su bondad cuando hablamos desde nuestra propia experiencia al decirle a otros.

Solo estamos capacitados para consolar a otros, cuando nosotros mismos somos los recipientes del consuelo de Dios. Los favores que Dios nos concede tienen la intención no solo de alegrarnos a nosotros mismos, sino también de ser útiles a los demás. ¡¡¡Aleluyaaaaa!!!! Jehová te bendiga, te llene de consuelo y paz en este día, Amén.

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