Mateo 25-6 dice: «Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el novio; salid a recibirle!» Este versículo es parte de la parábola de las diez vírgenes, donde se enfatiza la importancia de estar preparados para la venida del Señor.
En cuanto a la llamada al arrepentimiento basada en Hechos 3-19, que dice: «Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,» se subraya la necesidad urgente de un arrepentimiento genuino.
Este arrepentimiento no solo es para el mundo, sino también para la iglesia, que necesita reconocer la falta de prioridad hacia Dios y el peligro de la vanidad. El mensaje es claro.Es hora de despertar, de poner a Dios en primer lugar y de estar vigilantes ante la influencia del enemigo, que busca destruir a nuestras familias.
El clamor de un ministro y trompeta de Dios, llama a la iglesia a profundizar en este arrepentimiento, buscando no solo el perdón, sino también un renacimiento espiritual que nos prepare para la llegada del Señor. Este llamado es un deseo de experimentar el fuego del Espíritu Santo, un avivamiento que transforme vidas y nos prepare para los tiempos que se avecinan. La urgencia de este mensaje es un recordatorio de la necesidad de estar espiritualmente alertas y de vivir en santidad y compromiso con Dios.
UN CLAMOR A MEDIA NOCHE. Mateo 25-6 dice: «Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el novio; salid a recibirle!» Este versículo es parte de la parábola de las diez vírgenes, donde se enfatiza la importancia de estar preparados para la venida del Señor.
En cuanto a la llamada al arrepentimiento basada en Hechos 3-19, que dice: «Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,» se subraya la necesidad urgente de un arrepentimiento genuino.
Este arrepentimiento no solo es para el mundo, sino también para la iglesia, que necesita reconocer la falta de prioridad hacia Dios y el peligro de la vanidad. El mensaje es claro.Es hora de despertar, de poner a Dios en primer lugar y de estar vigilantes ante la influencia del enemigo, que busca destruir a nuestras familias.
El clamor de un ministro y trompeta de Dios, llama a la iglesia a profundizar en este arrepentimiento, buscando no solo el perdón, sino también un renacimiento espiritual que nos prepare para la llegada del Señor. Este llamado es un deseo de experimentar el fuego del Espíritu Santo, un avivamiento que transforme vidas y nos prepare para los tiempos que se avecinan. La urgencia de este mensaje es un recordatorio de la necesidad de estar espiritualmente alertas y de vivir en santidad y compromiso con Dios
