No veas lo difícil que eso parece, ni te imagines que es imposible, porque a tu lado esta un Dios que es capaz de hacer lo que tu ni siquiera imaginas.
A veces el panorama pareciera que nos intimida, aquello que se ha convertido en el mayor problema que hemos vivido los últimos tiempos nos está robando la paz, el sueño pareciera que se nos ha ido y nuestra mente tiene un solo pensamiento: ese problema que nos asecha.
Hoy quiero recordarte lo que tú ya sabes, hoy quiero que por un momento levantes tu vista al cielo y te des cuenta que en esos cielos interminables hay un Dios infinito, capaz de hacer cualquier cosa, capaz de cambiar cualquier panorama, capaz de sanar cualquier enfermedad si así fuese su voluntad.
Deja de ver todo lo terrenal y enfócate en lo espiritual, el problema ya está allí y si ya no está en tus manos la solución no tienes porque seguir viendo lo terrenal, es hora de dirigir tu vista al cielo, es hora de que deposites tu confianza en el único que nunca falla.
El salmista experimento ese sentimiento de impotencia ante el panorama que tenia delante de su vista por lo que comprendió que era hora de elevar su vista al cielo y por ello escribió lo siguiente:
“Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.” Salmos 121:1-8 (Reina-Valera 1960)
¿Hacia dónde estás dirigiendo tu vista?, es hora de dejar de ver el problema y comenzar a ver hacia el cielo, pues de tu lado tienes a un Dios TODOPODEROSO.
Querido hermano y hermana, no sé qué situación puedas estar atravesando en este día, pero lo que si sé es que Dios esta de tu lado, que Él es quien te socorre, que Él es quien te guarda y que en sus manos siempre estarás seguro.
Eleva tu vista al cielo, ríndete delante de Él, deja de luchar en tus propias capacidades y cédele tu lugar al Señor y entonces comenzarás a ver cosas maravillosas en tu vida que Dios hará.
¡No veas lo terrenal, pon tu vista hacia el cielo porque de allí viene tu respuesta!
