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Un llamado al Dolor

JEREMÍAS 6:14 Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz

Tenemos que reconocer que en la iglesia se habla y se predica mucho sobre la sanidad de las enfermedades que afectan la vida de las personas, y es por eso que siempre oramos por sanidad de cancer, de insuficiencia renal, de diabetes, de problemas cardíacos, etc y eso está muy bien pues nuestro Dios es un Dios sanador, que tiene poder para sanar las enfermedades y dolencias de sus hijos e hijas.

De hecho se dice que la tarjeta de presentación de Dios son sus milagros, pues muchas veces por medio de un milagro de sanidad llega la salvación a una persona pues después de haber sido sanada esa persona rinde su corazón al Señor.

Pero hay otro tipo de dolor que muchas veces es tratado, como lo dice él versículo que hemos leído para comenzar, CON LIVIANDAD, es decir, sin darle la importancia debida, ¿De qué dolor estamos hablando? DEL DOLOR EMOCIONAL es decir, DE UN CORAZÓN HERIDO, O QUEBRANTADO POR LAS CIRCUNSTANCIAS DE LA VIDA.

Tenemos que comprender que las causas por las cuales una personas siente dolor en su corazón pueden ser muchas y son diferentes en cada persona, pero podemos mencionar las principales:

EL RECHAZO: “Me ignoran, me abandonaron, me reemplazaron.”

LA TRAICIÓN: “Confié y me fallaron.”

SENTIMIENTO DE PÉRDIDA: “Lo perdí… nunca volverá.” / Lastimosamente muchos cristianos se sienten culpables por su dolor.

LA DESILUSIÓN: “Pensé que sería diferente…” Se produce cuando las expectativas se rompen.

LA INJUSTICIA: “Esto no era justo… no lo merecía.” Afecta cuando sentimos que fuimos tratados de una manera que no merecíamos.

SENTIMIENTOS DE SOLEDAD: “Nadie me entiende, estoy solo, a nadie le importo.” Muchas veces las personas pueden sentirse aisladas, incomprendidas, o invisibles.

LA FRUSTRACIÓN ESPIRITUAL: “He servido, he orado, he apoyado… ¿y esto es lo que recibo?” Muchos cristianos sienten dolor cuando su servicio no parece ser recompensado.

AHORA HABLEMOS DE LA MANERA COMO EL DOLOR EMOCIONAL DEBERÍA DE SER TRATADO:

Muchas personas cristianas tratan el dolor emocional COMO UNA MOLESTIA QUE HAY QUE IGNORAR, como UN OBSTÁCULO QUE HAY QUE VENCER Y SUPERAR LO ANTES POSIBLE.

Pero la Palabra de Dios nos muestra que podemos cambiar el enfoque y comprender que EL DOLOR PUEDE SER UN MAESTRO QUE DIOS USA PARA TRANSFORMAR NUESTRA VIDA (Isaías 30:20) Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros.

COMPRENDIENDO ESTO ES IMPORTANTES RECONOCER QUE:

I) NO TODOS LOS DOLORES SERÁN SANADOS RÁPIDAMENTE POR NUESTRO DIOS
(OSEAS 5:15) Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.

Es importante comprender que muchas veces el dolor ES UN MAESTRO, NO UN ENEMIGO, es algo que Dios está utilizando para trabajar en nuestra vida, para moldear nuestro carácter, para quebrantar aquellas cosas que no son agradables para nuestro Dios.

El sufrimiento emocional puede ser un proceso NECESARIO PARA REORDENAR NUESTRAS PRIORIDADES (Salmos 119:67) Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra.

Hoy tenemos que preguntarnos: ¿Estoy solamente buscando sanar mi dolor lo más rápido posible, O QUIERO ESCAPAR DE LO QUE DIOS QUIERE ENSEÑARME POR MEDIO DE ÉL?

II) EL DOLOR ES USADO POR NUESTRO DIOS COMO UN REVELADOR QUE DEMUESTRA LO QUE VERDADERAMENTE HAY EN NUESTRO CORAZÓN
(JONÁS 4:3-4) Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida. 4 Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?.

¿Por qué Jonas llegó a tener tanto dolor y frustración en su corazón que lo hizo desear la muerte? Porque lo que Dios hizo, es decir, perdonar la vida de los Ninivitas, reveló lo que había en su corazón:

Jonas estaba enojado porque Dios había perdonado a sus enemigos, él pensaba que eso era injusto, es decir que SU CORAZÓN ESTABA LLENO DE SOBERBIA.

Jonas estaba enojado también porque Dios no hizo lo que él anduvo predicando, que Nínive sería destruida por completo, él sintió que Dios lo hizo quedar mal como profeta, es decir que SU CORAZÓN ESTABA LLENO DE ORGULLO Y VANIDAD.

Esto nos permite comprender que A VECES EL DOLOR NO SE TRATA DE LO QUE NOS HICIERON, SINO DE LO QUE HAY EN NUESTRO CORAZÓN, de la soberbia, de la vanidad, y del orgullo lastimado.

Esa tristeza, ese dolor, antes de buscar ser sanada DEBE LLEVARNOS AL ARREPENTIMIENTO DELANTE DE DIOS por aquellas cosas que hay en nuestro corazón que NO AGRADAN AL SEÑOR (2 Corintios 7:10) Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.

III) LA SANIDAD DEL DOLOR EMOCIONAL VIENE CUANDO APRENDEMOS A VER NUESTRA HISTORIA A LA LUZ DEL PROPÓSITO DEL SEÑOR
(GÉNESIS 50:20) Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.

En estos textos podemos ver que José no sanó porque olvidó lo que le pasó; sino que pudo sanar PORQUE REINTERPRETÓ SU HISTORIA desde la perspectiva del propósito de Dios.

Tenemos que comprender que TODO LO QUE DIOS HA PERMITIDO EN NUESTRA VIDA TIENE UN PROPÓSITO BUENO, aun el dolor que hoy estamos experimentando en nuestra vida (Romanos 8:28) Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

La palabra de Dios nos invita a mirar nuestro dolor desde la cruz: EL LUGAR DONDE EL PEOR DOLOR PRODUJO EL MAYOR BIEN, y eso mismo puede hacer Dios en nuestra vida si podemos confiar en sus propósitos.

CONCLUSIÓN: NO ES LO MISMO BUSCAR ALIVIO QUE BUSCAR PROPÓSITO en medio del dolor. El alivio busca que el dolor termine lo más rápido posible, pero el propósito permite que el dolor cumpla un propósito eterno. Muchas veces lo que más anhelamos es que el sufrimiento desaparezca, que la tristeza se acabe, que el vacío se llene rápido… pero Dios no siempre responde con soluciones instantáneas. Él responde formando el carácter, sanando lo profundo y revelando lo oculto. ¿Estoy buscando que el dolor termine… o que Dios me transforme?

Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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