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Un Amor Dispuesto a Darlo Todo

Es liberador cuando tú eres capaz de perdonar cuando te han herido, pero la realidad es que eso no es fe porque la fe no se mueve después que pasa algo, sino que actúa antes de que las cosas ocurran.  Por eso, la fe que te mostramos hoy es tu capacidad de amar no después de que te hieran, sino sabiendo que te van a herir. Eso es fe.

Fe es amar, sabiendo que, en toda relación, algún día habrá ofensa; pero tú decides amar por encima de todas las cosas.

31 Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él. 32 Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará. 33 Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir. 34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”  Juan 13:31-35

Mira cuál es el reto.  No van a conocer que tú eres discípulo de Cristo por el poder ni por los milagros ni tu talento; la gente va a conocer que tú eres discípulo del Señor por una sola cosa: en ti hay amor igual que el que Jesús tuvo por todos nosotros; en ti hay amor, empatía, compasión por aquel que necesita; en ti hay palabras correctas en medio de una sociedad que tanto necesita esa expresión de amor.  Por supuesto, esto no quiere decir que van a estar de acuerdo con nosotros todo el tiempo, que no podamos expresar nuestros pensamientos por miedo a que alguien no los comprenda; lo que quiere decir es que, cuando los expresemos, lo hagamos de tal manera que la gente pueda entender que la intención detrás de todo lo que hacemos nunca es herir, lastimar ni mofarte de nadie, sino que lo haces en el amor de Dios, sabiendo que el amor demanda de ti, que tú seas alguien como Cristo fue, dispuesto a sacrificarlo absolutamente todo, aunque sepas que al hacerlo te pones en peligro de que algún día te fallen.

36 Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después. 37 Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti.”  Juan 13:36-37

¿Alguien te ha dicho así alguna vez?: mi vida pondría por ti; voy a estar contigo para siempre, te voy a dar la mano en todo lo que hagas, te voy a querer y voy a estar contigo en las buenas y en las malas.

38 Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.”  Juan 13:38

Pero el hecho de que Jesús supiera que Pedro no iba a poner su vida por él, no detuvo de que él pusiera su vida por Pedro.  Eso es fe.  Amar, sabiendo que, como tú vas a amar, nunca te amarán, y tú comoquiera decides amar.  Eso es amar.  Eso es fe.

Jesús no se ilusionó con Pedro para no desilusionarse, como tú tampoco debes ilusionarte con nadie porque no se trata de nadie, sino de ti y de Dios. Se trata de que la única manera en que este mundo puede ver a Dios es si tú amas igual que Él ama, dispuesto a darlo todo, sabiendo que nunca te van a dar lo que tú has estado dispuesto a dar; pero es que tú nunca das por lo que el otro te pudiera dar, sino porque tú no podías dar menos de lo que has sido llamado a dar.  Tú no te puedes ir de este mundo sin dar todo lo que tú tienes para dar.  Ese es el verdadero amor de sacrificio.  Las relaciones hoy no se construyen así, sino al contrario.

El enemigo busca destruirte de afuera hacia adentro, versus Dios, que trata de construirte de adentro hacia afuera.  Por lo tanto, Dios comienza a trabajar con tu interior, comienza a fortalecerte, a mostrarte su amor; y por causa de cómo Él te ha amado, ese es el ejemplo de amor que tienes, y no el de nadie más, un amor dispuesto a darlo todo.

Nunca vemos a Jesús decirle a alguien “te amo”.  En el Nuevo Testamento, nunca vemos a Jesús expresarle a alguien esas palabras.  Pero tú no dudas de su amor por ti porque, en realidad, más que palabras, fue toda una vida de expresión de amor, dispuesto a darlo todo, sabiendo que aún tú le ibas a fallar, que tú no ibas a hacer lo que Él quería que tú hicieras.  Y es maravilloso aprender a amar de esa manera.  Es una decisión.

Cuando se espera un nuevo bebé en la familia, piensa por un momento, cuán raro es ese amor, que se puede amar a alguien sin todavía conocerlo.  Todavía no ha nacido, y ya tú sabes que estás dispuesto a hacer lo que sea.  Toda tu agenda se afecta por la fecha del nacimiento de alguien que ni siquiera ha nacido.  Y algo tú sabes: que te va a fallar en algo, y viceversa; porque es imposible que uno no ofenda a otro.  Pero tu decisión de amar va por encima de lo que otro pueda hacer.  Y ese es el sacrificio que hace nuestro Señor Jesucristo por nosotros.

En Génesis, cuando Dios creó al hombre, le dio todo lo que necesitaba, todo lo que quería.  Vio que no era bueno que el hombre estuviera solo.  Y en la iglesia siempre decimos que lo único que te hace falta a ti es Dios, pero la realidad es que Dios mismo sabe que hay algo que Él no te puede dar, que solo te pueden dar otros a tu alrededor.  Dios te da a ese alguien que tú necesitas, aunque sabe que esa persona puede que algún día tome su lugar.  Su amor por ti es tan grande que no te da lo que Él quiere, sino lo que tú necesitas.

El amor que se despertó en Adán fue el amor erótico, el amor eros.  Cuando la vio, dijo: dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer.  Adán no tenía padre ni madre, pero estaba dispuesto a dejarlos.  Dios sabía que, si alguien podía tomar el lugar de Él, era Eva; como sabe que, cualquier relación que Él te dé, puede tomar su lugar en tu vida.  Por eso es que el amor erótico es tan peligroso, si no es controlado por el amor ágape de Dios.  Lo que pasa es que el amor que se despierta en Adán es el erótico, pero lo que Adán no entendía todavía era que lo que Dios hizo en Eva fue la demostración del amor ágape.  Eva era el amor ágape manifestado; era Dios dándole al hombre lo que el hombre necesitaba, aunque Él sabía que eso podía poner en peligro su relación con él.  Pero Dios no puede amar menos que de esa manera, y es así que tú debes amar, sabiendo que la gente no siempre va a estar contigo, pero tú pongas tu vida por ellos, sabiendo que nadie va a pagar el amor que tú des.  No hay tal cosa como sentirte usado por parte de la gente, no existe tal cosa; cuando tú amas como Dios ama, la gente no te usa, el que te usa es Dios.  Son dos cosas muy diferentes.  Alguien te traiciona y tú sientes que te usó, pero esa persona no te usó, a menos que tú hayas entrado a esa relación por lo que podías sacarle a esa persona, y esa persona haya terminado sacando más de ti, que lo que tú pudiste sacar; pero el día que tú amas como Dios ama, esa persona no te usó a ti, sino que Dios te usó a ti para amar a esa persona como nadie la había amado, y algún día tendrá que despertar a que ese es el amor de Dios por nosotros, que aunque no lo merecemos, Él nos ama por encima de cualquier cosa.  Eso es amor.

Hay un gran riesgo, pero por eso es que esto es fe.  Hay un gran riesgo en toda relación, en tener hijos.  Así es la vida.  Cuando alguien que amas enferma, tienes que hacer tanto; ir de hospital en hospital, mudarte, financiar todo esfuerzo, pasar tiempos de dolor.  Para cada hijo, tu oración es que el Señor tenga reservado un buen cónyuge; tu oración es que haya padres educando a sus hijos a amar como Dios ama y como tú los has amado, con respeto.  Pero todo es un riesgo.  Y ¿qué vas a hacer?  Lo que Dios hizo por ti.  Saber que no siempre estarán contigo, te van a fallar y viceversa, pero con todo y eso, tú vas a estar ahí.  Esa es la decisión de amar por encima de todas las cosas.  Y eso es fe.

Fe es amar, sabiendo que te van a herir.

Fuente:
Pastor Otoniel Font

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