Proscritos de los medios públicos de la gracia, no nos quedamos desprovistos de la gracia de los medios. El Señor que coloca a Su pueblo donde se sienten como exilados, estará con ellos, y será para ellos todo lo que podrían haber tenido en casa, en el lugar de sus solemnes asambleas. ¡Aprópiense de esto, oh ustedes que son llamados a andar errantes!
Dios es para Su pueblo un lugar de refugio. Ellos encuentran santuario en Él frente a todos los adversarios. Él es también su lugar de adoración. Él está con ellos como estuvo con Jacob cuando durmió al aire libre, y levantándose, dijo: «Ciertamente Jehová está en este lugar.» Para ellos Dios será también un santuario de tranquilidad, como el lugar santísimo, que era la silenciosa morada del Eterno. Ellos estarán tranquilos frente al temor del mal.
El propio Dios, en Cristo Jesús, es el santuario de misericordia. El arca del pacto es el Señor Jesús, y la vara de Aarón, la urna del maná y las tablas de la ley están todas en Cristo nuestro santuario. En Dios encontramos el santuario de santidad y de comunión. ¿Qué más necesitamos? ¡Oh, Señor, cumple esta promesa, y sé siempre para nosotros como un pequeño santuario!