“35 Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. 36 Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37 Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? 39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 40 Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41 Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?” Marcos 4:35-41
Tus circunstancias no pueden destruir tus sueños porque tus sueños no salieron de tus circunstancias. Tú necesitas la paz que sobrepasa todo entendimiento para guardar tu corazón y tus pensamientos. Necesitas guardar tu corazón y tus pensamientos porque la persona que está en descanso tiene autoridad sobre cualquier tormenta. Jesús, que era el que estaba durmiendo, fue el que tomó autoridad sobre aquella tormenta. La paz que sobrepasa todo entendimiento te ayuda a mantenerte enfocado, a mantener tu atención en las cosas que son verdaderas, y no vives como vive el mundo, por el sensacionalismo que lleva a la ansiedad.
Necesitas la paz que sobrepasa todo entendimiento porque guarda tu corazón y tu mente porque desde ahí es que se producen los sueños. Cuando tu mente y tu corazón se conectan con Dios, Él comienza a soñar a través de ti. Algunas de las cosas que estás pasando hoy en tu vida que te están provocando ansiedad, es porque estás preocupado pensando que el sueño que tienes delante de Dios no se va a cumplir. La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento viene sobre tu vida porque hoy Dios te dice: Tus circunstancias no pueden destruir tus sueños porque tus sueños no son producto de tus circunstancias, sino de un día de conexión con Dios donde Él vivificó tu mente para que soñaras con el futuro que Él tiene preparado para ti.
Un día Dios te habló, te dijo que prosperarías, que progresarías, que te casarías, que verías a tus hijos, que tendrías nietos, una empresa. Un día Dios te hizo soñar. Hoy el problema que te ha traído miedo -lo cual es normal – se ha convertido en ansiedad porque estás imaginando un futuro que todavía no ha llegado. Tú no sabes cómo esta crisis se va a tornar en una bendición para ti. ¿Por qué estás preocupado por el día de mañana, si Dios ha prometido suplirte hoy y cada día? La ansiedad te hace ver un final oscuro. Por eso es que vives en ansiedad, desesperado. El miedo es normal porque es lo presente; la ansiedad es cuando te preocupas por algo que todavía ni ha pasado. Por eso es que tú necesitas hoy la paz que sobrepasa todo entendimiento, para que guarde tu corazón y tu mente.
Este problema no puede terminar con tus sueños. La economía no fue la que hizo que tú soñaras, que tú desearas prosperar y progresar; tu trabajo no fue lo que te dio la capacidad de soñar. Un día Dios habló a tu corazón, a tu mente, y te dijo: Aquí está este mundo de posibilidades para ti. Has sembrado por años, y tu cosecha viene, es segura. Estas circunstancias no van a terminar con los sueños que hay en ti. Esas oraciones que has hecho, ese trabajo que has comenzado se va a completar; estas circunstancias no pueden acabar con tus sueños porque tus sueños no son producto de estas circunstancias.
Si tú eres capaz de recibir en esta hora la paz que sobrepasa todo entendimiento, Dios va a guardar tu corazón, tu mente; y vas a comenzar a soñar. Si sueñas hacia el futuro con las cosas grandes que hay dentro de ti, entonces, tienes fe. Si permites que el problema se meta en tu interior, la ansiedad llega y comienzas a proyectar un futuro de tristeza. Créeme a Dios que tus semillas, tu servicio van a producir.
No tengas ansiedad por el mañana. Jesús dijo a sus discípulos que no tuvieran ansiedad por qué comerían y vestirían; él se encargaría de eso. Dios tiene tu mañana asegurado. Créeme a Dios. La paz que sobrepasa todo entendimiento se manifiesta en tu vida hoy.
No prestes tu atención al sensacionalismo. La única manera en que tendrás autoridad sobre la tormenta es si tú puedes descansar. Esta noche vas a dormir tranquilo; mañana te vas a levantar con seguridad, vas a comenzar a trabajar una vez más hacia el futuro que Dios tiene para ti.