En 1 Corintios 12, Pablo está corrigiendo ciertas manifestaciones descontroladas que estaban ocurriendo en la iglesia; Entre ellas, gente declarando anatema a Jesús, como parte de su servicio eclesiástico; Esto, por razones muy profundas para discutir en estos escritos. Y Pablo estaba estableciendo que no puede haber desorden en la manifestación del Espíritu Santo. Pablo está resolviendo el problema de que estaban teniendo servicios fuera de orden, descontrolados. Hay momentos donde la persona, si no toma autoridad del Espíritu, se puede formar descontrol, se vuelve algo irracional, lo cual no agrada a Dios.
“4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 5 Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. 7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. 8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; 9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. 10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. 11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” 1 Corintios 12:4-11
Uno de los errores más grandes hoy en la iglesia es la creación de una élite de cristianos que creen tener la exclusividad o ser dueños de las manifestaciones del Espíritu Santo, haciendo sentir a otros como cristianos de segunda clase, si no manifiestan ciertas cosas del Espíritu. Pero no hay exclusividad de ningún don; Si tú entregaste tu vida al Señor, automáticamente, el Espíritu Santo está en ti. Que todavía tú no tengas la madurez para manifestar todas las cosas, eso es diferente; Pero tú tienes el Espíritu Santo completo. Y, si el Espíritu Santo es uno, y opera en nueve dones, entonces tú tienes esos nueve dones en ti. Así que tú tienes la capacidad de profetizar, de hablar lenguas, de interpretarlas; Lo que pasa es que no todos llegan a la madurez de activarlo o de reconocerlo en su vida.
Desde el Antiguo Testamento, es el deseo de los grandes hombres de Dios que todo el mundo tenga la manifestación de estos dones. En el libro de Números, Moisés dijo: Ojalá todo el pueblo fuese profeta, y que Jehová pusiera su Espíritu sobre ellos. Lo mismo que un pastor hace, todos lo pueden hacer; La cultura eclesiástica y la cultura de tu país cambiarían si la iglesia entendiera que el poder no está en el altar, sino en todos los santos, en todos nosotros; Que tú no necesitas del pastor para que ore por ti; Tú puedes ponerte la mano por ti mismo, tú puedes ir al hospital y orar por los enfermos y que sanen. Dios te puede usar; No tienes que depender de ninguna élite. Ojalá todos lo hicieran. La meta es empoderar a todo creyente a la manifestación del Espíritu. Aprende a activar el don de profecía en tu vida porque, de vez en cuando, tú mismo vas a tener que profetizarte. Ojalá actives el don de sabiduría, porque un día vas a necesitar sabiduría de Dios en un momento donde no vas a tener un libro qué buscar; Vas a necesitarlo para ser dirigido por el Espíritu de Dios.