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Tus debilidades y la gracia de Dios

Cuando te predispones a las cosas incorrectas, luego no tienes las fuerzas que tú necesitas para, ante la tentación, tener la victoria que Dios te ha dado.  Tú puedes vencer.  Dios puede darte las fuerzas para permanecer firme ante la tentación, para que no desperdicies todo lo que Dios tiene para tu vida.  En la Biblia, vemos a José, un hombre a quien Dios le había dado un sueño, y el día que tuvo la oportunidad de acostarse con la esposa de su jefe, dijo: No voy a desperdiciar mi vida.  José estaba predispuesto al sueño de Dios.

La tentación va a llegar.  Tienes que predisponerte a las cosas correctas.

Pero abrimos las puertas incorrectas.  La batalla más grande que hay es por tu mente y es en tu mente.  Todo el mundo está queriendo llamar tu atención.  Porque eres salvo es que hay tentación; y por supuesto, para ser salvo tiene que haber habido una inclinación al pecado en el pasado.  Para ser salvo, tienes que haber sido pecador; y si eres salvo, tienes tentación.  La pregunta es: ¿Cómo Jesús pudo haber sido tentado, si él nunca tuvo pecado?  Lo que no nos damos cuenta es que la puerta por donde siempre todo comienza, aun para el hombre más santo, es por el cuerpo.  Jesús es bautizado, y luego es llevado al desierto y tentado después de 40 días que le dio hambre.  Se mostró una debilidad en la carne que le abre la puerta al enemigo para tentarle en la carne.  Pero después que se abre una debilidad en la carne, viene la mente.  Cuando tu cuerpo se vuelve débil, la abre la puerta a todo lo demás.  Así que Jesús fue tentado no porque hubiese pecado, sino porque llegó un momento que su cuerpo no aguantó.  Su debilidad le abrió la puerta a la tentación.

Tus debilidades, tu cuerpo le abre la puerta al mundo, al enemigo constantemente.  Todo lo que tú tocas, todo lo que tú ves, todo lo que tú miras, dondequiera que tú vas te predispone para algo.  Igual a tus hijos.  Y tú no los puedes predisponer para lo incorrecto, sino para lo correcto.  Todo lo que tú estás metiendo en tu cabeza hoy, algún día te va a pasar factura.  Tal vez no va a ser mañana, pero algún día tú vas a necesitar tener control y no acostarte con la persona incorrecta, no ceder a la tentación.

En tus redes, pon contenido positivo.  En vez de estar poniendo una foto de lo que te comiste, pon un mensaje bíblico, transmite tu devocional diario; si solo lo ven cinco personas, son cinco vidas que pueden cambiar.  Tú no sabes a quién puedes cambiar, si le das el contenido correcto.  Porque esa es la batalla que tenemos hoy, por la mente y en la mente.  Y tú tienes que tomar la clara y firme decisión de estar del lado de los que producen contenido positivo.

Hay tres cosas que alimentan toda tentación: Tus debilidades, tus pasiones y tus frustraciones.  Cuando ves las cosas incorrectas, alimentas alguna de estas; te estás predisponiendo a las cosas erróneas y eso te va a pasar factura algún día.  Pero de la misma manera que las tentaciones se alimentan por esas tres áreas, el poder de Dios se alimenta también de esas tres.  Tú decides qué alimentas con tus debilidades, pasiones y frustraciones.

Una debilidad es una flaqueza en tu cuerpo.  Tus debilidades abren la puerta a la tentación, pero tus debilidades también alimentan la gracia de Dios.

9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.”  2 Corintios 12:9

Tú escoges si tu debilidad alimenta la gracia de Dios o si alimenta tu tentación.  Si alimenta tu tentación, cedes al problema.  Pero tu debilidad alimenta la gracia de Dios cuando estás frente a la tentación, a la debilidad, y puedes decir: Señor, si tú no me das las fuerzas, no puedo enfrentar esto.  Tienes que decir como Pablo: De buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.  Lo que te hace débil, te hace fuerte en el Señor.  En vez de predisponer tu debilidad a la tentación, tienes que predisponerla a la gracia de Dios.

Fuente:
pastor Otoniel Font | Puerto Rico

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