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Un mal que afecta nuestra Visión de la realidad

«Unge tus ojos con colirio, para que veas» (Apocalipsis 3:18c)

El versículo de arriba está inserto dentro de lo que se conoce como “el mensaje a las siete iglesias del Apocalipsis” (Ap. 2 y 3), siendo Laodicea la última de las iglesias a la cual Juan dirigió un sermón; y en particular fue con ésta ––Laodicea–– especialmente fuerte, dándole un regaño poco común en el estilo juanino llegándola incluso a llamar ‘tibia’ (3:14-21)

Laodicea es una ciudad del antiguo Imperio seléucida, establecida entre el 261 a. C. y 245 a. C. por el rey Antíoco II Theos y nombrada en honor de su esposa Laodice. Estaba ubicada a unos 6 km al norte de la actual ciudad turca de Denizli, en la provincia del mismo nombre, cerca de la aldea de Eskihisar. Fue una próspera ciudad comercial, ubicada en la intersección de dos importantes rutas, y famosa por sus textiles de lana y algodón. Era un centro clave en el comercio y el mundo bancario. Vendía una muy conocida pomada para los ojos y también prendas de vestir de alta calidad hechas de excelente lana negra. También contaba con un acueducto que les proveía de agua tibia (Fuente: Wikipedia, Laodicea).

  • La iglesia necesitaba desesperadamente la gracia que regenera, las vestimentas de la justicia de Cristo y el Espíritu que ilumina los ojos del corazón (Earl Wesley Monroy, Biblia de Estudio Plenitud. Página 1714).

VISIÓN 20/20

Así como los miembros de Laodicea fueron desafiados a “ungir sus ojos espirituales” nosotros también necesitamos hacerlo, permitamos al Espíritu Santo que nos sane y nos ayude a ver “20/20” lo que en verdad sucede a nuestro alrededor. Pero antes de continuar, ¿sabe con exactitud qué mismo es esto de veinte-veinte? Les diré:

Una visión 20/20 no significa tener una “visión perfecta”. Cuando el optometrista dice que tiene “visión 20/20”, se está refiriendo a su agudeza visual, que es la claridad o nitidez de su visión. Cuando el médico aprueba una agudeza visual de 20/20, está diciendo qué tan bien pueden ver los ojos un objeto a una distancia de 20 pies. Si puede ver las letras con claridad, entonces se considera que tiene “visión normal”. Este número indica que puede ver objetos claramente a una distancia de 20 pies, en comparación con otras personas.

Por tanto el término “visión perfecta” no existe, es una ilusión; la realidad es tener una “visión normal”. Y de eso es lo que trata mi artículo. Siga conmigo, quizá algo bueno encuentre hoy y pueda servirle.

DE LEJOS Y DE CERCA

📌 HIPERMETROPÍA: La hipermetropía es un error del enfoque visual que generalmente se manifiesta con una visión borrosa e incómoda de cerca, resultando que los objetos lejanos son mejor vistos por el paciente.

📌 MIOPÍA: Anomalía o defecto del ojo que produce una visión borrosa o poco clara de los objetos lejanos; a veces los pacientes ven mejor de cerca.

Así mismo solemos ser los cristianos, padecemos de “hipermetropía y miopía espiritual”. Miramos las situaciones críticas de realidades lejanas a nuestro contexto y nos compadecemos de ellas, oramos por ellas y hacemos llamados a interceder por ellas: Por la paz en Israel, por las guerras en medio oriente, por los atentados en Francia, por las crisis nacionales en Honduras y Bolivia, por los niños que padecen hambre en África (hipermetropía), pero no vemos las situaciones graves que acontecen a nuestro alrededor: Injusticias sociales en todas las esferas, corrupción en la política, estafas millonarias, violencia en las calles, niños desamparados, la pobre imagen de la iglesia ante la ciudadanía, etc. (miopía). O también suele ocurrir que “admiramos” lo de afuera (otras realidades financieras, otros sistemas políticos, otras naciones, otros líderes) pero “minimizamos” lo que tenemos en casa…, es más fácil ‘ver el césped verde del vecino mientras que el nuestro lo encontramos seco’. Hipermetropía y miopía son dos anomalías que afectan la forma correcta de ver la vida: Compadecerse y actuar por lo que pasa en otras latitudes y también compadecerse y actuar por lo que sucede en nuestro entorno inmediato (de lejos y de cerca). A esto se le conoce como EQUILIBRIO.

LOS PROFETAS DEL A.T. Y SU VISIÓN 20/20

Los profetas veterotestamentarios fueron personajes únicos, capaces de ver lo que acontecía social, económica, judicial y espiritualmente en Egipto, Siria, Tiro, Asiria, Gabaón, Filistea, Edom, Babilonia y las naciones que rodeaban a Israel; pero también estaban muy bien enterados de lo que sucedía en Samaria y Judá. Los videntes de Jehová emitían juicios, condenas, llamados al arrepentimiento y mensajes de esperanza tanto “para los que estaban lejos como para los que estaban cerca”; ellos, como diría Peter Ellis en su libro, ‘Los hombres y el mensaje del A. Testamento’: “eran analistas de la realidad de su propio pueblo como de las naciones extranjeras” lo cual les permitía tener una visión equilibrada tanto del cielo como de la tierra, haciendo de estos hombres “los vigías de Dios en el mundo donde vivieron”. Los profetas se compadecían y enfurecían por lo que pasaba en Egipto, pero también e compadecían y enojaban por lo que pasaba en Jerusalén, volviéndose a Dios para interceder o clamar justicia, ya sea por los ‘egipcios incircuncisos’ o los ‘judíos conversos’.

CONCLUSIÓN

La iglesia de Laodicea necesitaba ver con claridad, ¿será que nosotros también? En estos tiempos de convulsión social se han levantado muchos profetas para enjuiciar los hechos tanto del gobierno y de los manifestantes, opiniones de las más diversas ––y confrontativas–– podemos hallar en las voces de algunos cristianos. Una suerte de angustia, desespero, clamor y quejas se oyen en distintas agrupaciones eclesiales: algunas oran, otras hacen acción social, mientras que algunas salen a marchar de manera pacífica con el pueblo. TODO ESO ESTÁ BIEN, pero nunca se debe olvidar que “toda historia tiene dos versiones”, quedarse sólo con una (la que me conviene, la que me gusta, la que me contaron) es padecer de hipermetropía o miopía. Mejor pidamos a Dios ser una iglesia con una visión clara de la realidad inmediata y de la realidad remota, así podremos al igual que los profetas del Antiguo Testamento “condenar al corrupto de afuera y condenar al corrupto de adentro, consolar a los que sufren en las lejanías y dar consuelo a los que sufren de cerca”.

Sí Señor, dame una visión normal, no perfecta, unge mis ojos con el colirio del Espíritu para ver como tú ves la vida, sin fanatismo, sin ideas preconcebidas, sin prejuicios, sin anticipar conclusiones, sin preferencias ni tendencias. Ayúdanos buen Dios a mirar lo que pasa allá lejos y lo que pasa acá cerca, y danos el impulso de orar-hacer lo que demandas de nosotros: «Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios» (Miqueas 6:8).

Fuente:
Gabriel Gil

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