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Un Dios De Palabra

¿Has pensado alguna vez que las promesas de Dios no se van a cumplir en tu vida?  A veces, pasamos temporadas donde damos vueltas en el mismo lugar, no vemos progreso.  Son momentos desesperantes, de ansiedad porque el resto del mundo pareciera moverse a un paso más acelerado que el nuestro.  Y pareciera que lo que Dios te prometió te pasa por el lado, que otros lo reciben y tú solo te quedas mirando.

¿Cómo restaurar la esperanza en tu corazón, sabiendo que sus promesas son reales y duran para toda la vida?  Todavía hoy, aunque quizás haya demorado un poco, su promesa para ti está vigente.

Dios quiere devolverte la esperanza de entender que sus promesas se van a cumplir sobre tu vida.

Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellosSolamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”  Josué 1:2-9

Llegado este momento, Josué comenzó a enviar oficiales, a decirle a la gente: Vamos a cruzar al otro lado.  Y comienza a proclamar palabras de esperanza, de libertad al pueblo de Israel, que había estado esperando por tanto tiempo la promesa.

Cuando Josué sale de Egipto, tiene aproximadamente unos cuarenta años.  Él y Caleb eran contemporáneos.  Josué sale con la promesa de que Dios le daría una tierra prometida.  Sale con esa visión, con esa expectativa; tenía una actitud diferente a los demás; tenía la expectativa de lo que Dios los llevaría al lugar que había prometido a sus generaciones.  Lo triste es que, en el camino, diez espías hacen que el corazón del pueblo desfallezca, y ahora la promesa que Josué estaba esperando se retrasa por cuarenta años.  Y Josué tiene que esperar, manteniendo vigente en el corazón la promesa de Dios.

De primera intención, todo iba de mal en peor.  No solo estaba esperando, sino que ahora Moisés estaba muerto, y Dios tiene decirle a Josué que llegó el momento de conquistar.  Quizás por errores personales o por errores de otros, en algún momento te has encontrado dando vueltas en el desierto, esperando que algo ocurra, sabiendo que cuando saliste, cuando Dios te sacó fue para algo grande, pero por la razón que sea, te has encontrado paralizado, detenido en ese lugar, y las cosas parecen ir de mal en peor.  Es desesperante; pero Josué cuido su corazón y mantuvo la esperanza de que Dios le daría la victoria.

Ya Moisés no está, pero Dios le dice a Josué que pasen él y los hijos de Israel a la tierra que él le había dicho a Moisés que les daría.  Si Moisés no está, ¿por qué cumplir la palabra?  Moisés y el pueblo habían fallado; entonces, ¿por qué Dios le dice a Josué que les daría lo que había acordado con Moisés?

Dios quiere cumplir su palabra por sí mismo, porque Él la empeñó, porque Él se comprometió.  Esto es lo primero que te debe dar esperanza.  No estaba ya el elemento de Moisés, pero la palabra de Dios seguía vigente.

Hay cosas que cambian, que te retrasan, que retrasan las promesas de Dios, pero aún ante estos cambios, todavía la promesa de Dios está vigente.  Las promesas que Dios te ha dado a través de los años, todavía están vigentes para ti.  Puede haber cambios, retrasos, pero su palabra es firme y Él lo va a hacer.  Él no va a olvidar, y eso debe traerte esperanza.  La promesa sigue vigente para ti hoy.

En su primera conversación con Josué, Dios muestra su carácter.  Dios estaba diciendo: Yo soy alguien de palabra.  Lo que dije, lo voy a cumplir, y voy a estar contigo como estuve con Moisés.  Ahora, la pregunta es a qué momento se habrá referido Dios que estaría con él como con Moisés.  Moisés no pudo entrar al pueblo a la tierra prometida, solo dieron vueltas en el desierto por cuarenta años.  Lo que Dios estaba recordándole a Josué fue el momento en que sacó al pueblo de Egipto y a través de la vida de Moisés comenzó la demostración del poder de Dios hasta liberar al pueblo.  Y Dios le dice: Como estuve con Moisés en aquel momento, voy a estar contigo para que ahora completes lo que no se había podido completar.  En ese momento, Josué entendió que había nacido para aquel lugar, para aquella época y para aquella hora, y que tenía el respaldo de Dios sobre su vida.

Fuente:
Pastor Otoniel Font

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